El don de toda vida humana
El día 25 de marzo, Solemnidad de la Encarnación del Hijo de Dios en el seno virginal de María, es decir del inicio de su vida humana, celebramos también la Jornada por la Vida. En esta Jornada por la Vida queremos reconocer y agradecer el don precioso de toda vida humana, desde su concepción hasta su muerte natural, independientemente de cualquier circunstancia o condición.
Como dice el Papa Francisco, «la sola razón es suficiente para reconocer el valor inviolable de cualquier vida humana, pero si además la miramos desde la fe, ‘toda violación de la dignidad personal del ser humano grita venganza delante de Dios y se configura como ofensa al Creador del hombre'» (EG 213). En efecto, toda vida humana es valiosa en sí misma; toda vida humana es creación de Dios e imagen suya. «Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó» (Gén 1, 27). Aquí está la base de la inalienable dignidad de toda persona: para Dios, todos y cada uno de los seres humanos, poseemos un valor excepcional, único e irrepetible. Nuestra vida, cada vida humana, es un don que brota del amor de Dios, que la llama a la vida y a la comunión gozosa con Él. En toda vida, en la recién concebida, en la débil o sufriente, podemos reconocer el sí que Dios ha pronunciado sobre ella de una vez para siempre. Leer más