Evangelio del Domingo. Evangile du Dimanche. Sunday Gospel
» Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas »
Domingo XIX del Tiempo Ordinario (3ª Semana del Salterio)
PRIMERA LECTURA. Sabiduría 18, 6-9
SALMO RESPONSORIAL Sal 32
- Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
SEGUNDA LECTURA. Hebreos 11, 1-2. 8-19
EVANGELIO. Lc 12,32-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino. Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos bolsas que no se estropeen, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón. Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo. Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre». Pedro le dijo: – «Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?». El Señor le respondió: – «¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que les reparta la ración de alimento a sus horas? Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si aquel criado dijese para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles. El criado que conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos. Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá».
ÉVANGILE (Lc 12,32-40) Évangile de Jésus Christ selon saint Luc.
Jésus disait à ses disciple : N’aie pas peur, tout petit troupeau: car il a plu à votre Père de vous donner le Royaume! Vendez vos biens et donnez-les en aumônes! Faites-vous dans les cieux des bourses qui résistent au temps et des réserves qui ne s’épuisent pas: là, point de place pour le voleur qui dérobe, ni pour la mite qui détruit! Et là où est ton trésor, là aussi sera ton coeur. Soyez prêts, la ceinture bouclée, avec vos lampes allumées! Soyez comme des gens qui attendent leur maître: il va rentrer des noces et l’on s’apprête à lui ouvrir aussitôt qu’il sera là et frappera. Heureux ces serviteurs que le Seigneur à son retour trouvera éveillés! En vérité, je vous le dis, c’est lui qui se mettra le tablier; il les fera passer à table et les servira l’un après l’autre. Et si c’est tard le soir quand il arrive et les trouve ainsi, ou même passé minuit, heureux ces serviteurs! Si le maître de la maison savait à quelle heure viendra le voleur, vous comprenez bien qu’il resterait éveillé et ne le laisserait pas perforer sa maison. De même soyez prêts, car le Fils de l’Homme vient à l’heure que vous ne savez pas.»
GOSPEL (Lk 12,32-40)
Jesus afraid to his disciples. Do not be afraid, little flock, for it has pleased your Father to give you the kingdom. Sell what you have and give alms. Get yourselves purses that do not wear out, and make safe investments with God, where no thief comes and no moth destroys. For where your investments are, there will your heart be also. Be ready, dressed for service, and keep your lamps lit, like people waiting for their master to return from the wedding. As soon as he comes and knocks, they will open to him. Happy are those servants whom the master finds wide awake when he comes. Truly, I tell you, he will put on an apron and have them sit at table and he will wait on them. Happy are those servants if he finds them awake when he comes at midnight or daybreak! Pay attention to this: If the master of the house had known at what time the thief would come, he would not have let his house be broken into. You also must be ready, for the Son of Man will come at an hour you do not expect.»
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