La celebración en nuestra Diócesis será el próximo 11 de noviembre
Este año 2021 se cumplen 75 años de la existencia de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). Son 75 años de un movimiento de trabajadores y trabajadoras cristianos. 75 años de encuentro entre la Iglesia y el mundo obrero.
La HOAC de Segorbe-Castellón lo celebrará con una Eucaristía el próximo jueves, 11 de noviembre, a las 19:00 h. en la parroquia de la Sagrada Familia en Castellón de la Plana, que será presidida por D. Casimiro López, Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón.
Desee HOAC quieren dar gracias a la Iglesia, por haberles llevado hasta Jesucristo y enviarlos a compartir esta experiencia en el mundo obrero y del trabajo. El agradecimiento lo hacen también extensivo al mundo obrero y sus organizaciones «por tantas luchas por la justicia y la dignidad de la persona y por lo mucho que nos han aportado en nuestras vidas y en la misma manera de vivir el Evangelio de Jesús», aseguran desde el movimiento.
Bajo esta premisa, afirman, «seguiremos respondiendo, agradecidos con nuestras vidas, y continuando en el empeño de ser hoy Iglesia en el mundo obrero y mundo obrero en la Iglesia», porque como nos recuerda el papa Francisco: “hoy el trabajo está en riesgo. En un mundo donde el trabajo no se considera con la dignidad que tiene y que da. El mundo del trabajo es una prioridad humana y, por tanto, una prioridad cristiana”.
Desde HOAC afirman que aún tienen «una importante labor y queremos seguir colaborando como Iglesia, por fidelidad a Jesucristo, a crecer en el servicio a los empobrecidos y en la defensa del trabajo digno».
Monseñor Casimiro López Llorente ha presidido, esta mañana, la Eucaristía en la Solemnidad de Todos los Santos en el cementerio de Castellón
La explanada del Camposanto de Castellón, ha sido el escenario de la celebración litúrgica que ha rendido culto a Todos los Santos. La ceremonia ha estado presidida por el Obispo de nuestra Diócesis y concelebrada por el Vicario de Pastoral, D. Miguel Abril; el Arcipreste de Castellón norte, D. Joaquín Muñoz; y el secretario particular, D. Ángel Cumbicos.
La liturgia de esta Solemnidad lo ha sido de celebración, no solo por los santos conocidos, sino también por todos aquellos anónimos que practicaron silenciosamente la plenitud del Evangelio en la vida cotidiana. La de hoy es una fiesta que, sin duda, nos invita a la esperanza de quienes, aún en esta tierra, nos encomendamos a todos ellos para, que no solo intercedan por nosotros, sino para seguir su ejemplo en nuestro camino a la santidad. Porque como ha resaltado D. Casimiro, «todos estamos llamados a la santidad».
Ya en la introducción de la liturgia se nos invitaba a la reflexión respecto a los santos que, con la misma carne y sangre que nosotros tuvieron la valentía de ser diferentes, de hacer las cosas ordinarias de la vida a la manera extraordinaria de Cristo, de quien toman su valor y a quienes hemos de imitar siguiendo su ejemplo de integridad, de entrega a Dios y a sus hermanos, trabajando por la justicia, la verdad y la paz.
Hay tantos como asegura el vidente del Apocalipsis (7,2-4.9-14) «una gran multitud, que nadie podía contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua (…) los que han sobrevivido al tiempo de la gran angustia; han lavado sus ropas y las han blanqueado en la Sangre del Cordero». Frente al pueblo que anhela ver el rostro del Señor, el salmista nos ha recordado quien podrá subir al monte de El Señor y quien podrá estar en su lugar santo, que no será sino aquel cuyas manos están libres de pecado, cuyo corazón es limpio, que no desea lo que es vano.
A través de la Palabra proclamada (1 Juan 3,1-3) nos hemos sentido hijos amados por Dios, lo que viene a refutar la esperanza basada en Él y en que cuando se revele «todo se hace puro como Él es puro». Los santos nos revelan la esperanza cristiana por haberla vivido plenamente en su existencia, entre alegrías y sufrimientos, poniendo en práctica las Bienaventuranzas que Jesús predicó y que hoy han resonado en el Camposanto de Castellón a través del Evangelio de Mateo (5,1-12).
Así lo ha resaltado nuestro Obispo en la predicación de su homilía pues la santidad, ha dicho, «es la búsqueda de la perfección del amor y la felicidad plena que todo ser humano desea y busca y a la que todos estamos llamados». Para lograrlo, ha asegurado D. Casimiro, «no es preciso realizar acciones y obras extraordinarias, ni poseer carismas excepcionales sino acoger en Jesús el amor de Dios y seguirlo por el camino de las bienaventuranzas y de los mandamientos, del servicio y de la entrega de sí por amor a Dios y al prójimo, sin desalentarse ante las dificultades».
Citando a San Bernardo, nuestro Obispo nos ha recordado que el significado real de esta fiesta lo es, no por honrar a los santos, sino porque «su recuerdo y la contemplación de su ejemplo, susciten en nosotros el gran deseo de ser como ellos, de caminar a la patria celestial, felices por vivir para siempre junto a Dios, participando de su amor, de su luz y de su gloria, formando parte de la gran familia de los amigos de Dios».
«No es imposible ser santos», ha dicho D. Casimiro, «porque se nos es dado por la Gracia de Dios a vivir y a participar de su misma vida y amor con nuestra perseverancia, nuestro esfuerzo para no desviarnos del camino que nos muestra Jesús en las Bienaventuranzas». Y hoy estamos invitados, como los apóstoles, «a ir al monte de las Bienaventuranzas y escuchar una vez más a Jesús, que nos llama a los pobres de espíritu y ponen su esperanza en Dios». Porque, recordando el Evangelio, «dichosos son aquellos que saben perseverar en el camino iniciado en el Bautismo pese a la dificultad, la persecución, los insultos, porque saben que están en manos de Dios y que Él camino con ellos con la fuerza del espíritu, y ese el camino para llegar a la santidad, a la perfección del amor, a la plenitud de la vida y a ese encuentro para siempre con Dios», ha enfatizado el Obispo.
La homilía ha finalizado pidiendo la intercesión de la Santísima Virgen María, que siempre acompañó a los discípulos en en el seguimiento de Jesús, «nos guie, nos acompañe y nos lleve también a estar junto a Ella por ser madre asunta a los cielos y coronada como Madre de toda la Creación».
Tras la celebración, el pasillo central del Camposanto ha acogido la procesión hasta el monolito de la Cruz, donde el Obispo de la Diócesis ha rezado un responso en recuerdo de todos los fieles difuntos, a quienes también ha recordado durante su homilía, y cuya festividad conmemora, manaña 2 de noviembre, la Iglesia católica.
Cabe recordar que esta tarde, a partir de las 16.00h, en el cementerio de Segorbe, D. Casimiro presidirá también el rezo del santo Rosario y la cleberación litúrgica de Todos los Santos.
El movimiento Cursillos de Cristiandad ha regresado con fuerza tras la pandemia consiguiendo la participación de 43 cursillistas y habiéndose quedado en lista de espera 25 personas. Tal como ha confirmado Elena Machí, miembro del equipo, «el cursillo ha sido muy fructífero pues hemos sido testigos del encuentro de los participantes con el Señor durante todo el fin de semana».
El cursillo fue clausurado ayer tarde por el Obispo de la Diócesis quien animó a los participantes «a perseverar en el entusiasmo, alegría y emoción de este encuentro con el Señor vivo y resucitado». D. Casimiro manifestó también su «alegría, como pastor de la Iglesia diocesana», al comprobar que, «tras los momentos de sequía por los que durante años ha atravesado el movimiento de Cursillos de Cristiandad, el Señor ahora os bendice a través de encuentros como éste que no hacen sino poner de manifiesto que la Iglesia sigue viva». El Movimiento se encuentra ya preparando su próxima actividad, en esta ocasión para jóvenes, que vivirán una experiencia inolvidable en la «Escuela de verano a Oporto», que se celebrará del 7 al 15 de agosto.
Hoy, hace 15 años, Monseñor D. Casimiro López Llorente tomó posesión como Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón. Este año se ha cumplido también el 20 aniversario de su ordenación episcopal, siendo nombrado Obispo de Zamora en 2001. Cinco años más tarde fue designado es el Obispo número 71 de la sede de Segorbe, y el cuarto desde la configuración de la diócesis como Segorbe-Castellón.
Acompañado de numerosos fieles, tomó posesión en la Catedral de Segorbe con la celebración de la Eucaristía, coincidiendo con la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, una fiesta con mucho significado para la Iglesia. Sus primeras visitas fueron a los Patronos de la Diócesis, el Santuario de la Cueva Santa y la Basílica de San Pascual Bailón. En la actualidad, D. Casimiro, además de Obispo de la Diócesis es el presidente del Consejo Episcopal de Asuntos Jurídicos desde 2020 de la Conferencia Episcopal Española, donde, entre otros cargos, ha sido miembro de la Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos, miembro de las Comisiones Episcopales de Apostolado Seglar, y de Enseñanza y catequesis, habiendo sido Presidente de esta Comisión desde 2008 a 2014.
Con el inicio del mes de mayo se renuevan las intenciones de oración que propone el Papa Francisco y la Conferencia Episcopal Española. El Papa dirige su intención universal de oración por el mundo de las finanzas: “Recemos para que los responsables del mundo financiero colaboren con los gobiernos, a fin de regular el campo de las finanzas para proteger a los ciudadanos de su peligro”.
En la encíclica “Laudato Si’”, Francisco indica que «la economía asume todo desarrollo tecnológico en función del rédito, sin prestar atención a eventuales consecuencias negativas para el ser humano. Las finanzas ahogan a la economía real. No se aprendieron las lecciones de la crisis financiera mundial y con mucha lentitud se aprenden las lecciones del deterioro ambiental. […] El mercado por sí mismo no garantiza el desarrollo humano integral y la inclusión social. Mientras tanto, tenemos un superdesarrollo derrochador y consumista, que contrasta de modo inaceptable con situaciones persistentes de miseria deshumanizadora, y no se elaboran con suficiente celeridad instituciones económicas y cauces sociales que permitan a los más pobres acceder de manera regular a los recursos básicos. No se termina de advertir cuáles son las raíces más profundas de los actuales desajustes, que tienen que ver con la orientación, los fines, el sentido y el contexto social del crecimiento tecnológico y económico». (109)
Advierte también que «la política no debe someterse a la economía y ésta no debe someterse a los dictámenes y al paradigma eficientista de la tecnocracia. Hoy, pensando en el bien común, necesitamos imperiosamente que la política y la economía, en diálogo, se coloquen decididamente al servicio de la vida, especialmente de la vida humana». (189)
Por otra parte, la intención de oración de la Conferencia Episcopal Española (CEE), por la que también reza la Red Mundial de Oración del Papa, es “por los ancianos, especialmente por los que viven en soledad, para que encuentren la ayuda material y espiritual que necesitan”.
Nuestro Obispo, D. Casimiro, nos hablaba de ellos en su primera carta de este año 2021, que llevaba por título “La estima y atención de los ancianos”. «Nuestros ancianos son un tesoro para la familia, la Iglesia y la sociedad. Ellos se merecen todo nuestro aprecio y cuidado siempre y en particular en la soledad, en la debilidad, en la enfermedad y también al final de sus días en esta tierra», nos decía.
«Es doloroso constatar a menudo el poco aprecio hacia nuestros mayores en la vida pública», y ante ello nos exhortaba a no dejarlos solos y a ser agradecidos con ellos, «de modo especial, esmeremos nuestro cuidado por los ancianos que están enfermos o viven solos».
También, en este sentido es importante la Jornada Mundial de los Abuelos y Personas Mayores, que se celebrará por primera vez el próximo 25 de julio. El tema escogido por el Papa es: “Yo estoy contigo todos los días”. Con este mensaje, desde la Santa Sede «se quiere expresar la cercanía del Señor y de la Iglesia en la vida de cada persona mayor, especialmente en este difícil momento de pandemia».
Ayer, miércoles 28 de abril, el Seminario Diocesano, Internacional y Misionero, Redemptoris Mater, acogió el acto de promesa de celibato y profesión de fe de David Vázquez, Wilson González y Jae Kong Albino Hong, seminaristas que el próximo 15 de mayo recibirán el orden del Diaconado transitorio en la S.I. Catedral de Santa María, en Segorbe, a las 11h.
La profesión de fe y la promesa de celibato, prescriptivos antes de recibir la ordenación diaconal transitoria, se realizó en el transcurso de una Eucaristía presidida por el Obispo de la Diócesis, D. Casimiro López Llorente quien en la homilía destacó la importancia del «discernimiento, de la acción del Espíritu Santo, y de la misión» tal como reflejaba ayer primera lectura (Hch 12, 24-13) y que aprovechó el Obispo para poner de relieve que «la palabra de Dios es rica y adecuada para cada momento», como el vivido ayer por los tres seminaristas a quienes D. Casimiro exhortó a mantenerse firmes en la obediencia a Dios, «que no es otra cosa – dijo – que ponerse a la escucha a Dios que nos habla, no solo a través de su palabra, sino también a través de los acontecimientos, para discernir cual es el camino que Él nos marca». Este tiempo de discernimiento es necesario, resaltó el Obispo, porque junto a los formadores y a la comunidad «habéis discernido si la llamada era real o era un antojo; si teníais la capacidad y la disponibilidad para ser llamados, adquiriendo así la castidad, la pobreza y la obediencia, desde la oración y el ayuno, escuchando la acción del Espíritu Santo».
Diaconado transitorio
Al diacono transitorio se le confiere este ministerio por un periodo. Es un tiempo de aprendizaje y de preparación antes de la ordenación sacerdotal, hasta que se considera al candidato suficientemente maduro para ser ordenado por el Obispo. En este sentido, D. Casimiro recordó que recibir el diaconado «imprime un carácter que ya es imborrable y para siempre pues sois representación visible de aquel que es la única cabeza de la iglesia». Les recordó. utilizando las palabras del Papa emérito, Benedicto XVI, que son «pequeños colaboradores de la tarea del Señor y de la acción del Espíritu Santo». De esta forma, aseveró el Obispo, sabemos que nuestra tarea es fundamentalmente llevar a las personas con el encuentro con Cristo, que les lleve a la fe en él, a adherirse a él, a confiar en el él», en definitiva, «acoger la propia palabra para hacerla vida», y esa, concluyó D. Casimiro, «es la misión que el señor os va a encomendar tras estos meses de preparación y de servicio a Dios y a los hermanos».
Hoy la Iglesia celebra San Jorge, soldado, mártir y santo patrono de los soldados, coincidiendo con la celebración del «Día internacional del libro». En un acto conmemorativo organizado por El Corte Inglés en el que se ha celebrado esta jornada con el objetivo de fomentar la lectura, se ha invitado a participar en la «lectura continuada» al Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, que hoy se encuentra participando en Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española. Al acto ha asistido, por designación de D. Casimiro, el Vicario General, Javier Aparici, en su representación, participando en la lectura de «Los pazos de Ulloa» de Emilia Pardo Bazán. También han participado otras autoridades civiles y militares entre quienes se encontraban la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, la Diputada de Cultura, Ruth Sanz, la Subdelegada del Gobierno, Soledad Ten; y el Coronel de la Guardia Civil, Miguel Fresneda, entre otros.
El culto y la devoción a San Vicente Ferrer será protagonista esta semana en la Diócesis de Segorbe-Castellón, no solo por ser Patrón de la Comunidad Valenciana, sino también porque es venerado por los feligreses de diversas parroquias de nuestra Diócesis. Es cierto que las restricciones por la pandemia han obligado a suspender romerías de gran tradición como la de Borriol en la que se produce una gran participación, por ello, tal como, ha confirmado su párroco, Pere Saborit, «lo prudente es no celebrarla». Igualmente ocurrirá con la popular y tradiconal procesión de San Vicente en la Vall d’Uixó, aunque la presencia del Santo se hará patente en las calles durante la celebración de estas fiestas patronales.
LLucena
La dilatada trayectoria en la celebración en honor a San Vicente Ferrer en este municipio, lo es no solo por la Ermita que se erige en la entrada del pueblo en su nombre, sino también «por las huellas que dejó el Santo en el municipio en su predicación tal como consta en la placa que conmemora el lugar de dicha predicación», comenta el párroco, Héctor Gozalbo. De hecho el Obispo, D. Casimiro López Llorente presidirá la la procesión (11.00h) desde la Ermita hasta el templo parroquial de Llucena, donde se celebrará la Solemne Eucaristía a las 11.30h. La procesión cuenta con las preceptivas autorizaciones.
La Vall dÚixó
En las fiestas vicentinas de este año en La Vall d’Uixó, la actividad de la Parroquia de Nuestra Señora de La Asunción, donde se venera la imagen del Santo, ha cobrado mayor protagonismo si cabe, por cuanto la parte lúdica de la fiesta no se ha celebrado, poniendo de relieve que «la esencia y el núcleo de las fiestas es la devoción y culto a San Vicente Ferrer y todo lo demás nace de este fervor popular». Así, el párroco, Marc Estela, mantendrá durante todo el fin de semana las puertas del templo abiertas, invitando a los fieles a celebrar la tradicional ofrenda a la Virgen con carácter individual y familiar. La celebración de mañana comenzará a las 12,00 con la Solemne Eucaristía en la Parroquia de Nuestra Señora de La Asunción. Por otra parte, a pesar de que no se podrá celebrar la procesión popular, la imagen del Santo se ubicará en la entrada del templo y a las 19,00h de la tarde se celebrará un momento de intensa oración en la plaza ante la imagen de San Vicente donde los feligreses, siguiendo las medidas de seguridad, podrán expresar su manifestación de fe amparándose al Santo considerado, además de pacificador y predicador, abogado contra las epidemias y enfermedades contagiosas. Por otra parte, al coincidir la Novena con la Semana Santa, ésta se va a celebrar durante esta próxima semana en la parroquia a partir de las 19,00h en acción de gracias y será retransmitida por las televisiones locales para todos aquellos fieles que no puedan acudir presencialmente.
Celebraciones en otras parroquias
En municipios tan característicos como Borriol, se celebrará la Santa Misa (10.30h), al igual que en la Parroquia de San Vicente Ferrer de Almassora (10.00h), en San Vicente de Piedrahita (11.00h), y en la Parroquia de San Vicente de Castellón (19.00h). En la parroquia de La Asunción de Onda, donde hay una Capilla en honor al Santo, también se celebrará Solemne Eucaristía y además la Iglesia permanecerá abierta durante todo el día donde los fieles podrán, no sólo venerar a San Vicente, sino comprobar los trabajos de limpieza de las pinturas que decoran la cúpula y que han finalizado coincidiendo con la festividad.
A las 20.00h de esta tarde, en la Santa Iglesia Catedral, en Segorbe, el Obispo de la Diócesis ha presidido la Solemne conmemoración litúrgica de la Resurrección del Señor. Tras una noche en vela en honor del Señor, en esta antiquísima tradición se celebra la noche santa en la que el Señor resucitó, considerándose la madre de todas las santas liturgias.
La celebración ha comenzado con las luces del templo apagadas, mientras que la bendición del fuego, los ritos de preparación y el encendido del cirio pascual que representa la «Luz de Cristo» se ha realizado fuera del templo al que han accedido el Obispo y los Ministros por el pasillo central, proveyendo de luz a los feligreses que, sin moverse de sus bancos ya habían sido provistos previamente de sus cirios. Así, tras el inicio de la Vigilia o lucernario, se ha cantado el Pregón Pascual y tal como ha anunciado nuestro Obispo «hemos entrado en la Noche Santa de la Resurrección del Señor» y ha dado inicio, en silencio meditativo a la lectura de la Palabra de Dios.
Liturgia de la Palabra
La liturgia de la Palabra se ha celebrado con las lecturas del Libro del Génesis (1 y 2), y del Libro del Éxodo 14, intercaladas por el Salmo 103, precioso poema que se convierte en un verdadero himno a Dios, creador y conservador del universo y de todo lo que en él hay, todas las maravillas y esplendores de la creación, en su diversa y rica manifestación; así como el salmo 15 y el del Éxodo, dando paso a la Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos y a la Proclamación del santo Evangelio según San Mateo (28:1-10). Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento hablan de Cristo e iluminan la Historia de la Salvación y el sentido de los sacramentos pascuales produciéndose un diálogo entre Dios que habla a su Pueblo a través de las lecturas y el Pueblo que responde a través de los Salmos.
La homilía del Obispo se ha centrado en esta buena noticia, «antigua y siempre nueva» ha remarcado D. Casimiro, que resuena de nuevo en esta Vigilia Pascual: ¡Cristo vive. Ha resucitado!, «este es el centro de nuestra fe cristiana». En esta Noche Santa se cumplen las Escrituras proclamadas durante la liturgia como «manifestación del amor de Dios y de su voluntad salvífica universal» ha dicho el Obispo, recuperándose así todo el sentido de la creación pues el hombre, «creado por Dios a su imagen y semejanza, en comunión con Dios, con sus semejantes y la creación, está llamado a esa comunión en Cristo».
El mensaje de esta noche está cargado de esperanza pues, como ha resaltado D. Casimiro, «la muerte ha sido vencida, el pecado ha sido borrado, la humanidad ha quedado reconciliada». A través de la Resurrección de Jesucristo «todo está revestido de una nueva vida, y, en Cristo la humanidad es rescatada por Dios, y recobra la esperanza».
Renovación del Bautismo
En esta noche también renace el pueblo de Dios, la Iglesia, «con quien Dios ha sellado una alianza eterna y toda la tierra exulta y glorifica al Señor». En el transcurso de la Vigilia Pascual se renuevan las promesas del Bautismo, «renunciando a Satanás para creer firmemente en Dios y en sus planes de salvación». Y es modo nuevo de vida, ha dicho el Obispo, «no es temporal, sino inmortal y eterna, supone una vida en libertad de la esclavitud del pecado para ser libres y vivir en servicio constante del Dios vivo».
A través del bautismo, recibimos el don inicial de «ser cristianos y participar de la misma vida de Cristo», y esta noche a través de la renovación bautismal renovamos nuestra participación en la misma vida de Dios, creciendo y madurando a través del resto de sacramentos, de la oración y del compromiso de caridad en la Iglesia. En este sentido, el Obispo ha resaltado que vivir esta vida divina, supone «no vivir para sí mismo, porque egoísmo y Dios se excluyen; quien vive la vida divina vive para los demás ya que en los ellos descubre la presencia del Resucitado». Quien vive para Dios, ha enfatizado D. Casimiro, «transpira amor y perdón, alegría y paz, felicidad y esperanza; se convierte así en verdadero apóstol, testigo de la resurrección, despertando en cuantos encuentra a su paso el deseo de Dios».
Para terminar, ha invocado a María como testigo gozosa de la Resurrección para que «nos ayude a todos a caminar en una vida nueva» saliendo de ese hombre viejo que cada uno de nosotros hemos dejado crucificado con Cristo y «comportarnos como hombres nuevos que viven para Dios en Jesucristo». Tras la homilía D. Casimiro ha procedido de la bendición del agua bautismal dando paso al rito de la renovación del bautismo, la renuncia a Satanás y la profesión de la fe en el que han participado fervorosamente los feligreses segorbinos que han seguido la celebración de forma presencial.
En la celebración de esta tarde-noche la liturgia Eucaristíca cobra un especial sentido pues es la culminación de la noche Pascual pues Cristo, el Señor Resucitado, nos hace participar de su Cuerpo y de su Sangre, como memorial de su Pascua. La ceremonia ha concluido con la Bendición Papal con «Indulgencia Plenaria a todos los presentes que estén verdaderamente arrepentidos, se hayan confesado y hayan recibido la comunión».
Al igual que el resto de celebraciones litúrgicas del Triduo Pascual, la Vigilia ha sido retransmitida en directo por televisión de Castellón, así como otras televisiones locales y también por el canal diocesano de YouTube.
Hoy nuestra Diócesis está de celebración pues se cumple el 20 aniversario de la Ordenación Episcopal de nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente. El 2 de febrero de 2001 fue nombrado Obispo de Zamora y recibió la Ordenación episcopal el 25 de marzo de 2001. Cinco años más tarde, concretamente el 25 de abril de 2006 se hizo público su nombramiento como Obispo de Segorbe-Castellón, cargo del que tomó posesión el 23 de junio de ese mismo año.
Mons. Casimiro López Llorente, nacido en Burgo de Osma, cursó los estudios clásicos y de filosofía en el Seminario Diocesano de Osma-Soria. En 1973 se licenció en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca, siendo ordenado sacerdote en la Catedral de Burgo de Osma el 5 de abril de 1975. Su ministerio sacerdotal comenzó en Alemania, donde cursó estudios en Derecho Canónico en el Kanonistisches Institut de la Ludwig-Maximilians Universitä de Munich, licenciándose en esta materia y cursando el doctorado en esta misma materia. Durante esta etapa en la que concluía su brillante formación académica fue capellán de Religiosas y encargado de la pastoral de emigrantes en Alemania.
En su Diócesis de origen desempeñó diversos cargos pastorales hasta que en febrero de 2001 fue nombrado Obispo de Zamora. Actualmente, además de ser el Obispo de nuestra Diócesis es el presidente del Consejo Episcopal de Asuntos Jurídicos desde 2020 de la Conferencia Episcopal Española, donde, entre otros cargos, ha sido miembro de la Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos, miembro de las Comisiones Episcopales de Apostolado Seglar, y de Enseñanza y catequesis, habiendo sido Presidente de esta Comisión desde 2008 a 2014.
Este próximo mes de junio se cumplirá el 15 aniversario de su nombramiento como Obispo de nuestra Diócesis, siendo obispo número 71 de la sede segorbina, y el 4º desde la configuración de la diócesis como Segorbe-Castellón. Tomó posesión en la Catedral de Segorbe con la celebración de una Eucaristía, coincidiendo con la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, y sus primeras palabras fueron “quiero ser obispo para todos, y también anunciar el Evangelio a todos”.
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