XXX Procesión Diocesana de Semana Santa
Organizada por la Cofradía de la Purísima Sangre de Castellón
La trigésima Procesión Diocesana de Semana Santa marcó ayer tarde en Castellón el anticipo del Triduo Pascual que comenzaremos a vivir a partir de la próxima semana, acompañando a Jesús de Nazaret en su Pasión y Muerte para celebrar la alegría de la Pascua de Resurrección.
Lo advertía D. Casimiro en la Misa Estacional que se celebró ayer tarde en la Concatedral de Santa María en acción de gracias por el 475º Aniversario de la fundación de la Cofradía de la Purísima Sangre de Jesús, organizadora de la procesión. La religiosidad popular forma parte de nuestra identidad cultural pero va mucho más allá por nuestra condición de cristianos y creyentes.
A través de los misterios que cada una de las Cofradías de nuestra Diócesis procesionan en las calles, como hicieron ayer tarde, la presencia de Jesús no solo llega a la ciudadanía, sino que contribuye a mostrar la riqueza del Evangelio y la importancia de la fe. El recorrido de ayer tarde partió de la Concatedral de Santa María recorriendo la Plaza Mayor, Arcipreste Balaguer y Calle Mayor, para finalizar en la Capilla de la Purísima Sangre, donde se encuentra la escultura del Cristo Yacente, joya del patrimonio escultórico castellonense y una de las más importantes de la comunidad Valenciana. conocido popularmente como Sant Sepulcre.
El acto estuvo presidido por el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente a quien acompañaron las principales las autoridades locales y provinciales, así como los Vicarios General, D. Javier Aparici, de Pastoral, D. Miguel Abril, y Judicial, D. Vicente Borja.
También participaron en la misma, el Cabildo Catedral y Consiliario de la Junta de Cofradías y Hermandades de Semana Santa, D. Federico Caudé, y el Deán de la Concatedral y Prior de la Capilla de la Purísima Sangre, D. Miguel Simón.
El protagonismo de esta manifestación popular lo tuvieron los miembros de las diferentes cofradías, las imágenes titulares de las mismas, así como las bandas de tambores que les acompañaron durante todo el recorrido y que, sin duda, mostraron la fe encarnada en la cultura popular como referencia de una religiosidad que tiene una forma propia y unas expresiones impulsadas por el pueblo que la acoge y el contexto en que se viven. Todo ello con el objetivo común de acercar al pueblo cristiano al conocimiento de Dios y a su adoración.
Así, ayer tarde se conmemoró de nuevo la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús como forma, para muchos, de profundizar su relación íntima con Dios y también para expresar su fe en comunidad. En este sentido, supone un momento de reflexión y oración que contribuye a la meditación sobre el profundo significado que tiene la Pasión y Muerte de Jesús de Nazaret.
En la Procesión Diocesana de Semana Santa, que ayer celebró su XXX edición, juega un papel fundamental la la Junta Diocesana de Cofradías y Hermandades de Segorbe-Castellón, que ha contribuido, desde su fundación, arevitalizar la Semana Santa en nuestra Diócesis.
En la actualidad, está integrada por 59 Cofradías penitenciales y dos asociaciones pasionales a través de las cuales están representados 19 municipios de la Diócesis. El trabajo de la Junta no cesa en aras de mantener viva la expresión de la fe pero también preservando una vida cofrade que nace de su condición de ser miembros de la Iglesia diocesana cuya misión principal es proclamar la alegría del Evangelio.
Ayer, al finalizar la Procesión, D. Casimiro descubrió un a placa conmemorativa de cerámica en conmemoración de la peregrinación que las cofradías penitenciales de la Diócesis realizaron para venerar al Santísimo Cristo del Santo Sepulcro.
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