El sacerdote castellonense Lucas Blanch, formado en el Seminario Redemptoris Mater de Bogotá, ha dirigido una carta al Delegado diocesano para las Misiones, D. Salvador Prades, informando de la apertura en su parroquia de «una campaña para solicitar ayudas de alimentos y juguetes para que el mayor número de familias posible pueda vivir la alegría de la Navidad experimentando la providencia del Señor».
D. Lucas explica qué en la parroquia de Santa Teresa de los Andes, Arquidiócesis de Bogotá, en la que desarrolla su labor misionera, hay «muchos niños y niñas, familias enteras, que casi no tendrán para comer en este tiempo y que no podrán recibir regalos por su condición económica precaria».
«Nosotros hemos venido a anunciar a Cristo, su mensaje de amor, a las personas, y la Gracia que, de junto al Padre, ha derramado para todos los que desean acogerlo – indica – sin embargo, sabemos que este anuncio del amor de Dios no sólo lo transmitimos de palabra sino también con nuestras obras y acciones», motivo por el cual han puesto en marcha esta campaña de Navidad.
Por otra parte, el sacerdote ha señalado que esta joven parroquia ha experimentado la providencia del Señor «en la construcción del templo parroquial que poco a poco hemos ido realizando de la mano del Señor y, aunque nos faltan muchas cosas, estamos muy contentos y caminamos al ritmo de su providencia».
En este sentido, indica que la intención es poder construir este año «un pequeño oratorio abierto todo el día con el Santísimo expuesto para que las personas puedan orar en todo momento al Señor, y también terminar la capilla del sagrario donde está el Señor dentro del templo».
Y en un futuro, «si Dios lo quiere, tenemos un proyecto de construir un pequeño centro de evangelización en un terrenito que tenernos anexado a la parroquia para poder hacer encuentros, convivencias, talleres de formación…».
El P. Lucas termina su carta agradeciendo a la Diócesis de Segorbe-Castellón «por tenernos en vuestro corazón, por ayudarnos a hacer posible esta tan bella obra de amor en nuestra querida parroquia de Santa Teresa de los Andes. Yo, como castellonense que soy, siempre os llevo en mi corazón y rezo por vuestra misión en mi querida tierra natal».
Hoy, domingo 24 de octubre, celebramos el Domingo Mundial de las Misiones, Domund, una Jornada que nos recuerda que formamos parte de la familia universal de la Iglesia y que todos somos misioneros. Este año lo hacemos con el lema “Cuenta lo que has visto y oído”, extraído de la cita de los Hechos de los Apóstoles 4, 20: «No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído».
Esta Jornada es importantísima para la Iglesia y para la evangelización. Es necesaria para explicar la labor evangelizadora que la Iglesia realiza en los territorios de misión, para dar a conocer la vida de las comunidades que constituyen las Iglesias jóvenes, para fomentar las vocaciones misioneras, así como la formación y la oración de todo el Pueblo de Dios, para buscar la ayuda económica que permita sostener a las Iglesias más pobres y para dar a conocer las Obras Misionales Pontificias como instrumento del Papa para la misión.
En su mensaje para el Domund 2021, el Papa Francisco realiza una invitación a cada uno de nosotros. «Todo lo que hemos recibido, todo lo que el Señor nos ha ido concediendo, nos lo ha regalado para que lo pongamos en juego y se lo regalemos gratuitamente a los demás», «los cristianos – nos dice – no podemos reservar al Señor para nosotros mismos: la misión evangelizadora de la Iglesia expresa su implicación total y pública en la transformación del mundo y en la custodia de la creación».
Que esta Jornada sirva también para agradecer «a todas esas personas que, con su testimonio de vida, nos ayudan a renovar nuestro compromiso bautismal de ser apóstoles generosos y alegres del Evangelio. Recordamos especialmente a quienes fueron capaces de ponerse en camino, dejar su tierra y sus hogares para que el Evangelio pueda alcanzar sin demoras y sin miedos esos rincones de pueblos y ciudades donde tantas vidas se encuentran sedientas de bendición».
Los misioneros no pueden dejar de hablar de lo que han visto y oído, y durante estos días hemos ido publicando en la web diocesana los testimonios de varios misioneros de nuestra Diócesis de Segorbe-Castellón, como el de Marta Iturralde, de María Dolores Montoliu, del P. Reinel Muñoz, de la familia Tortosa-Rubert, de Magdalena Vicent y de los Padres Blancos, que ya están experimentando la alegría que se siente llevando el amor de Dios al mundo. Así empieza el camino de santidad, que es una llamada para todos nosotros, pues todos tenemos ojos para ver la belleza del bien, tenemos oídos para escuchar la voz de Dios, y tenemos boca para llevar la única Palabra que transforma.
P. Lucas Blanch, misionero castellonense en Colombia
Hoy publicamos un nuevo testimonio misionero, el de Lucas Blanch, sacerdote de Castellón formado en el Seminario Redemptoris Mater de Bogotá. En Colombia lleva 17 años, concretamente es el párroco de Santa Teresa de los Andes, en una de las zonas más humildes y más necesitadas de Bogotá.
Explica que está muy agradecido al Señor y contentísimo de estar allí, “creo que es una gracia de Dios que un día me pusiera en el corazón el partir a ser misionero, porque estar donde Dios te quiere enviar es algo maravilloso”.
El P. Lucas también ha querido agradecer a la Diócesis de Segorbe-Castellón todo el apoyo y ayuda recibida. “Ustedes, como muchas otras personas, familias, parroquias, la Delegación diocesana de Misiones, nos han apoyado, hermanos de mi comunidad de la parroquia de la Santísima Trinidad de Castellón, que constantemente me están enviando ayudas, no solo materiales, también de oración, sabemos que nos apoyan y se preocupan por nosotros”, indica, “nosotros ponemos lo que nos dan al servicio de la misión”.
“Hemos ayudado a familias, en el tiempo de la pandemia hemos socorrido con medicamentos, hemos pagado alquileres a familias que no tenían como hacerlo, y lo hemos hecho porque Dios es generoso con nosotros. Cuanto más damos más nos dan”, concluye.
En la fotografía aparece la primera por la derecha (inferior)
Continuamos con los testimonios misioneros, que nos preparan para celebrar el Domund 2021, el próximo domingo, 24 de octubre. Todos ellos nos cuentan lo que han visto y oído, lema de este año (“Cuenta lo que has visto y oído”).
Dña. Mª Dolores es natural de Nules, tiene 83 años, y desde hace más de 50 años dedica su vida a la misión en la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús en Colombia. Esta congregación religiosa femenina es única y exclusivamente misionera y se fundó en mayo de 1942.
La consagración de sus miembros lo es al servicio total de Jesucristo, y se expresa viviendo en fraternidad evangélica los votos de castidad, pobreza y obediencia, y la entrega a la acción misionera de la Iglesia.
Nos cuenta que siendo muy joven sintió la llamada del Señor al servicio, y desde entonces ha entregado su vida a los demás. La congregación a la que pertenece, don del Espíritu a la Iglesia, nace de la experiencia del amor de Dios que, en su Hijo, responde a este amor con la entrega incondicional al Corazón de Cristo y su Iglesia.
Su espiritualidad encuentra en el Corazón de Cristo el aspecto más profundo desde el que se puede penetrar en el conocimiento de Jesús y, por Él, en el conocimiento del amor de Dios a los hombres. La manera peculiar de vivir y expresar su consagración es, como asegura Dña. Mª Dolores, «evangelizar amando». De hecho, el conjunto de hermanas que colaboran con esta misión lo hacen viviendo en fraternidad evangélica y en la entrega a la acción misionera de la Iglesia. Se encuentran presentes en nueve países de Europa, América, Asia y África.
Asegura que sintió la llamada del Señor desde muy joven. «Sentí que me decía: ¡Sígueme! y me puse en camino». Describe esa llamada al servicio como una «necesidad de responder al amor incondicional de Dios que yo había recibido entregando mi vida a los más pobres y necesitados».
Ingresó en la congregación en 1968 y se desplazó hasta Perú, concretamente en la zona amazónica. Asegura que llegó «con mucho deseo de darme, entregarme pensando que yo era la portadora del Evangelio y con el contacto con los hermanos descubrí, a través de su cercanía y entrega, que en ellos también estaba el Señor».
Dando el amor de Dios a los demás, pero también recibiéndolo a través de ellos, fueron pasando los años. Actualmente sigue en misión y asegura dar gracias al Señor porque «ha sido una gracia de Dios el hecho de que yo haya podido realizar esta misión, y le pido que, con generosidad, siga entregando mi vida hasta que Él me quiera llamar».
Hace casi un año entrevistamos a Lucas Blanch Queral, un sacerdote de Castellón que lleva más de 15 años como misionero en Colombia, anunciando el Evangelio y asistiendo a los más pobres de la capital, concretamente en la parroquia de Santa Teresa de los Andes.
Hoy volvemos a hablar con él, pues las cifras de pobreza en Colombia son preocupantes, un país que además vive una gran oleada de protestas y de violencia, y los datos de fallecidos y de contagios a causa del Covid-19 son alarmantes (a día de hoy registra un total de 88.282 fallecidos). Ante ello, Lucas afirma sentirse “muy contento de estar en misión entre los más pobres”.
La violencia desatada a causa de la reforma tributaria deja centenares de heridos y decenas de muertos, ¿cuál es la situación a día de hoy?
Como bien han podido seguir en las noticias, la situación en Colombia estos días ha sido bastante difícil. La reforma tributaria se ha paralizado, pero con estas manifestaciones siempre hay personas que usan de la violencia, sobre todo contra entidades públicas. Han sido varias las estaciones de policía en la ciudad y muchas las de transmilenio (el bus urbano) que han sido totalmente destruidas en Bogotá, por ejemplo.
Pese a que se envía un mensaje a la nación de que la violencia no es el camino para construir un mejor porvenir, y pese a que muchos son los que buscan las vías pacíficas de diálogo, lamentablemente los que usan de la violencia hacen más ruido.
En relación a la pandemia, ¿cómo está hoy Colombia?
En los meses de abril y mayo ha habido fuertes rebrotes de COVID en diferentes zonas del país. En este momento, las UCIS en Bogotá están al 95% de su capacidad, y pese a que se ha decretado cuarentena estricta durante los fines de semana en varias ciudades del país ha sido muy difícil hacer descender el número de los contagios y los enfermos de gravedad.
A través de una carta dirigida a los participantes de la XXVII Cumbre Iberoamericana, el Papa Francisco reitera que la inmunización extensiva contra el Covid-19 debería ser considerada un “bien común universal”, y pide más solidaridad entre los países para garantizar una distribución equitativa de las vacunas, «no basada en criterios puramente económicos, sino teniendo en cuenta las necesidades de todos, especialmente los más vulnerables». ¿Están llegando las vacunas?
Pensamos que las naciones han escuchado al Papa Francisco en esta palabra que ha dado al mundo. En Colombia la vacunación va adelante, de forma lenta pero constante. En este momento están recibiendo la vacuna las personas en el rango de edad de los 60 a los 65 años, y ya todos los que trabajan en el ámbito de la salud ya la han recibido.
Ante la pobreza, la violencia y el coronavirus, ¿cuál está siendo el papel de la Iglesia colombiana?
La Iglesia ha sido de un apoyo importante para el país en cuanto a ayudas sociales a las familias que por las cuarentenas y la misma situación de inseguridad frente al virus han quedado sin empleo. En Colombia las familias no cuentan como en España con la ayuda del “paro” a modo de subsidio económico del estado, por eso cuando quedan desempleadas la situación para ellas es crítica.
La Iglesia ha predicado la llamada del Señor a poner nuestra vida y nuestra confianza en Él, que es lo que verdaderamente permanece, y ha dado consuelo y apoyo a los más necesitados.
Estás anunciando el Evangelio entre los más pobres, ¿cuál es exactamente tu misión allí?
Estoy muy contento de estar en misión entre los más pobres, no solo económicamente hablando, sino también cultural y socialmente. “De ellos es el Reino de los Cielos”, dice el Señor. Mi misión consiste en las celebraciones litúrgicas en la parroquia, que nació hace poco más de 4 años, acompañar espiritualmente a las familias, jóvenes y niños, y en realizar labores sociales de formación y sostenimiento de estas personas que encuentran en nosotros un gran apoyo.
Concretamente, hacemos jornadas de oración en aquella zonas más apartadas y vulnerables del sector, distribuimos alimentos, impartimos clases de música, de inglés y lecto-escritura en la parroquia, hacemos convivencias dinámicas con niños y jóvenes, encuentros artísticos, cineforos, teatro… con el trasfondo en todo del amor de Dios.
¿Algún mensaje o petición para la gente que nos lea?
En primer lugar, me gustaría dar las gracias a aquellos que nos han apoyado económicamente desde la Diócesis de Segorbe-Castellón para que nuestra parroquia pueda ayudar a los más necesitados. También estamos construyendo nuestra parroquia, que nació hace 4 años, y les agradecemos su apoyo.
Como petición dos cosas: oración por nosotros, y si alguno deseara apoyarnos en nuestra labor lo puede hacer a través de la oficina de las misiones diocesanas.
Lucas Blanch Queral es de Castellón, tiene 36 años y nació en el seno de una familia cristiana, es el cuarto de ocho hermanos. Cuenta que “como fruto de la fe de mis padres, y de vivir la fe en la parroquia de la Santísima Trinidad un camino de iniciación cristiana a través del Camino Neocatecumenal, a los 22 años partí para Colombia”, donde se ha formado como sacerdote en el Seminario Redemptoris Mater de Bogotá.
Fue ordenado el 12 de noviembre de 2016, y actualmente está de administrador parroquial en la parroquia de Santa Teresa de los Andes, en un sector pobre de la ciudad llamado Ciudad Bolívar, trabajando también como capellán del colegio Instituto Tecnológico del Sur, ubicado en el barrio de El Carmen. Lleva, como misionero, más de 14 años en Colombia “y por gracia de Dios y el amor que me ha dado a este hermoso país, también soy colombiano”.
¿Cómo vives las noticias que te llegan desde España?
Desde Colombia tenemos la mirada puesta en Europa y en España, pues en esta situación de pandemia que vivimos, a Colombia ha llegado más tarde que a Europa, y tratamos, como país, de evitar el nivel de contagio que se ha dado allí.
Desde aquí hemos contemplado con gran dolor las noticias de contagios y muertes que han asolado España, comprendiendo que Dios, que permite que esto suceda, nos llama a conversión y a poner nuestros ojos fijos en Él. Para mí, en particular, no ha sido fácil escuchar estas noticias sabiendo que toda mi familia está allí, y que el temor de que mis padres se pudieran contagiar ha sido grande. Pero el Señor también me ha confortado y me ha dado mucha paz.
¿Cuál es la situación actual en Colombia?
A principios del mes de abril, con pocos más de 100 contagiados de Covid-19, el Estado colombiano promulgó la cuarentena obligatoria, y desde ese momento toda actividad pública quedó suspendida, incluido el culto religioso en los templos. Desde entonces y hasta el día de hoy nuestras parroquias están cerradas. El número de contagios ha ido, pese a las medidas de aislamiento, aumentando. Hoy, 12 de junio, el reporte en Colombia es el siguiente, según los datos oficiales:
45.212 casos confirmados
1.488 fallecidos
17.790 recuperados
458.324 muestras procesadas
La enfermedad se ha extendido en los 32 departamentos del país y en el Distrito capital de Bogotá, siendo éste último el lugar de mayor número de contagios.
La problemática en el país por la toma de medidas de aislamiento ha derivado en la crisis económica de tantas familias que vivían al día con sus trabajos, especialmente en los barrios ubicados al sur de la ciudad, donde los sectores son más pobres. Desde entonces hemos transcurrido los días viviendo en aislamiento en nuestros hogares, y hasta hace pocos días hemos pasado del aislamiento a una cuarentena donde ya se han retomado algunas actividades laborales, aunque sectores enteros de la ciudad de Bogotá siguen en aislamiento absoluto a causa del aumento de los contagios en ellos.
¿Cómo estás viviendo tu fe durante este tiempo?
Dios, a través de esta situación, saca también lo mejor de las personas. La fe en este tiempo no puede ir desligada de la caridad. Yo he experimentado más que nunca en mi vida y en mi ministerio que la caridad para con los necesitados es una oración agradable a Dios.
Por un lado, en la parroquia hemos estado celebrando la liturgia de la Iglesia a través de los medios virtuales para poder llegar a las familias en sus hogares. También hemos orientado a las familias a poder realizar liturgias domésticas, y hemos animado al rezo de Rosario.
Además, hemos invitado a los fieles a que escuchasen la voz del Santo Padre, el Papa Francisco, y a nuestro pastor, el Cardenal Rubén Salazar Gómez, que en estos días ha entregado la diócesis a un nuevo arzobispo, Monseñor Luis José Rueda Aparicio, que el 11 de junio tomará posesión.
Por último, con la entrega de alimentos, cada semana desde el inicio de la cuarentena, hemos ido apoyando cada vez más a un número mayor de familias que lo están pasando verdaderamente mal. Aquí hemos podido sostener las ayudas gracias a donaciones llegadas desde España, desde la delegación de Misiones de la diócesis de Segorbe-Castellón, desde la parroquia de la Santísima Trinidad de Castellón, y desde la Basílica de la Mare de Déu del Lledó. Ahora, a través de la policía nacional colombiana y de la alcaldía, hemos incrementado aún más el número de familias auxiliadas. El pasado jueves, 4 de junio, por ejemplo, pudimos hacer una entrega de alimentos a 450 familias del sector de la parroquia.
¿Cómo está viviendo esta situación la Iglesia colombiana?
La Iglesia colombiana está preocupada de la fe de los fieles que no pueden asistir al culto en los templos parroquiales, pero somos conscientes como Iglesia de que Dios se sirve de este acontecimiento para valorar aquello que antes teníamos y no apreciábamos: el podernos reunir en asamblea para la oración en nuestras parroquias. Ahora muchas personas queriendo reunirse en los templos parroquiales a orar no lo pueden hacer, queriendo participar de la Eucaristía y comulgar no es posible aún. Jamás habíamos vivido algo así, pero el pueblo colombiano siempre se ha caracterizado por su fe en el Dios Altísimo y con la tradición del rezo de las novenas, característico de los colombianos, y del Rosario, nuestras casas se han convertido más que nunca en lugar de oración.
¿Un mensaje de esperanza?
Las tristezas y angustias, las esperanzas y las alegrías de los hombres son también las de los cristianos (Gaudium et Spes). Por eso los cristianos tenemos la misión, en medio de esta pandemia, de irradiar con nuestra esperanza en la Vida Eterna y de que Dios es nuestra riqueza, a tantas personas que viven desconsoladas y desesperanzadas. Animamos a los cristianos más que nunca a no esconder nuestro tesoro e irradiarlo.
Un grupo de altos mandos de Colombia, acompañados por el capellán castrense, han visitado a Mons. Casimiro López Llorente. Los militares están en Castellón siguiendo una formación militar y de ética profesional, y aprovechan junto con sus esposas para hacer algunas visitas institucionales.
El Obispo les recibió en el palacio episcopal y les explicó la historia de Segorbe-Castellón. El grupo castrense también fueron recibidos en el Ayuntamiento de la ciudad, en la UJI o por la jefatura de la Policía Nacional. En el programa de visitas también tienen previsto ir a la Basílica de San Pascual Baylón, patrón de la Diócesis.
Especialistas en emergencias de Cáritas Colombia están en la región de Mocoa, la capital del departamento de Putumayo, en el sur occidental del país, desde que se constataron los trágicos efectos de las inundaciones en Colombia del fin de semana pasado. En contacto con el obispo de la zona afectada, Mons. Luis Albeiro Maldonado, y con las Caritas Locales de Pasto y Neiva se ha implementado un plan inmediato de atención y apoyo a los damnificados. Se han contabilizado 150 muertos y más de 220 heridos, mientras la situación sigue “compleja y caótica”, según el testimonio del Obispo.
Desde Segorbe-Castellón, el equipo de Cooperación Internacional de Cáritas Diocesana ha puesto su engranaje en marcha con la difusión y sensibilización de la emergencia, abriendo cuentas para donativos. Como miembro de Cáritas Española, se participa en el Grupo de Trabajo para Colombia de Cáritas Internationalis y cuenta con una estrecha relación fraterna con Cáritas Colombiana.
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