Los miembros de Vida Ascendente ganan el Jubileo por el Centenario de la Coronación de la Virgen del Lledó
Los miembros de Vida Ascendente en la Diócesis de Segorbe-Castellón han peregrinado esta mañana a la Basílica de Ntra. Sra. del Lledó, Castellón, donde han celebrado una Eucaristía con el fin de ganar la Indulgencia Plenaria concedida en este Año Jubilar para conmemorar el Centenario de la coronación pontificia de la imagen de Nuestra Señora de Lledó.
Vida Ascendente es un Movimiento Laical de Jubilados y Mayores para crecer en la Fe, fomentar la Amistad y ser miembros activos de la Iglesia y de la Sociedad. En la Diócesis está formado por 190 personas de 17 parroquias.
Entre los próximos eventos organizados, tendrán el Retiro de Adviento el 5 de diciembre; la fiesta de sus santos patronos, San Simeón y Santa Ana, el 6 de febrero en la parroquia de San Vicente Ferrer de Castellón; el Retiro de Cuaresma el 12 de marzo en la Sagrada Familia; y las Bodas de Oro de varios matrimonios, el 14 de mayo en la Concatedral de Santa María. Clausurarán el curso el 4 de junio.
Requisitos para ganar Indulgencia Plenaria en el Año Jubilar del Lledó, también aplicable a las almas del purgatorio:
- Que haya un verdadero arrepentimiento de los pecados.
- Cumplir las tres condiciones: Confesión, Comunión y Oración por las Intenciones del Papa.
- Participar como peregrinos en las celebraciones jubilares en la Basílica, en la Concatedral de Santa María o en las iglesias parroquiales de Castellón.
- Además, “aquellos que, al menos, peregrinen a la Basílica y dediquen allí un conveniente espacio de tiempo a la meditación piadosa, concluyendo con el rezo del Padrenuestro, la recitación del Credo y la invocación a la Virgen María, nuestra Señora de Lledó”.
También podrán ganar Indulgencia Plenaria los ancianos, enfermos o aquellos fieles que no puedan salir de casa:
- Si hay un verdadero arrepentimiento de los pecados.
- Cumplir las tres condiciones lo antes posible: Confesión, Comunión y Oración por las Intenciones del Papa.
- Deberán unirse espiritualmente a las celebraciones jubilares, “ofreciendo al Dios misericordioso sus oraciones, dolores y sufrimientos”.
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