La Concatedral ve celebrar el Día de la Vida Consagrada en la Fiesta de la Presentación del Señor
Cuarenta días después de la Fiesta de la Navidad, la Iglesia celebra dos festividades juntas: la Presentación del Señor y el Día de la Vida Consagrada. La Diócesis de Segorbe-Castellón quiso festejar este día tan importante con una Eucaristía en la Concatedral de Santa María durante el pasado jueves, 2 de febrero.
A la Eucaristía, presidida por nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente, acudieron diferentes órdenes religiosas de la Diócesis, y todas juntas comenzaron la celebración con la procesión de las candelas.
El Obispo, durante la homilía, quiso resaltar tres ideas muy concretas del Evangelio: obediencia, humildad y fe. La primera, la obediencia, como «respuesta a la escucha de la palabra de Dios, que se va mostrando en nuestra vida y nos va hablando». Don Casimiro proclamó que hay que «estar atentos a percibir la llamada de Dios y estar abiertos a su voluntad». En segundo lugar, la humildad, «una de las virtudes que resulta del sentirse ‘nada’ ante Dios, como la Virgen». Y en tercer lugar, la fe, «como la de Simeón que, llevado por el Espíritu Santo, muestra al Salvador».
Finalmente, el Obispo invitó a rezar por el crecimiento de las vocaciones, y animó a vivir desde estas tres virtudes la petición del Señor de «ser testigos de la esperanza y la alegría», que se dan en la oración, en la eucaristía, el sacramento de la reconciliación y en la vida comunitaria, aseguró dirigiéndose a las órdenes religiosas presentes.
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