Mes de marzo: el Papa y la Conferencia Episcopal nos piden orar por las familias en crisis y por los seminaristas
Con el inicio del mes de marzo se renuevan las intenciones de oración que propone el Papa Francisco y la Conferencia Episcopal Española. El Santo Padre dirige su intención por las familias en crisis: “oremos para que las familias divididas encuentren en el perdón la curación de sus heridas, redescubriendo incluso en sus diferencias las riquezas de cada uno.”
Oración Mensual
Padre Bueno, Tú quisiste que tu Hijo naciera en una familia, en un espacio de amor y ayuda en el que el Salvador “crecía y se fortalecía». Hoy traemos ante tu mirada a todas las familias atravesadas por la división y la crisis, rogándote que abras en ellas espacios para comunicarse de corazón a corazón, aprendiendo el difícil arte de la reconciliación.
Que el Corazón de tu Hijo Jesús les descubra la buena noticia que esconde la crisis, ayudándoles a afinar el oído del corazón e impulsándoles a dar paso al perdón.
Sopla tu Espíritu sobre todas ellas para que con el sostén de la gracia y el acompañamiento de familiares y amigos puedan dar un nuevo “sí» que haga posible en ellas, que el amor renazca fortalecido, transfigurado, madurado, iluminado.
Amén.
Por otra parte, la intención de oración de la Conferencia Episcopal Española, por la que también reza la Red Mundial de Oración del Papa, es “por los seminaristas, para que, ayudados por sus formadores, respondan a su vocación y se conviertan en apóstoles alegres que susciten, en medio de los jóvenes, la llamada de Dios al ministerio sacerdotal.”
En su carta del 11 de marzo de 2023, nuestro Obispo D. Casimiro nos pedía lo siguiente:
«Propongamos personalmente a niños, adolescentes y jóvenes la llamada de Dios al sacerdocio tomando como modelo el llamamiento de Jesús a sus apóstoles. La llamada de Jesús fue siempre directa y personal. No tengamos miedo a proponer explícitamente la vocación al sacerdocio. Si la respuesta es negativa ya tenemos respuesta; si es dubitativa hay que hacer un seguimiento, y si es afirmativa ya tenemos una vocación. La propuesta vocacional necesita personas convencidas e identificadas con su vocación.
Hemos de acompañar a los niños, adolescentes y jóvenes que se sienten llamados por el Señor para ayudarles a discernir y madurar su vocación. Con este fin reabrimos hace unos años el Seminario Menor. Pensemos también en el seminario en familia o en grupos de acompañamiento. Los sacerdotes y agentes de pastoral deberían acompañar a las familias y en especial a aquellas que tengan hijos con inquietud vocacional, para que favorezcan la vocación.
Cuidemos con esmero a nuestros seminarios, a nuestros seminaristas y las vocaciones al sacerdocio ordenado. Seamos también generosos en la colecta. La Iglesia y nuestro mundo necesitan sacerdotes, hombres de Dios para servir a los hermanos».