Al servicio de la comunión y la misión
Queridos diocesanos
La evangelización de todos los hombres es la misión permanente y siempre nueva de nuestra Iglesia diocesana. Nuestra Iglesia no existe para sí misma, sino que ha sido convocada para ser enviada a anunciar, celebrar y servir a Cristo y su Evangelio, esperanza y vida para el mundo. Está tarea corresponde a todos: sacerdotes, religiosos y laicos, según la vocación, el ministerio, el carisma y los dones que cada uno ha recibido; a las familias cristianas, a las comunidades parroquiales y eclesiales, a los grupos y movimientos eclesiales.
No olvidemos que el programa de la Iglesia, hoy y siempre, es una persona: Jesucristo y su Evangelio de Salvación. Pero, para poder ser fiel a la tarea recibida, nuestra Iglesia diocesana ha de tener en cuenta los destinatarios, los hombres y mujeres de cada época, así como las circunstancias y las necesidades del momento, en que vive y lleva a cabo su misión. Por ello, desde la lectura de los signos de los tiempos, hemos de fijar los medios más adecuados para la acción pastoral y la eficacia salvadora del Evangelio. A este fin se encamina el Plan Diocesano de Pastoral, que en breve recibiréis impreso y que ya podéis ver en la página web de la Diócesis. En él se contienen las directrices y acentos pastorales en la tarea de nuestra Diócesis de Segorbe-Castellón durante el próximo quinquenio.
El Plan lleva por título ‘Por una Iglesia Diocesana de comunión para la misión”. A este propósito San Juan nos recuerda: “lo que hemos visto y oído, la Palabra de Vida, os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros. Y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto para que vuestro gozo sea perfecto” (1 Jn 1, 3). Estas palabras resumen a la perfección la razón de ser y de existir, la finalidad y la tarea permanente de nuestra Iglesia: como en su origen, la misión de la Iglesia es hoy y siempre anunciar y testimoniar a Jesucristo, la Palabra de Vida, para generar comunión con los creyentes, y, por ésta, con Dios, Padre e Hijo en el Espíritu. Ambas son inseparables. El anuncio y testimonio de la Palabra de Vida lleva a la fe, a la conversión y al bautismo, a la comunión en la nueva Vida en la comunión con los creyentes, la Iglesia. Ésta es y sigue siendo la llamada del Señor en este momento a nuestra Iglesia de Segorbe-Castellón. El fin de la misión evangelizadora nuestra Iglesia es invitar a la comunión con Dios y con los creyentes.
Como a Pedro, el Señor nos invita a remar mar adentro y a echar de nuevo las redes. Conducidos por el Señor, los católicos de Segorbe-Castellón nos disponemos a remar en la misma barca de la Iglesia diocesana hacia el ancho mar de nuestra sociedad. Antes de echar las redes, es necesario mirar al Señor, y, desde Él, mirarnos a nosotros mismos para recobrar la confianza. Es el Señor el que lleva el timón de la barca de nuestra Iglesia. Hemos de pasar de ponerlo todo en nuestras fuerzas a confiar plenamente en Él. Ahora nos toca a todos recibir y aplicar el Plan Diocesano de Pastoral, para trabajar unidos en la misma dirección.
Con mi afecto y bendición,
+ Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón
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