El ciego Bartimeo
El evangelio de este Domingo nos ofrece la escena de la curación del ciego Bartimeo. Jesús está de camino hacia Jerusalén, donde entregará su vida hasta la muerte en rescate por todos. Al salir de Jericó, acompañado por sus discípulos y bastante gente, encuentra a Bartimeo sentado al borde del camino pidiendo limosna. Bartimeo es un hombre en la sombra, un hombre solo, un ciego sin luz y sin camino, una persona en la periferia de la vida. La noticia del paso de Jesús hace renacer en él la esperanza y grita para atraer la atención del Maestro, invocándole con el título mesiánico de «hijo de David». De este modo profesa su fe en que el Mesías está presente y puede salvarle. Se confía totalmente a él, mendigando su misericordia: «!Ten compasión de mi¡». Los reproches de muchos no sirven para hacerle callar: él sabe que si deja pasar esta ocasión única no le quedará otra cosa que quedar en la oscuridad para siempre. Leer más