Agustinos y agustinas junto con Mascarell celebran al santo de Hipona

Ayer, 27 de agosto, el Papa difundía un twitt en el que animaba las madres a perseverar en la oración por sus hijos, como hizo Santa Mónica. Con la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, se trasladó su fiesta de mayo a agosto para unirla a la de su hijo: el obispo de Hipona y doctor de la Iglesia, San Agustín (en la foto, madre e hijo en un cuadro de las Agustinas de Montornés). Hoy lo celebran las comunidades de agustinos de Castellón y Montornés, así como la parroquia de Mascarell, que lo tiene como titular.

La iglesia de los padres agustinos celebrará la Misa a las 10h30 y a las 19h30. El superior de esta comunidad de tres padres, el P. Augusto González, explica que la enseñanza de Agustín queda contenida en la frase “Señor nos hiciste para Ti, e inquieto está nuestro corazón hasta que no descansa en Ti”. Los agustinos es una de las comunidades religiosas más antiguas presentes en la ciudad, ya que la fundación es del siglo XIV.

A mediodía el P. Augusto participará en la celebración de las agustinas de Montornés, que a las 12:30 tienen la Eucaristía a la que acuden numerosos amigos de la comunidad religiosa. Por la tarde rezarán las vísperas a las 19:30h. La hermana Cecilia Torres explica que el principal mensaje de San Agustín para el mundo actual es la búsqueda de la verdad: “No conformarse con una vida pequeña y reducida; desear la belleza y la bondad, volver al corazón y ver que es posible vivirlas. Y desde ahí, atraer a otras personas y trabajar por la unidad de la Iglesia”. La comunidad llegó a Castellón desde Mirambel en 1980, y actualmente son 8 religiosas.

La única parroquia dedicada a San Agustín

La parroquia de Mascarell es la única de la Diócesis que tiene por titular a San Agustín, que también es patrono de la población. Dentro del programa de fiestas, que se extiende toda la semana, hoy habrá la Misa solemne a las 11:30h y a las 20:30 la procesión. D. Manuel Blasco, párroco, explica que en particular en este día quiere transmitir dos principios básicos del santo: la verdad y la belleza.