Centenares de castellonenses celebran el Corpus en la Concatedral: «El Señor se ha quedado y camina entre nosotros»
La procesión del Corpus regresa a las calles de Castellón
Nuestro Obispo, D. Casimiro, presidió ayer por la tarde la Eucaristía del Corpus Christi en la Concatedral de Santa María, en Castellón, que se encontraba abarrotada de fieles que no querían perderse la celebración. También la procesión por las calles del centro de la ciudad tras dos años sin poder celebrarse a causa de la pandemia.
Además de los sacerdotes concelebrantes participaron los niños y niñas de Primera Comunión de la ciudad junto a sus catequistas y familiares, los miembros de numerosas cofradías, movimientos y asociaciones, así como una representación de autoridades. La parte musical corrió a cargo de la Coral de Barreros, con Augusto Belau en el órgano.
Celebramos “la presencia real de Jesús en la Eucaristía”, decía el Obispo en la homilía. Se dirigió especialmente a los niños para hablarles del significado y de la importancia de la Misa y de la Eucaristía: “es memorial, es banquete y es presencia”. Es memorial porque “es un recuerdo que actualiza el sacrificio y la entrega de Jesús hasta el final para darnos el amor de Dios, perdonándonos los pecados, dándonos la amistad con Dios y con los hombres, y darnos la vida”.
Es banquete porque Jesús se nos da y nos dice: «Tomad y comed, porque esto es mi cuerpo. Tomad y bebed, porque esta es mi sangre». “Él mismo se nos da en la Eucaristía”, explicó D. Casimiro. Y suele ocurrir “que no valoramos el gran regalo que recibimos cada vez que nos acercamos a comulgar, es Jesús el que se nos da”, “ese es el mayor regaló – recalcó – porque el mayor tesoro que tenemos los cristianos es Jesús en la Eucaristía, que se une a nosotros”.
“Hoy es el Día de la Caridad”, recordó, “porque la Eucaristía vivida nos cambia y nos lleva a ver a los demás con los mismos ojos de Jesús, que se compadece y se entrega por todos, nos lleva a tener sus mismos sentimientos de compasión con el necesitado, nos lleva necesariamente a vivir la caridad”, porque “un culto sin caridad es un culto vacío”, y lo mismo ocurre en la caridad sin culto, si no va a beber de la fuente de la Caridad. Por ello, indicó el Obispo, “quien vive la Eucaristía hace el bien a todo aquel que está a su lado, tratándolo como a Jesús mismo: a los pobres, a los necesitados, a los ancianos, a los enfermos, a los que sufren la soledad, la gran pobreza de hoy”.
Y, por último, es presencia, “porque Él se queda entre nosotros para siempre, es presencia real y permanente de Cristo resucitado entre nosotros”, les decía hablándoles del sagrario, “donde el sacerdote deposita las formas consagradas, al Señor en la Sagrada Forma, para que vayamos a estar con Él, a la fuente para vivir la caridad, para que nos dejemos acompañar y alentar por Él”, decía exhortando a visitar el sagrario de vez en cuando.
Como consecuencia de todo ello, “hoy tenemos la procesión – indicó – y salimos a la calle con el Señor en la Eucaristía porque Él se ha quedado y camina entre nosotros, y nosotros vamos a caminar con Él, para sentir su presencia”. Pero también porque “es el tesoro más grande que tenemos y queremos llevarlo a los demás, para que los demás conozcan el amor de Dios”.
Trackbacks y pingbacks
[…] la celebración del sábado en Castellón, la S.I. Catedral de Segorbe se llenó de fieles, ayer por la tarde, para participar en la […]
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!