D.Casimiro exhorta a la unidad entre «familia-escuela-parroquia» en la transmisión de la fe
La Diócesis de Segorbe-Castellón celebra el primer Encuentro «Familia-Parroquia-Escuela»

Ayer la Diócesis de Segorbe-Castellón celebró el primer Encuentro Jubilar «Familia-Parroquia-Escuela«, un evento que tuvo como objetivo fortalecer la colaboración entre estos tres ámbitos fundamentales en la educación y transmisión de la fe. La jornada, que se enmarcó en el contexto del Jubileo de la Esperanza, tuvo lugar en el Seminario Diocesano Mater Dei y contó con la participación de familias, docentes, catequistas, sacerdotes y agentes de pastoral.

Bajo el lema de vivir «un solo corazón y una sola alma», el encuentro pretende ser un espacio de reflexión y comunión para impulsar una alianza entre la parroquia, la familia y la escuela, en un contexto marcado por la llamada «emergencia educativa». La programación se ha diseñado con el objetivo de:
- Acoger la gracia del Jubileo de la Esperanza en las comunidades cristianas.
- Promover una coordinación pastoral efectiva entre parroquias, familias y colegios.
- Fomentar la oración, la reflexión común y la puesta en marcha de iniciativas concretas en cada arciprestazgo.

El encuentro, organizado conjuntamente por las Delegaciones Diocesanas para la Enseñanza, la Catequesis y el Catecumenado, y para la Familia y la Defensa de la Vida, comenzó a primera hora de la mañana con la acogida de los participantes, contando con la animación del Grupo Junior. El hall principal del Seminario Diocesano sirvió de escenario para varios stands informativos de realidades diocesanas: Proyecto Nazareth de la Comunidad de las Bienaventuranzas, Effetá, Emaús, proyecto Amor Conyugal, Encuentros Cuatro40, Casa de la Misericordia, Hermanas de la Sagrada Familia de Nazareth, Familias Invencibles y Asociación Pro-Vida. Entre los participantes, familias, catequistas, profesores de religión y sacerdotes.








Necesaria unidad entre familia, escuela y parroquia en la transmisión de la fe

Tras la oración de Laudes, el Obispo de Segorbe-Castellón Mons. Casimiro López Llorente, subrayó la importancia de la colaboración entre estas tres instituciones en la educación y transmisión de la fe cristiana, y destacó la necesidad de un esfuerzo conjunto para enfrentar los desafíos actuales en la formación de los niños y jóvenes.





Durante la reflexión compartida, hizo referencia a una preocupación que ya había sido abordada en 2013 por la Conferencia Episcopal Española, cuando se publicaron las orientaciones sobre la cooperación en la educación católica. Recordó que, en su momento, se percibía una «emergencia educativa», con dificultades pero también con oportunidades para fortalecer el papel de la familia, la parroquia y la escuela en la formación cristiana. En este sentido señaló que «no podemos actuar como si cada uno estuviera en su propio ámbito, olvidando que el destinatario del mensaje de la fe es un niño, una niña, y que debe haber coherencia en su formación».



Asimismo, advirtió sobre el abandono de ciertos espacios educativos fundamentales, como la familia, la parroquia y la escuela haciendo hincapié en la necesidad de «fortalecerlas y trabajar juntos para que sean verdaderos espacios de evangelización». En este sentido, insistió en la importancia del papel de los profesores de religión y de la escuela católica como medios para la transmisión de la fe. Del mismo modo subrayó que el punto de partida de toda educación cristiana debe ser el encuentro personal con Cristo pues «no se comienza a ser cristiano por una idea o una norma ética, sino por el encuentro con una persona: Jesús, que nos ama y nos llama».

Para lograr este objetivo, insistió en la necesidad de reforzar la identidad cristiana en el ámbito educativo y familiar: «Es fundamental que la familia cristiana asuma su papel como la primera educadora en la fe de los niños. La parroquia y la escuela deben acompañar este proceso, asegurando que los niños crezcan en un ambiente donde puedan desarrollar su vida cristiana con coherencia».

Finalmente, el Obispo animó a los presentes a continuar trabajando con esperanza y unidad, confiando en que la colaboración entre familia, escuela y parroquia permitirá una educación cristiana más sólida y eficaz.
Actividades y momentos de encuentro

Mientras los niños disfrutaban de diversas actividades organizadas por La Casa de la Misericordia, el salón de actos acogía la presentación de «Buenas prácticas» pastorales, donde se compartieron experiencias significativas de evangelización en colegios diocesanos, parroquias y familias, incluyendo proyectos como «Alegría» del Colegio Obispo Pont; las tertulias parroquiales en Borriol; o la pastoral familiar de la Delegación de Pastoral Familiar.




Durante toda la mañana hubo adoración eucarística y confesiones, hasta la llegada de la Virgen Peregrina de la Mare de Déu del Lledó, patrona de Castellón, que presidió la Eucaristía en el contexto del Jubileo de la Esperanza, que estuvo presidida por el Obispo de Segorbe-Castellón y concelebrada por una nutrida representación de sacerdotes que participaron en el encuentro.





En su homilía, D. Casimiro hizo un llamamiento a vivir la esperanza no solo como una promesa futura, sino como una realidad presente que transforma la vida diaria y animó a «vivir la esperanza, no solo pensando en el futuro, sino en el presente», porque así «nos sentiremos acompañados en todo momento por el Señor y su Espíritu». También invitó a la conversión sincera en este tiempo de Cuaresma y del Jubileo de la Esperanza, resaltando la importancia del Sacramento de la Reconciliación para la sanación espiritual.

Además, el Obispo exhortó a los educadores cristianos y a las comunidades parroquiales a asumir su papel evangelizador con valentía, evitando que sus instituciones se conviertan en meras estructuras sin vida espiritual. Animó a ser «testigos y sembradores de esperanza», especialmente en un mundo marcado por la incertidumbre y el sufrimiento, mencionando a los jóvenes, los enfermos, los pobres y las víctimas de la guerra como destinatarios especiales de este mensaje de fe.


En su mensaje final, destacó la importancia de caminar juntos como Iglesia, poniendo los dones de cada uno al servicio de la misión común: «Cristo vive, ha resucitado, Él es nuestra esperanza». Encomendó la labor evangelizadora a la Virgen María, pidiendo su intercesión por el Papa Francisco y por toda la Iglesia.


Tarde de fiesta y fraternidad
Tras la comida comunitaria, la jornada continuará con un espacio festivo titulado «Festival God Talent», donde se compartieron las conclusiones del encuentro en clave lúdica, con música, dinámicas y la actuación del «Malabarista de Dios».






El evento concluyó con una oración final y el canto de la Salve Regina, dando cierre a un encuentro que cumplió el objetivo de reforzar los lazos entre familia, parroquia y escuela, y que supuso un paso importante en la misión evangelizadora de la Diócesis.




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