Monseñor Enrique Benavent, Arzobispo de Valencia: «Una Iglesia en la que haya divisiones no da testimonio de Cristo»
La Catedral de Valencia acogió ayer una emotiva y multitudinaria Misa de toma de posesión de Monseñor Enrique Benavent como nuevo Arzobispo de Valencia, concelebrada por cerca de 40 cardenales, arzobispos y obispos procedentes de diferentes diócesis, entre ellos D. Casimiro López Llorente, y cientos de sacerdotes, en la que el nuevo Pastor ha exhortado a la unidad, a la comunión, a la fidelidad y a la caridad, porque “una Iglesia en la que haya divisiones, porque vivimos en ella con criterios que no son evangélicos, o porque buscamos antes nuestros propios intereses que los de Cristo, no da testimonio del Señor”.
El nuevo Arzobispo de Valencia expresó que “durante estas últimas semanas, en muchas ocasiones se me ha preguntado sobre mi programa pastoral. La Iglesia, aunque esté organizada, no es una organización humana con fines terrenos”.
Así, “no somos un poder fáctico que actuamos a escondidas. Aunque tenemos el deber de trabajar por una sociedad más justa y, por tanto, es legítimo que muchos se comprometan en la vida política, la Iglesia no es un partido político”, aseguró.
El Obispo «está llamado a ser un siervo bueno del Señor. Lo es si apacienta el rebaño consciente de que no le pertenece y de que, por encima de él hay un Supremo Pastor a quien debe rendir cuentas de su trabajo”. La “única motivación válida para asumir esta tarea es el amor a Dios”.
Igualmente, monseñor Benavent ha destacado que “nuestra misión abarca la totalidad de nuestra vida y que, por ello, tenemos la exigencia no solo de hacer las cosas bien externamente, sino de llegar a ser modelos del rebaño del Señor”.
Y también animó a “no dejarnos vencer por el desánimo y la desilusión ante las dificultades del momento presente”. La Iglesia diocesana “no es completa sin el obispo, pero el obispo no es toda la diócesis”.
“Todo esto sería estéril sin la comunión en la caridad, que es el fruto que el Señor espera de sus discípulos. En estos momentos este testimonio es fundamental si queremos que la palabra del Evangelio interrogue a nuestros contemporáneos”, afirmó.
“La humanitat té dret a esperar de l’Església una paraula d’amor”
En su homilía, monseñor Benavent expresó que “en el nostre món hi ha molt de sofriment. Sovint estem tan centrats en nosaltres mateixos que som incapaços de veure-ho. La humanitat té dret a esperar de l’Església una paraula d’amor”.
“Això és sembrar el Regne de Déu en el cor del món i el papa Francesc ens convida a no acostar-nos a les persones amb actituds de condemna, perquè quan algú se sent condemnat és molt difícil trobar camins que el porten a Crist”. La “missió és tan gran que supera les nostres forces”.
“Ser bisbe no és un càrrec d’honor, és una missió”
En su homilía, monseñor Benavent se refirió al nuevo encargo que recibe como Arzobispo que “no és un càrrec d’honor, és una missió” y, en esa nueva misión, la gratitud ha de ser el «tono vital de la vida del creient i de la relació entre les persones”.
“Cada vegada que se celebra l’Eucaristia, el sacerdot recorda que allò que és just i necessari, que el nostre deure i la nostra salvació estan a donar gràcies a Déu “sempre i en tot lloc”. L’Església de València agraeix en esta Eucaristia al Senyor el do d’un nou pastor, que té l’encàrrec de conduir-la cap al Regne de Déu, anunciant l’Evangeli, celebrant el Misteri de la Salvació i servint amb amor al Poble de Déu i a totes les persones”.
“Per a mi esta celebració és un moment d’acció de gràcies a Déu, perquè rebre una nova missió per a servir a l’Església és un nou regal del Senyor”, aseguró.
“El fet d’haver sigut cridat a treballar en la Vinya del Senyor és un honor, i no perquè pensem que per esta crida som automàticament més sants i millors que els altres, sinó perquè és una Gràcia”.
“Esta convicció m’ha acompanyat en tots els moments de la meua vida sacerdotal i episcopal, des dels meus primers inoblidables anys en la parròquia de sant Roc i sant Sebastià d’Alcoi, fins a estos últims nou anys i mig en la per a mi tan estimada diòcesi de Tortosa; i m’ha ajudat a superar les dificultats, rutines o moments de descoratjament que hagen pogut aparéixer en el camí”.
“La vertadera alegria és ser un treballador en la Vinya del Senyor i, com ens va ensenyar el papa Benet XVI, viure-ho amb humilitat. No done gràcies al Senyor perquè m’ha enviat a esta diòcesi concreta, a la qual mai podré retornar-li tot el que he rebut d’ella, (això per a mi és, en tot cas, una major responsabilitat) sinó perquè s’ha fiat de mi i m’ha confiat un nou encàrrec. Ser bisbe no és un càrrec d’honor, és una missió”.
El nuevo Arzobispo de Valencia, cuyas primeras palabras fueron de agradecimiento a todos los que le acompañaron en la celebración, saludó con las mismas palabras con las que San Vicent Ferrer comenzaba sus sermones y que “expressen allò que realment és important i el que deuríem ser tots: Bona Gent!”, afirmó.
Procesión desde la Basílica de la Virgen hasta la Catedral de Valencia
Tras la visita a la Basílica de la Virgen, la procesión llegó a la Catedral de Valencia, y en la Puerta de los Hierros, monseñor Benavent fue recibido por el Cabildo Metropolitano, que le ofreció a besar, en manos del canónigo más antiguo, la reliquia del Lignum Crucis y el agua bendita.
El Nuncio de Su Santidad en España, Monseñor Berdardito Auza, presentó el Arzobispo electo al deán, Vicente Fontestad y, a continuación, toda la comitiva se dirigió a la capilla del Santo Cáliz, donde el Arzobispo electo adoró al Santísimo Sacramento.
El rito de toma de posesión comenzó con la procesión hacia el altar mayor de la Seo.
La Eucaristía Pontifical fue presidida inicialmente por el nuncio Apostólico de Su Santidad en España, Monseñor Bernardito Auza, hasta el momento que monseñor Benavent ocupó la sede, la Cátedra Arzobispal, donde le fue entregado la mitra y el báculo.
Palabras administrador apostólico, el Cardenal Cañizares
Antes de iniciarse la celebración, el cardenal Antonio Cañizares aseguró que “damos gracias a Dios porque el Santo Padre papa Francisco ha elegido a mi querido hermano don Enrique Benavent Vidal para continuar la sucesión apostólica en esta sede metropolitana de Valencia” y dirigiéndose a Monseñor Benavent afirmó que “vienes a una diócesis que bien conoces como valenciano, una diócesis que se siente comprometida a evangelizar y, por ello mismo se encuentra en una misión diocesana mariana en toda la diócesis, en parroquias y comunidades”.
Asimismo, afirmó que “la Diócesis de Valencia es y se siente misionera y por ello además de los abundantes misioneros y misioneras en tierras de misión Ad Gentes, ha asumido el compromiso y la ayuda económica total de los vicariatos apostólicos de San José y de Requena en la Amazonía de Perú”.
“También es una ayuda muy significativa ese amor preferencial por los pobres, amor preferencial que se manifiesta en la obra gigantesca de Cáritas Diocesana, las Cáritas parroquiales, otras instituciones eclesiales o las fundaciones creadas recientemente, por ejemplo Paupéribus o al fundación diocesana por el empleo”, explicó.
Finalmente, concluyó su intervención con la petición “a Dios para que te ayude, que el espíritu te asista y te de fuerzas para servir a esta diócesis ya que sabes que te queremos de verdad y estaremos junto a ti como padre, hermano y pastos nuestro”.
Palabras del Nuncio de Su Santidad en España
Tras las palabras del Cardenal Cañizares, el Nuncio de Su Santidad en España intervino para trasladar el mensaje del Papa Francisco:
“Me es muy grato manifestarles el afecto particular de Su Santidad el papa Francisco hacia todos y cada uno de ustedes a quienes otorga su bendición apostólica con ocasión tan importante por la Iglesia que peregrina en esta Archidiócesis, una vez más la solicitud del Papa por esta distinguida Iglesia particular de Valencia, rica en historia, en cultura, en tradiciones, que ha nacido de la fe, se hace patente con el nombramiento de don Enrique Benavent Vidal cuyas virtudes, cualidades y probadas dotes en el desempeño del ministerio episcopal le recomiendan como Pastor celoso y entregado.
También destacó que “tomando como lema episcopal las palabras de San Pablo, con amor sincero y palabras verdaderas apreciamos en monseñor Benavent su manifestado deseo de ofrecer la palabra de aquel que es la verdad, la palabra del evangelio que nos da la vida, que limpia nuestro corazón, que nos permite permanecer en Dios y posibilita que Él permanezca en nosotros”.
Por otro lado, se dirigió al cardenal Cañizares y aseguró que “en estos momentos, en nombre del Santo Padre, a quien tengo el honor de representar, cumplo también el deber de felicitar muy vivamente al eminentísimo y reverendísimo Antonio Cañizares Llovera por la dedicada misión apostólica al frente de esta archidiócesis llevada a cabo desde el año 2014”. Así le dio las gracias al Cardenal Cañizares “por su sentido eclesial y por el profundo espíritu de fe con el que deja estímulo en cuantos se han cruzado en su cuidado y dirección pastoral”.
Finalmente, se dirigió al nuevo Arzobispo y le explicó que “cuenta con nuestras humildes oraciones, invocamos para ello la protección de la Santísima Virgen María, en su querida advocación de los Desamparados, celestial patrona de esta ciudad que ha experimentado su protección y a quien los valencianos dan su corazón como un trono”.
“Invoquemos también la intercesión del santo patrón de la diócesis, el diácono San Vicente, y de tantos testigos de la fe, a través del martirio y de la caridad ejercida en el obispo hasta el heroísmo hacia los más desprotegidos”, añadió. El Nuncio concluyó pidiendo “que la bienaventurada Virgen María y todos los santos de esta tierra le sostengan en el fiel ejercicio de la misión apostólica para la edificación de la Iglesia aquí en Valencia”.
Lectura de las Letras Apostólicas
Tras las palabras del Nuncio, se mostraron las Letras Apostólicas al Colegio de Consultores del Arzobispado, mientras el Canciller secretario de la Curia, José Francisco Castelló, levantó el acta y leyó el Mandato Apostólico por el que se nombra a monseñor Enrique Benavent como Arzobispo de Valencia.
Seguidamente, invitó a Monseñor Benavent a ocupar la Cátedra Arzobispal, donde le fue entregado la mitra y el báculo.
El nuevo Arzobispo recibió entonces el saludo de los Obispos auxiliares y de los Obispos de la provincia eclesiástica; después, el homenaje del Colegio de Consultores, del Cabildo, el Consejo episcopal y de algunos representantes del clero, religiosos, seminaristas y seglares que le manifestaron su obediencia y afecto como nuevo Pastor de la Archidiócesis. A partir de ese momento, la celebración continuó siendo ya presidida por el nuevo Arzobispo.
Al final de la Eucaristía, el Arzobispo agradeció “al Cabildo de la Catedral, a tot el personal de la Catedral que ha treballat per a preparar aquesta celebració”, así como “a tots el voluntaris, a la Coral Catedralicia i als campaners del Micalet, que també ens han alegrat amb els tocs de campana”.
Igualmente, se dirigió a todos los fieles para agradecer su presencia “en unes festes que conviden a disfrutar d’uns dies de descans en familia i potser algú ha hagut de canviar els seus plans. Els demane perdó i el agraïsc doblement la seda presència”.
Tras la Eucaristía, y después de entonarse el Himno de la Coronación de Nuestra Señora de los Desamparados, el Arzobispo se despedió de las autoridades presentes y recorrió la Catedral bendiciendo a los fieles que se acercaron a saludarle y darle sus muestras de cariño.
Cerca de 40 Cardenales, Arzobispos y Obispos concelebrantes
La Eucaristía de toma de posesión de monseñor Benavent como Arzobispo de Valencia, presidida inicialmente por el Nuncio de Su Santidad en España, fue concelebrada por un total de 4 cardenales: Antonio Cañizares, Cardenal Arzobispo emérito de Valencia; Juan José Omella, Cardenal Arzobispo de Barcelona; Carlos Osoro, Cardenal Arzobispo de Madrid; y Antonio María Rouco, Cardenal Arzobispo emérito de Madrid.
Entre los Arzobispos estuvieron presentes, entre otros, Monseñor Francisco Cerro Chaves, Arzobispo de Toledo; Monseñor Joan Planellas, Arzobispo de Tarragona; Monseñor Carlos Manuel Escribano, Arzobispo de Zaragoza; Monseñor José Ángel Saiz, Arzobispo de Sevilla; y Monseñor Joan Enric Vives, Arzobispo de la Seu d `Urgell.
Y, procedentes de la Provincia Eclesiástica de Valencia: monseñores Casimiro López Llorente, Obispo de Segorbe-Castellón; José Ignacio Munilla, Obispo de Orihuela-Alicante; Sebastià Taltavull, Obispo de Mallorca; Vicente Ribas, Obispo de Ibiza, junto a los Obispos auxiliares de Valencia, Arturo Ros, Javier Salinas y Vicente Juan Segura, y el administrador diocesano de Menorca, Gerard Villalonga. Igualmente, participaron el Obispo emérito de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui y el Obispo auxiliar emérito de Valencia, Esteban Escudero.
Igualmente, entre las principales autoridades políticas, tomaron parte el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig; el presidente de Les Corts Valencianes, Enric Morera; la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé; la vice alcaldesa del Ayuntamiento de Valencia, Sandra Gómez; la consellera de Justicia, Gabriela Bravo; la presidenta el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, Pilar de la Oliva; el presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar, así como los presidentes de las Diputaciones de Alicante y Castellón; el ex presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps; y la presidenta de la Audiencia Provincial Valencia, Esther Rojo, entre otros.
Igualmente, acudieron autoridades militares, como el delegado de Defensa de la CV, Coronel Ángel José Adán, también de la Comandancia Naval, Policía y Guardia Civil, y del mundo académico, de las diferentes universidades valencianas, y en representación de las Fallas y entidades culturales. También una representación de Tortosa, Diócesis de procedencia de monseñor Benavent, y de Quatretonda, localidad natal del nuevo Arzobispo.