Religión: Una asignatura apasionante
Queridos diocesanos:
Se acerca el momento de inscribir a vuestros hijos en la clase de religión en el colegio o en el instituto. Como en años anteriores os escribo de nuevo sobre una cuestión tan importante para la educación de niños y jóvenes. Los padres valoráis mucho la clase de religión católica; una gran mayoría venís pidiendo esta enseñanza curso tras curso con plena libertad y constancia admirable. Os doy las gracias por el interés que demostráis en la formación completa de vuestros hijos.
Con motivo de la reforma en marcha de la ley de educación, hemos vuelto a escuchar muchas cosas inexactas y confusas sobre la clase de religión y sobre la posible alternativa. No os dejéis confundir. Todo sigue básicamente igual para vosotros, los padres. Podéis -y bien sabéis que los padres católicos debéis- inscribir a vuestros hijos a la clase de religión o, en su caso, procurar que ellos mismos se inscriban. Que nadie os estorbe ni engañe. Es vuestro derecho propio y constitucional. El Estado, la administración educativa de la Comunidad, los colegios y los institutos tienen la obligación de facilitaros el ejercicio real de este derecho fundamental, que a vosotros os asiste y a nadie perjudica. Pedidlo aunque no os lo ofrezcan o os intenten disuadir.
Como se titula el vídeo que hace unos días hemos presentado en la Conferencia Episcopal Española, al que todos podéis acceder y debemos divulgar, la religión y moral católica es una «asignatura apasionante».
En efecto: El estudio de la religión en la escuela es un instrumento precioso para que los niños, los adolescentes y los jóvenes crezcan en el conocimiento de todo lo que significa su fe cristiana, a la par que van desarrollando sus saberes en otros campos. Comprenderán que creer en Dios ilumina las preguntas más profundas que ellos mismos llevan en el alma, como cuál es nuestro origen, qué hacemos en esta vida y cuál es el sentido último de la existencia humana; asimismo comprenderán que Jesucristo es la revelación plena del misterio de Dios y del ser humano, por lo cual es el modelo para su existencia. En la clase de religión, conocerán y podrán adquirir una serie de principios y criterios, de virtudes y de valores, sin los cuales el ser humano queda expuesto en su vida al albur de modas y de manipulaciones; en estos momentos de crisis y de corrupción en tantos órdenes de la vida, deberíamos volver a valorar la necesidad que tenemos todos de principios éticos y morales para superar bien la crisis no sólo económica sino también y sobre todo la crisis moral y social que padecemos.
Además, en la clase de religión entenderán la cultura en la que vivimos, cuyos valores y expresiones artísticas y de todo orden hunden sus raíces en la fe cristiana; sin el cristianismo es imposible conocer nuestra propia historia y cultura. Aprenderán además a valorar lo bueno que hay en otras religiones y a respetar la dignidad sagrada de todos los hombres, creyentes o no, afines o diferentes. Y, finalmente, adquirirán una visión armónica del mundo y de la vida humana que les capacitará para ser personas más felices y ciudadanos más libres y responsables, constructores de verdadera convivencia y de una sociedad solidaria y en paz.
Todo ello y mucho más hace de la religión una ‘asignatura apasionante’. !Padres: Inscribid a vuestros hijos a religión o animadles a que lo hagan! Os lo agradecerán siempre. !Sacerdotes, catequistas y fieles en general ayudad a padres y alumnos a valorar esta asignatura, necesaria para una educación plena humana y cristiana¡
Con mi afecto y bendición,
+Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón