Preparar hoy la Navidad
Queridos diocesanos:
El Adviento es tiempo de preparación para la Navidad. ¿Cómo hacerlo en estos tiempos de crisis económica y espiritual? Los cristianos no podemos olvidar que en Navidad celebramos el nacimiento del Hijo de Dios. En Belén se nos muestra la entrañable humanidad de Dios y su solidaridad con el hombre. El Niño Dios, que nace en Belén, es el ‘Emmanuel’, el ‘Dios con nosotros’, el Mesías, el Salvador. En este Niño se manifiesta el Amor de Dios, que ofrece al hombre su vida y su amor. Dios ama tanto al hombre, que no tiene a menos hacerse uno de los nuestros para abrirnos el camino hacia su amor, para ser sus hijos y, en él, hermanos de todos los hombres; en Belén, Dios nos abre el camino al amor fraterno y solidario.
“Gloria a Dios en las alturas y en la tierra al hombre paz”, cantaremos en Navidad. San Ireneo decía que “la gloria de Dios es que el hombre viva”. La gloria de Dios no es algo que nos aleje de Él, sino algo que nos acerca a Él. La gloria de Dios es el resplandor que brota de su gran corazón; no es otra cosa sino el amor de Dios. De este amor divino nace el hombre.
Dios quiere al ser humano y se goza con sus hijos, los hombres. A Dios le alegra y le glorifica que el hombre viva. El amor de Dios es creativo y crea al hombre para que llegue a su plenitud. En esto consiste el amor, en que el amado sea lo más perfecto posible. La gloria de Dios se manifiesta dando vida y esplendor a sus criaturas. Por así decirlo, la gloria de Dios crece en la medida en que se acoge y crece la vida del hombre. La gloria de Dios dignifica al hombre, y la gloria del hombre engrandece la gloria de Dios. Dios quiere que el hombre viva, porque El es Amor y Vida.
En Navidad, Dios viene para que el hombre tenga vida. La razón última de este misterio es el gran amor de Dios. Jesús nace para que nos sintamos amados por Dios, para que tengamos vida y nos abramos a la esperanza. Jesús viene para curar e iluminar, para levantar y liberar, para perdonar y salvar. Jesús es el Dios que salva, ama y da Vida. La vida que Dios quiere para el hombre es la vida en plenitud. Esta vida empieza por la vida natural: Jesús también cura a los enfermos, alimenta a los hambrientos y resucita a los muertos. Esta vida sigue con la vida de comunión y del perdón, de la caridad fraterna y solidaria, de la paz y la justicia.
Prepararse para la Navidad es acoger a Dios y, a la vez, trabajar por acoger a los hombres, luchar para que todo hombre pueda vivir con dignidad. Prepararse a la Navidad es comprometerse con la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural; es extender la mano para levantar al caído; es acoger al que sufre soledad, pobreza, paro o marginación; es enfrentarse a la mentira que degrada y destruye; es rescatar al esclavo de sus vicios. Preparar la Navidad es saber dar a alguien razones para vivir y alentar la esperanza de muchos, amar desinteresadamente y que tu amor cree amor.
Son muchos los que a causa de la crisis económica están pasando verdadera necesidad, material y espiritual. Para ayudarles, nuestra Cáritas diocesana ha lanzado una colecta extraordinaria. De nuestra generosidad depende que Cáritas pueda atender a los más desfavorecidos. Así daremos gloria a Dios, celebraremos una cristiana Navidad.
Con mi afecto y bendición,
+ Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón
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