La Eucaristía, núcleo de la Vilavella y su comunidad parroquial
Cuando hace 300 años se inauguró el nuevo templo parroquial de La Vilavella, se trasladó el Santísimo desde la antigua iglesia de Santa Bárbara al sagrario de la Sagrada Familia. Este evento eucarístico ha marcado la población, convirtiéndose en la fiesta local. El fin de semana pasado se revivió la efeméride con diversos actos en los que la Eucaristía ha sido el centro de la celebración, afirma el párroco, Ignasi del Villar.
La jornada dominical estuvo precedida por una vigilia el sábado por la noche, organizada por la Adoración Nocturna. El día siguiente los fieles acudieron a la Misa solemne de la mañana y, por la tarde, participaron en la procesión con el Santísimo. Este acto se celebra con la misma solemnidad que el Corpus Christi (foto de J. Escrig).
La comunidad de la Sagrada Familia vive intensamente la Eucaristía como núcleo de la parroquia. Cada jueves se expone el Santísimo de 9 a 19h. El primer viernes se vuelve a proponer la adoración con motivo del Corazón del Jesús, así como en las vigilias mensuales de ANE y ANFE. Para facilitar la visita al Sagrario, cada día se abre el templo de 8 a 20h, y en tiempos especiales, como durante el Adviento y la Cuaresma, hay exposición solemne con meditación.
El corazón en el sagrario
Ignasi del Villar asegura que “la Eucaristía es la fuente viva, y que sin poner el corazón en el sagrario no podemos nada”. El párroco cita a un autor que defiende que “la Eucaristía es la base de la civilización occidental, ya que es un misterio que para ser custodiado se construyeron sagrarios, estos se colocaron dentro de las iglesias, éstas desarrollaron el arte y la técnica…”. Y aún recuerda que al llegar a la parroquia hace cinco años, al explicar dónde estaba el Señor, un niño de primera comunión le pidió: “¿Puedes abrir para que lo saludemos?”.
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