Coronación de la Virgen del Roser de Almazora
Queridos diocesanos:
El día siete de octubre, primer viernes de mes, coronaremos en nombre de su Santidad, Benedicto XVI, la imagen de la ‘Mare de Déu del Roser’ de Almazora. Es una gracia que nos ha concedido el Santo Padre a petición expresa de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Natividad, del Arciprestazgo de Almazora y del Ayuntamiento de la Ciudad. Al celebrar este año las bodas de oro de la creación de la Corte de Honor de Santa Quiteria y de la Santísima Virgen del Rosario deseamos hacer memoria del Año Mariano de 1987, en que fue construida la Ermita y comenzó a celebrarse con gran solemnidad el traslado anual de la imagen de la Virgen. La devoción a la ‘Mare de Déu del Roser’ ha crecido a lo largo de estos años; el pueblo fiel de Almazora ha recibido múltiples gracias por intercesión de la Virgen María, a la que venera como Madre con gran devoción.
Coronar a María significa proclamarla Reina nuestra. Lo hacemos porque es la Madre del Hijo de Dios, el Rey mesiánico: ella nos da a Cristo y nos conduce a Él. María, unida a su Hijo Jesucristo, colabora en su obra redentora. La Virgen es mediadora de todas las gracias. María es Reina también, porque participa ya plenamente de la vida gloriosa de su Hijo al haber sido llevada en cuerpo y alma a los cielos al final de su vida terrena; y así es también aliento en nuestra esperanza. María nos acompaña a los creyentes de todos los tiempos en nuestro peregrinaje por la historia, en especial en estos tiempos recios de crisis espiritual, moral y económica. Si acudimos a ella con fe verdadera y con devoción sincera podremos experimentar su protección maternal. Por todo ello invocamos con total confianza a María, la llamamos bendita entre todas las mujeres y la proclamamos Reina nuestra.
Nuestra Señora del Rosario ha sido en el pasado y sigue siendo hoy para los católicos de Almazora un signo permanente de la bondad de Dios para con todos. Ella, la Madre de Dios y Madres nuestra, es la madre solícita y amorosa, mediadora de todo don y de toda gracia. La experiencia secular de la cercanía maternal de María, nos mueve a coronar la imagen de la ‘Mare de Déu del Roser’. Es una pequeña muestra del amor y de gratitud del pueblo de Almazora a la Virgen.
No queremos tan sólo recordar un hecho del pasado, que es ciertamente historia viva; deseamos, ante todo, intensificar con este motivo nuestra devoción a la Virgen del Roser. Una forma concreta de mantener viva la devoción a la Virgen del Roser es el rezo diario del rosario y, a poder ser, en familia. El rosario es una oración sencilla y profunda, a la vez, porque es un compendio del Evangelio. Ejercitado con devoción nos conduce a la contemplación del rostro del Señor, nos lleva al encuentro con su Persona, sus palabras y sus obras de Salvación a través de los misterios de gozo y de luz, de dolor y de gloria. Su rezo, hecho con contemplación, nos ayuda a profundizar en el Misterio Jesucristo, el Hijo de María, y así a avivar nuestra fe y vida cristiana. Conocer y comprender, creer y amar a Jesucristo -nuestro Salvador- es lo más grande que ella nos puede y quiere regalar. De manos de Maria, la Virgen del Rosario, podemos así hacer aún más presente a Dios y a su Hijo en nuestra vida.
Con mi afecto y bendición,
+Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón
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