La reconstrucción del templo parroquial de Cortes de Arenoso (1961-1962).
«La reconstrucción del templo parroquial de Cortes de Arenoso (1961-1962).
Los proyectos del arquitecto Luis Gay Ramos y el pintor Rafael Cardells»
La iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles, reconstrucción de finales del siglo XVI del anterior edificio medieval,-del que aún se conservan algunos restos en la zona de acceso al campanario-, con cuerpos incorporados en tiempos posteriores (capilla de la Comunión y trasagrario), presenta un interior de nave única con capillas laterales entre contrafuertes y presbiterio de ábside ochavado, cubierto con bóvedas de crucería con terceletes y ligaduras, realizados en fábrica tabicada y revocada, presentando más complicación y riqueza compositiva la estrellada del ábside. Tras la citada cabecera, el trasagrario (1764), recientemente restaurado por la Diócesis, de bellísima traza barroca de planta octogonal, presenta sección de orden corintio con cubrición de bóveda con lunetos y una decoración de talla debida a la mano del escultor Tomás Granell.
La portada principal actual, con fachada retablo y fechada en 1585, está ubicada en el lateral recayente a la plaza, cobijada bajo un amplio vano de medio punto con cubierta de crucería. A los pies del templo, se ubica un acceso sencillo y más protegido. Sabemos que, en 1775, el maestro Martín Usarral componía el órgano, emplazado sobre esa citada entrada lateral de acceso y en comunicación sobre el coro alto de los pies. Tras ambos accesos, todavía se conservan imponentes cancelas de madera con articulación arquitectónica y tallas, del siglo XVIII y parejas a las conservadas en la Colegiata de Rubielos de Mora y en la Catedral de Teruel.
Además, el interesante recinto arquitectónico sirve de cobijo a una bella colección de obras artísticas, como la Adoración de los pastores de Jaume Mateu (1430), retablo de Almas de Vicente Macip (ca. 1505-1515), el retablo de la Virgen del Rosario (1582) encargado por Berenguer Montoliu, etc. También interesantes piezas de imaginería, barroca y neoclásicas, y magníficas muestras de orfebrería de diferentes épocas.
Tras la guerra civil de 1936, el templo parroquial quedó especialmente devastado, destruido y expoliado de la mayor porción de su patrimonio mueble, recuperado muy en parte tras el conflicto. No obstante, el estado de su fábrica, tras aquellos hechos y fruto de años de abandono por carencias económicas, cada vez era más preocupante y lamentable, por lo que sus responsables no tardarían en lanzar la voz de alarma ante la posibilidad de que un recinto de tamaña importancia histórico-artística acabase en la ruina más inminente.
El día 26 de septiembre de 1960 Francisco Gil García, cura ecónomo de la parroquia de Cortes de Arenoso, con el visto bueno del Señor Obispo de Segorbe-Castellón, José Pont i Gol, escribía al presidente de la Junta Nacional de Reconstrucción de Templos Parroquiales del Ministerio de la Vivienda. El tejado de la Iglesia se encontraba en pésimas condiciones por el hundimiento de algunas vigas podridas por la humedad, cayendo sobre las bóvedas del templo y provocando la entrada de agua a raudales con motivo de las últimas lluvias. Dado que la población era pobre y de muy pocos recursos el arreglo, extraordinario, sobrepasaba sus posibilidades y teniendo en cuenta que se aproximaba un invierno de temporales abundantes y nieves, la situación se tornaba relativamente urgente, estimándose un presupuesto orientativo de arreglo de unas cincuenta y cinco mil pesetas. La citada memoria adjunta a la petición, para proceder a la reparación de tejado y muros, estaba firmada por el experimentado maestro albañil de la población Joaquín Gresa Tonda.
Las afecciones más aparentes se veían en la parte recayente a las bóvedas del coro alto, la capilla trasagrario y sobre el arco del pórtico recayente a la plaza del “Perchico”. El agua, que no corría bien por los tejados, se estaba infiltrando por los muros perimetrales, especialmente de los pies del templo y lado del Evangelio, de fábrica muy irregular y donde la calle corre más elevada, hinchándolos e inclinándolos, llegando a los cimientos y el subsuelo, amenazando derrumbe. El proyecto, acompañado con sencillo croquis manuscrito a bolígrafo, planteaba destejar toda la techumbre y cambiar por tejas nuevas, sustituir la madera dañada por piezas y vigas menos pesadas y repasar los aleros. También se sanearían las paredes inclinadas y se realizaría una acera perimetral por las calles citadas afectadas por la humedad, dado su desnivel.
El 22 de febrero del mismo año, una carta dirigida a Manuel Rozalén, Administrador de Bienes Eclesiásticos de la Diócesis en Segorbe, ya había informado de la recepción de sus misivas de 14 y 20 del presente con la urgencia de realizar actuaciones provisionales hasta que se pudiera proceder al arreglo total, tapando con uralita provisional de unos 24 metros cuadrados la parte más afectada, con un coste de 2.912 pesetas. La nueva memoria y presupuesto elevaba la cantidad de reparación a ciento treinta y siete mil pesetas.
El 24 de febrero de 1961 se acusaba recibo de la documentación presentada en el Ministerio de la Vivienda, Junta Nacional de Reconstrucción de Templos Parroquiales. Poco después, se devolvía la documentación para que fuese redactado un proyecto completo autorizado por persona titulada. Firmaba el arquitecto jefe de la sección Antonio Camuñas. El 13 de marzo de 1961 la parroquia, a través de su representante Manuel Altana, informaba al citado Manuel Rozalén, que se había dirigido al Ministerio de la Vivienda haciendo constar los daños provocados en el templo por causa del conflicto bélico. El escrito indicaba la necesidad de redacción y autorización de la memoria por el arquitecto, así como sus presupuestos y planos para la reparación.
El 29 de marzo de 1961, por orden del arquitecto Luis Gay Ramos (Valencia, 1912-1996) Administrador de Bienes Eclesiásticos de la Diócesis en Segorbe, se remitía justificante del envío del proyecto de reconstrucción a Madrid, desde el Ministerio de la Vivienda, Sección de Arquitectura, con destino al Señor Obispo y al párroco de Cortes. El 7 de abril, ya reparado provisionalmente el hundimiento más grave por mediación del arquitecto enviado por el Señor Obispo para redactar el proyecto, se pedía se tomase interés en el seguimiento de la cuestión en Madrid. El 30 de junio se aprobaba en el Ministerio la cantidad de unas cien mil pesetas para la obra, correspondientes de la subvención, con firma del arquitecto director de la obra, el párroco y el prelado.
Finalmente, entre 1961 y 1962, siguiendo las indicaciones del arquitecto Luis Gay, se derribaba la cubierta y los muros afectados, reconstruidos con mampostería mixta, solera de hormigón armado y enlucido de yeso. Se colocaba una nueva cubierta de viguetas prefabricadas de hormigón armado, machihembrado cerámico tomado con yeso y teja árabe tomada con mortero de cal. Cielo raso de caña, revoco y enlucido de yeso en la capilla. Colocación de cuchillos metálicos, plancha de plomo y reparación y cosido con fábrica de ladrillo de la grieta producida en el enlace del contrafuerte del presbiterio con la fachada lateral de la sacristía. A su vez, construcción de acera de ochenta cm. de profundidad en el perímetro.
Luis Gay Ramos ingresaba en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid en febrero de 1932, titulándose en 1940. Ese mismo año entraba a ejercer como arquitecto municipal de Riba-roja de Túria (Valencia) y, al año siguiente, era arquitecto jefe de la Sección Técnica del Sindicato de la Construcción de Valencia y profesor ayudante de la cátedra de Dibujo Lineal en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Valencia [GVA, Archivo LGR].
En 1943 fue nombrado arquitecto jefe de la Comarcal de Segorbe, de la Dirección General de Regiones Devastadas, encargándose de la restauración del patrimonio arquitectónico de las localidades del Alto Palancia. En 1951 era nombrado arquitecto municipal de Ontinyent (Valencia) y 1952 del Ayuntamiento de Segorbe (Castellón). En 1957 asumió la Delegación Regional del Instituto Nacional de la Vivienda. En 1958 se formaba la Delegación Provincial del Ministerio de la Vivienda, siendo arquitecto jefe de la Sección de Vivienda.
Desempeñó diversos cargos colegiales en el Colegio de Arquitectos de Valencia y 1961 era nombrado académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. En 1963 recibía la encomienda de número de la Orden del Mérito Civil y, en 1964, obtenía el doctorado, siendo admitido, en 1972, en la Real Academia de Doctores de Madrid.
Ya intervenida convenientemente la fábrica, sólo quedaba intervenir en la recuperación decorativa del interior, muy necesitado de rehabilitación ornamental después de muchos años de imposibilidad financiera. El 27 de junio de 1962, una carta del cura párroco Manuel Altava, desde la Junta Parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles de Cortes de Arenoso (Castellón), a la Comisión Diocesana de Arte Sagrado, siendo su secretario Recaredo Catalán, solicitaba la aprobación del proyecto de restauración de la Iglesia Parroquial de esta villa de Cortes de Arenoso, si así lo mereciere una vez examinado por esa Comisión. Un proyecto preparado por el experimentado pintor Rafael Cardells (Meliana, 1899-Valencia, 1980), que había sido recibido por la parroquia el 19 de junio.
En el citado documento se expresaba el interés de la parroquia por restaurar con las modificaciones necesarias, según proyecto que se acompañaba, la pintura de Altar Mayor y Presbiterio, a elegir entre los dos bocetos propuestos por el importe de 24.000 pesetas Boceto A-, 17.000 pesetas boceto B. y 22.500 pesetas el retablo del Altar Mayor. Siendo el parecer de esta Junta Parroquial la elección del boceto B. (17.000 pesetas) más las 22.500 pesetas de la decoración del Altar con las modificaciones que la Comisión de Arte Sagrado estimara procedentes.
El retablo del Altar Mayor sería intervenido en todos sus motivos ornamentales: llaves, cartelas, molduras, capiteles, tercios, bases, marcos y peanas con oro lacado, el resto imitación de mármol y blanco esmaltado (59 x 49cm; dibujo conservado, Archivo Diocesano de Segorbe). El presbiterio sería restaurado, en su presupuesto más barato, en nervios y cornisa en tonos gris, piedra lisa con fondo claro dorado, medios puntos con franja dorada y paredes del mismo orden que indicaba el boceto, con cola temple. Además, incorporaría la realización de dos cuadros laterales.
El segundo proyecto, el más caro, presentaría nervios y seminervios imitación piedra granito, así como en paredes y cornisa, fondo techo tono amarillo claro todo al temple, rosetones de los nervios y molduras de cornisas en oro lacado. También llevaría dos cuadros de medio punto con molduras de alabastro doradas más pintura de los cuadros al temple; uno con el tema de la «Anunciación» (24,5 x 39,5 cm; dibujo conservado, ADS) y el otro con la «Presentación de la Virgen en el Templo». Además, otros dos cuadros laterales con marcos de alabastro dorados, pintados al fresco, con los temas de la «Multiplicación de los panes» (23 x 44,7 cm; dibujo conservado, ADS) y las «Bodas de Caná».
Rafael Cardells, fue un artista realmente interesante, aunque un tanto menospreciado por la crítica historiográfica reciente, sobre todo por estar dedicado, casi plenamente, al arte religioso. Hijo de Juan Baptista Cardells Balaguer, pintor de caña, formó parte de su taller desde muy joven, habituándose al aprendizaje de todas las técnicas artísticas del dibujo y la pintura. Formado en la Escuela de Artes y Oficios y en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, su primera muestra expositiva, en 1932, la realizó en el Ateneo Mercantil de Valencia. Tras la guerra civil, Cardells montó su propio obrador dedicándose, entre otras, a encargos particulares y de instituciones públicas, como los frescos de la Sala de la Estación de Ferrocarril de la Estación de Pont de Fusta. Sin embargo, pronto dedicaría sus esfuerzos a la recuperación y restauración ornamental de muchas iglesias valencianas, turolenses, murcianas o toledanas, destruidas o muy afectadas por el conflicto.
Aparte de su destacada obra de caballete, plasmada en un sinfín de exposiciones, su don principal radicaba en sus acercamientos a la pintura mural al temple o al fresco, donde desplegaba especialmente su maestría y el dominio de la técnica. Son muy conocidos sus dibujos previos en papel o cartón, como los presentes, a la hora de abordar la pared. En este sentido, su obra para la parroquial de San Pedro de Segorbe, en la capilla de la Cofradía de la Sangre-Cristo de San Marcelo, o en Benicarló, Almussafes o Benimaclet, entre otras, son testimonio especialmente clarividente de su genio.
Sin duda alguna, Cortes de Arenoso es una de las más especiales poblaciones históricas de nuestra Diócesis, hasta 1960 perteneciente a la Archidiócesis de Valencia. En este actual contexto de España Vaciada, su asiento en plena área rural y montañosa, limítrofe con la provincia de Teruel y lejos de toda infraestructura de comunicaciones importante, la han ido lastrando, como tantas otras poblaciones de nuestra diócesis, en un difícil devenir fruto de la progresiva despoblación de sus demarcaciones. Su templo parroquial y sus ermitas de San Blas, San Cristóbal y Santa Bárbara (siglos XVI-XVII), sin embargo, son testimonio del inmenso legado artístico de la fe y el celo de su comunidad cristiana, constituyendo una plasmación preclara de todos sus brillantes siglos de historia para sus futuras generaciones.


D. David Montolio Torán
Dr. Historia del Arte y Ldo. en Geografía e Historia. Miembro de la Delegación Diocesana de Patrimonio Cultural
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