EL REPORTAJE DEL DOMINGO: De vacaciones con la Fe
Cuando era posible reunir multitudes, grupos de diversos países acudieron a Castel Gandolfo, la residencia de verano del Papa. Entre ellos, varios franceses para participar en el Ángelus con Benedicto XVI. Un año después, ya no sería papa. Pero ese domingo de julio de 2012, aún salía a rezar con los fieles. Después de la oración a la Virgen María, se dirigió a los asistentes. A los de lengua francesa les dijo: “Este periodo estival permite a algunos de entre nosotros descansar. Este tiempo puede ser para cada uno un momento favorable para reflexionar sobre su propia vida y para estar disponibles de corazón a los otros y a Dios”. Durante las vacaciones, la fe no descansa. Al contrario, es un tiempo privilegiado para vivirla.
En su carta antes de la vacaciones de verano de 2018, D. Casimiro López Llorente explicaba que “es propio de este tiempo realizar otro tipo de actividades distintas a las del resto del año”, e invitaba aprovechar el tiempo de forma enriquecedora, de modo que el descanso sea “buscar el reposo y el sosiego interior”.
El Obispo recordaba que estos días son una oportunidad para encontrarse con uno mismo, con la familia, con la naturaleza y, también, con Dios. “Las vacaciones deben ser tiempo para llenarnos de Dios, para dejarle hablar en nosotros y para sumergirnos en Él. Dios no se toma vacaciones en su búsqueda de amor al hombre. Estos días pueden ser tiempo excepcional para ir a su encuentro; o mejor, para dejarse encontrar por Él. En la playa, en la montaña, en la serranía, podemos descubrir la presencia de Dios y alabarle por haberla hecho tan hermosa. También en el ocio y en la diversión podemos y debemos vivir nuestra condición de cristiano, sin avergonzarnos de serlo”, afirmaba D. Casimiro López Llorente.
Y una manera muy concreta de vivir las vacaciones con Dios, es la participación en la Misa: “También en verano, el Domingo sigue siendo el día del Señor y tenemos más tiempo para participar en la Eucaristía dominical y para hacerlo en familia”, exhortaba el Obispo. Las parroquias de la costa y de las poblaciones que reciben a numerosos vecinos y visitantes en estos meses han dispuesto horarios y lugares de culto ampliados para facilitar esta participación.
Desde el Desierto de las Palmas
Muchas otras iniciativas existen para aprovechar este tiempo. En julio el Centro de Espiritualidad Santa Teresa de Jesús, en el Desierto de las Palmas, abrió sus puertas para acoger a quien quisiera pasar unos días de descanso y convivencia en un ambiente espiritual. En el horizonte está el proyecto de poder ofrecer unos días así también para familias. Aprovechando el paraje del Desierto, la comunidad de padres carmelitas ha propuesto esta alternativa enriquecida con la participación en los oficios litúrgicos y alguna charla o vigilia de oración. Desde el Centro de Espiritualidad explican que el periodo vacacional «puede ayudar a una puesta a punto en la vida fe, ya que durante el curso el ritmo de actividades no siempre lo permite».
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