¿Vuelve la Misa en latín?
Queridos diocesanos:
Hace unos días leía en diversos medios titulares como ‘vuelve la Misa en latín” o ‘el Papa permite la Misa en latín’. Así se daba la noticia sobre una Carta Apostólica de Benedicto XVI, titulada ‘Summorum Pontificum’, sobre el uso del Misal de San Pío V según la edición de 1962.
¿De que se trata? No se trata de obligar a celebrar la Misa en latín a partir de ahora, ni tampoco de permitirla pues nunca ha estado prohibida. Es más: El texto del Misal Romano, hoy en vigor, en su edición típica y vinculante está en latín; es el texto de referencia para las traducciones a las lenguas vernáculas, que, una vez aprobadas por la Santa Sede, son las que usamos en nuestras celebraciones de la Misa. Aunque no sea lo normal, siempre se ha podido celebrar en latín. No es correcto, pues, decir que vuelve la Misa en latín o que el Papa la permite ahora.
En esta Carta se trata fijar el uso del Misal de Pío V. Ahora usamos el Misal Romano promulgado en 1970 por Pablo VI para aplicar la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, que ha sido reeditado dos veces por Juan Pablo II. Este Misal, en su original latino o en su traducción aprobada, es y sigue siendo la forma normal u ordinaria de la Liturgia Eucarística de la Iglesia católica latina. Lo que el Papa ha dispuesto es un uso más abierto del Misal antiguo de San Pío V editado de nuevo por el beato Juan XXIII en 1962. Este Misal Romano en latín podrá ser utilizado como forma extraordinaria de la celebración litúrgica en casos concretos. Se trata de dos formas del único rito romano, una la normal y ordinaria, y otra la extraordinaria.
El motivo de la Carta es la búsqueda de “una reconciliación interna en el seno de la Iglesia”. Si bien no se ha pensado específicamente en los seguidores del arzobispo cismático M. Lefebvre, ciertamente se les abre así la puerta para un retorno a la plena comunión con la Iglesia católica. El Papa despeja además temores infundados: el documento no menoscaba el Concilio Vaticano II ni pone en duda su reforma litúrgica. De hecho, el Misal de 1962 nunca fue abrogado, pero no se establecieron normas para su posible uso. Muchos permanecían fuertemente ligados al uso antiguo del Rito romano y las nuevas disposiciones fijan las condiciones para su uso.
El Papa considera que es su deber ayudar a todos los fieles a vivir la Eucaristía de la manera más digna y consciente, ya sea con la forma del rito romano renovado o, por motivos de formación, cultura o experiencia personal, para algunos más fácilmente con la forma más antigua del rito. El Papa no pretende una marcha atrás respecto al actual uso litúrgico renovado por el Concilio, que continuará siendo el normal y en la lengua vernácula para la gran mayoría de los fieles.
Con mi afecto y bendición,
+ Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón
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