Tiempo de vacaciones
Queridos diocesanos y queridos turistas:
Los meses de verano se asocian normalmente con las vacaciones. Unos parten hacia otras tierras, otros se quedarán aquí y muchos serán los que nos visiten estos días para disfrutar entre nosotros de un merecido descanso. A todos os deseamos de corazón que este tiempo vacacional os ayude a ver realizadas las esperanzas que habéis depositado en estos días. Es propio de las vacaciones poder realizar otro tipo de actividad, distinta al resto del año. Disponemos de muchas horas libres y podemos elegir qué hacer con el tiempo disponible. Se puede simplemente matar el tiempo o emplearlo bien, dejarlo pasar o aprovecharlo de forma enriquecedora.
Las vacaciones ofrecen sobre todo la posibilidad del descanso físico y psíquico; pero también nos ofrecen mucho tiempo para la lectura formativa, para la reflexión, para el encuentro y la convivencia con la familia, con los amigos y con otras culturas. El tiempo estival, las vacaciones y el ocio son una oportunidad para encontrarse consigo mismo y para dialogar y mejorar la relación con nuestros semejantes, con los familiares y con los amigos. Los días de vacación ofrecen también más tiempo para compartir con el necesitado y para dedicar tiempo a Dios: son una ocasión muy propicia para profundizar nuestra relación con Dios y para ahondar en nuestra vida cristiana, acercándonos más a Cristo a través de la oración y los sacramentos.
Las vacaciones no pueden suponer un alejamiento de Dios; al contrario, deben ser tiempo para llenarnos de Dios, para dejarle hablar en nosotros y para sumergirnos en Él. Dios no se toma vacaciones en su búsqueda de amor al hombre y para ofrecerle caminos hacia la alegría y la felicidad. Las vacaciones pueden ser tiempo excepcional para ir a su encuentro y sentir la alegría de saberse amados por Él. En la playa o en la montaña podemos descubrir la presencia de Dios y alabarle por haberla hecho tan bella. A ello nos invita, la hermosa e interpeladora Encíclica del papa Francisco, Laudato si; una alabanza que, unida a la acción de gracias a Dios por el don de la creación, ha llevarnos a un compromiso personal por el cuidado de la tierra y del medio ambiente. También en el ocio y en la diversión podemos y debemos vivir nuestra condición de cristianos, sin avergonzarnos de serlo, mediante un comportamiento acorde a nuestra fe en el respeto del cuerpo, de la salud y de la dignidad propia y del prójimo; cuidemos la ecología humana. También en verano, el Domingo sigue siendo el día del Señor y tenemos más tiempo para participar en la Eucaristía dominical y para hacerlo en familia.
En los desplazamientos debemos saber conducir y conducirnos con prudencia para no peligrar la propia vida y evitar riesgos a la vida y salud de los demás. Y en el ocio debemos vivir con limpieza de corazón superando todo egoísmo y hedonismo. Pensemos también en quienes no tienen vacaciones porque trabajan o en quienes no pueden tenerlas porque su situación económica, laboral o de salud no se lo permite. La caridad tampoco se toma vacaciones.
Nuestra Iglesia de Segorbe-Castellón, su Obispo, sus sacerdotes, sus religiosos y sus seglares os damos una cálida bienvenida a cuantos nos visitáis estos días y os ofrecemos nuestra fraterna amistad. Tanto las personas como las parroquias están a vuestra disposición. Nos encantará informaros de los horarios de culto y del resto de nuestras actividades. Y nos alegrará vuestra participación en las celebraciones litúrgicas. Estamos a vuestro servicio para lo que necesitéis. Sed bienvenidos y que, con la ayuda y la presencia cercana de la Virgen María, tengáis una feliz y provechosa estancia entre nosotros. A todos os deseo unas felices y restauradoras vacaciones.
Con mi afecto y bendición,
+ Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón
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