La Virgen del Carmen, Stella Maris
La devoción a la Virgen del Carmen está muy extendida en nuestra Iglesia diocesana y entre las gentes del mar, que la tienen como Patrona. El origen de la devoción a la Virgen del Carmen está en aquella nube blanca divisada desde la cumbre del monte Carmelo cuando el profeta Elías suplicaba a Dios que pusiese fin a una larga sequía. Mientras Elías oraba a Dios por la lluvia, mandaba una y otra vez a su criado que subiera a la cumbre del monte. A la séptima vez dice el criado: “Se divisa una nubecilla, pequeña como la palma de la mano de un hombre, la cual sube del mar… Y en brevísimo tiempo el cielo se cubrió de nubes con viento, y cayó una gran lluvia” (1 Re 18, 44). En esa nubecilla, semejante ‘a la palma de un hombre’ y cargada de lluvia, se reconoció la figura de la Virgen. Porque María, dándonos al Salvador al mundo, fue la nube que nos dio al Salvador, la Buena Noticia del amor Dios para todos y la luz que nos guía. Leer más