Mons. Casimiro López Llorente preside la Misa de Romeros en la Concatedral de Santa María
El obispo exhorta a los fieles a vivir la Romería de la Magdalena como un signo de fe y comunión
Como cada tercer domingo de Cuaresma, la Concatedral de Santa María ha acogido esta mañana la tradicional Misa de Romeros, dando inicio a la Romería de les Canyes, acto central de las fiestas fundacionales de Castellón.

La eucaristía ha estado presidida por el obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente, quien en su homilía ha llamado a los fieles a vivir la jornada como un peregrinaje interior y que sea una verdadera experiencia de fe y comunión con Dios.


“No se trata solo de recorrer un camino físico, sino de reconocer que nuestra vida es una peregrinación hacia Dios”, ha señalado D. Casimiro, exhortando a los fieles que han llenado la Concatedral a que «la romería sea una ocasión para renovar nuestra fe, dar gracias y encomendar nuestras preocupaciones al Señor”, destacando que “así como los primeros pobladores de Castellón bajaron del Castell Vell en busca de un futuro mejor, nosotros también estamos llamados a avanzar en nuestro caminar cristiano, dejando atrás lo que nos aparta del Señor”.


El Obispo de Segorbe-Castellón ha subrayado que la Romería de la Magdalena es un símbolo de la historia y la identidad del pueblo castellonense, pero sobre todo una oportunidad para la conversión y la renovación espiritual. “El verdadero sentido de esta peregrinación no es solo recordar el pasado, sino proyectarnos hacia el futuro con una fe más fuerte, con corazones dispuestos a amar y servir”, ha afirmado.


En su mensaje, D. Casimiro ha recordado el significado penitencial que han tenido históricamente las romerías y ha invitado a los fieles a ofrecer el esfuerzo del camino como un signo de sacrificio y entrega a Dios. “El cansancio, el polvo del sendero y las inclemencias del tiempo nos recuerdan que seguir a Cristo no siempre es fácil, pero nos anima la certeza de que Él camina con nosotros”.

Asimismo, ha hecho un llamamiento a vivir la romería con espíritu de unidad y fraternidad, destacando que “esta celebración no solo nos une a nuestros antepasados que iniciaron esta tradición, sino también a nuestros hermanos en la fe, con quienes compartimos la misma esperanza”.

Antes de la salida de los romeros, se ha llevado a cabo un momento especialmente significativo: la veneración de la reliquia de Santa María Magdalena. Durante este acto, los fieles han entonado con solemnidad el Exurge Domine, una súplica a Dios para que guíe sus pasos en el camino.

Tras la eucaristía, miles de castellonenses han iniciado la ascensión a la ermita de la Magdalena, portando sus cañas y acompañados por el repique de campanas y la música tradicional de la dolçaina i el tabal, participando con fervor en este acto de fe y tradición.




La Romería de les Canyes, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional, sigue siendo un signo de identidad para la ciudad de Castellón, uniendo generaciones en un mismo espíritu de devoción y gratitud.


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