El Obispo asegura en la Jornada por los pobres que “vivimos tiempos en los que se precisará más generosidad y fraternidad”
La Diócesis de Segorbe-Castellón se ha unido un año más a la Jornada Mundial de los Pobres, una iniciativa del Papa Francisco para prolongar en el tiempo el jubileo de la Misericordia, celebrado en 2016. Cada parroquia estaba invitada a marcar esta celebración, este domingo 15 de noviembre. En Castellón, las entidades de la Pastoral Caritativo Social lo han vivido con una Eucaristía presidida por el Obispo a las 12h en la Concatedral de Santa María. Al final del acto, como conclusión, D. Casimiro López Llorente ha animado a “tender una mano al pobre”, como reza el lema de este año, ya que “vivimos tiempos en los que se precisará más generosidad y fraternidad”.
La Iglesia diocesana debe ser “pobre y para los pobres”, declaraba el Obispo. Esto será posible si se reconoce que la fuente de todos los talentos está en Dios. Al hilo del evangelio del día, D. Casimiro López Llorente explicaba en la homilía que hay dos puntos de vista.
Uno, fijarse en nosotros, como poseedores de los talentos. Esto, argumentaba, puede llevar a desarrollar la persona, pero al final se queda en algo individualista.
Mirar al necesitado y ponerse al servicio
La alternativa es reconocer que todas las capacidades que tenemos son un don de Dios. Entonces, aseguraba el Obispo, “las ponemos al servicio, vemos al otro como alguien con una gran dignidad, descubrimos al necesitado de pan, de cultura o de Dios, y lo atendemos con misericordia”.
D. Casimiro López Llorente también ha agradecido a las entidades de la Pastoral Caritativo Social de la Diócesis su labor, y les ha animado a seguir trabajando por tanta gente que está necesitada a niveles muy diversos.
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