Santa Bernadette: «No viviré un instante de mi vida sin amar»
Cuando Bernardita Soubirous llegó a Nevers (Francia) para ingresar en las Hermanas de la Caridad, lo primero en lo que se fijó fue una inscripción que decía: «Dios es amor». Habían pasado ocho años desde que el 11 de febrero de 1858, con 14 años, viese en el hueco de una roca junto al río Gave, a una «Señora». Las apariciones de la Virgen Inmaculada cambiaron la vida de esta adolescente.
Hasta su ingreso en Nevers, había vivido en el hospicio que las hermanas tenían en Lourdes. Allí descubrió su deseo: «Quiero a los pobres y me gusta cuidar a los enfermos». Y escogió quedarse con las religiosas decidida a no vivir un instante de su vida sin amar. Ese mismo a amor, motor del plan pastoral diocesano de este curso, es el que viene a anunciar a partir del viernes 25 con la visita de sus reliquias.
Domingo Galindo, consiliario de la Hospitalidad de Ntra. Sra. de Lourdes, asegura que «la Virgen y Bernardita nos hablarán de Jesucristo desde su sencillez, pobreza y fe. Por tanto hemos de acogerlas como enviadas por Dios». Para Pascual Aznar, presidente de la Hospitalidad, es motivo de «satisfacción y un orgullo» colaborar en la organización de este evento.
Inmaculada Cifuentes, responsable de la comunidad de cuatro hermanas de la Caridad de Nevers presentes en Vila-real, manifiesta su «alegría y acción de gracias por la oportunidad y el desafío que significa la venida de las reliquias de nuestra hermana Bernardita a la Diócesis, justo este año en que estamos ahondando y profundizando en la vivencia de Dios Caridad».
Precisamente, Inmaculada Cifuentes describe como el rasgo característico de la santa «su fuerte experiencia de sentirse amada por Dios Padre». Al mismo tiempo, también destaca su sencillez y cercanía: «Es una santa que habla al corazón de muchos hombres y mujeres sencillos de nuestro tiempo, iluminando sus vidas cotidianas».
Domingo y Aznar coinciden. «Desde su pobreza y enfermedad entendió su situación, y fue capaz de encontrarse con Dios y los otros», explica el consiliario. «Su humildad con la que acogió las apariciones y el mensaje que la Virgen quiso confiarle», completa el presidente.
Una invitación de la Virgen y Bernarda
El folleto de la acogida de las reliquias define acertadamente este acontecimiento que desde el 1 de septiembre está removiendo 47 diócesis españolas: «Cuando nuestra Iglesia Diocesana se dispone a vivir atenta a la vivencia de la caridad en el seno de las comunidades eclesiales, abrimos nuestro corazón a María y a Bernardita. Ellas, desde su sencillez, nos invitan a poner a Dios en el centro y a nosotros a los pies de los hermanos para servir».
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