Un Vía Crucis diocesano recorre con solemnidad las calles de Segorbe
Las Cofradías y Hermandades de Semana Santa de la Diócesis se han reunido esta tarde en Segorbe para rezar un Vía Crucis diocesano, en el contexto de Cuaresma y con motivo del Año Jubilar.
Tras ello se han congregado en la S.I. Catedral para celebrar la Eucaristía, que ha presido nuestro Obispo. En la homilía, D. Casimiro se ha centrado en el Evangelio de este domingo, II de Cuaresma, de la Transfiguración del Señor (Mt. 17, 1-9), hablando de tres verbos que nos acompañan en este tiempo litúrgico que nos lleva hasta la Pascua, y también en nuestra vida cristiana.
“Jesús les invita a subir al monte”, ha indicado, lo que supone un esfuerzo para el que debemos ir ligeros de equipaje, seleccionando lo que de verdad es imprescindible. “También la Cuaresma nos invita a todos a la ascesis, al compromiso, a reconocer que hay cosas en nuestra vida de las que nos tenemos que librar si queremos llegar a la Pascua”, ha explicado el Obispo, “porque la Cuaresma no termina en la muerte de Jesús sino en la Pascua de Resurrección”.
En segundo lugar “estar en el monte, gozar de la estancia junto a Jesús en el monte”. Jesús nos invita a acercarnos a Él “para contemplarlo, para experimentar su cercanía, porque Él está vivo en medio de nosotros y quiere hacernos participes de su vida”. También a “convertirnos a Dios, poniendo en el centro a su Hijo, que es el camino que nos lleva a Dios y a los hermanos”, y “a escuchar su voz” a través de la lectura y de la meditación de su Palabra.
Y, por último, “bajar de nuevo al valle”. “Desde el encuentro con el Señor hemos de bajar a la vida, con sus dificultades, con sus alegrías y con sus penas, para llevar a otros lo que hemos experimentado en nuestro encuentro con el Señor”.
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