Curso de la HOAC en Tales destaca la economía del bien común y el cuidado del medio ambiente
La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de la Diócesis de Segorbe-Castellón celebró el curso titulado “El cuidado del planeta y de la familia humana que lo habitamos” los días 22 y 23 de febrero en la Casa de Espiritualidad de Tales. A cargo de Paco Porcar, militante de la HOAC, el curso abordó de manera profunda la problemática ambiental y social actual, destacando la importancia de cuidar tanto el planeta como a las personas que lo habitan.
Durante las primeras sesiones, los participantes reflexionaron sobre los desafíos a los que nos enfrentamos para lograr un cambio significativo en la protección del medio ambiente y la humanidad. Posteriormente, se exploró la propuesta de la Doctrina Social de la Iglesia en relación con estos temas, reflexionando sobre cómo cada uno puede contribuir al cuidado del planeta y la familia humana, especialmente desde la evangelización en el mundo obrero y laboral.
En sus intervenciones, Porcar destacó que la economía debe ser un medio para cubrir las necesidades humanas y garantizar una vida digna, pero advirtió que la orientación actual de la economía se basa en una visión puramente técnica, que antepone el crecimiento económico ilimitado a la sostenibilidad y la justicia social. Este modelo, centrado en el «economicismo», es incompatible con la conservación del medio ambiente y la dignidad humana, ya que crea grandes desigualdades y fomenta una insostenible explotación del planeta.
El curso también subrayó la importancia de un cambio de paradigma, que promueva una economía orientada al bien común, y resaltó la propuesta de la encíclica Laudato Si’ y Fratelli Tutti, que abogan por una cultura del cuidado del planeta y de las personas, colocando a las personas en el centro de la vida social y reconociendo su dignidad como hijos de Dios.
Los participantes concluyeron que es posible vivir de otro modo, destacando la necesidad de un cambio cultural que impulse un nuevo estilo de vida. Este cambio requiere poner como base de las decisiones la prioridad del ser sobre el tener, de las personas sobre las cosas, y asumir el concepto de «decrecer» para lograr que nadie carezca de lo necesario para vivir con dignidad. A pesar de que no existen soluciones sencillas, el curso dejó claro que el amor social y los pequeños gestos cotidianos son fundamentales para impulsar este cambio, promoviendo una cultura de cuidado y respeto por el entorno y las personas.
Este encuentro se enmarca en el Año Jubilar y fue un paso hacia la esperanza de un mundo más justo y sostenible.

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