«Tú no eres tus heridas, no estás condenado a vivir bajo ese peso»
ENTREVISTA – Lucía Garijo, estudiante de Bellas Artes en Valencia.
Lucía es una joven estudiante de Bellas Artes en Valencia que, durante sus años en la Facultad y como respuesta a los interrogantes sobre cuestiones existenciales que se formulaba ella misma y los compañeros de su clase, decidió grabar algunos vídeos sobre el sentido del hombre y la mujer, el placer, o las heridas. ¿La fuente? La «Teología del Cuerpo», un Oratorio de Universitarios promovido por los Cooperadores de la Verdad en Valencia. El último vídeo está, actualmente, dando la vuelta a España por petición popular a los jóvenes del Oratorio.
¿Cuál es el origen de esta historia?
Yo estudio Bellas Artes. Siempre he sido una persona con muchísimas inquietudes, con una búsqueda interior muy grande. En la Facultad me di cuenta de que la gente también tenía esas inquietudes, pero lo expresaban de una manera muy fea, depresiva y angustiosa. Todo fruto de una búsqueda, pero al no tener respuestas, todo era muerte, y así expresaban su arte. A mí se me conmovía el corazón porque decía ‘te entiendo perfectamente’.
El gran ingrediente de esta historia es lo que yo he vivido, paralelamente a esta situación que cuento en la Facultad, en el Oratorio de Universitarios de los Cooperadores de la Verdad, que se llama Oratorio de Universitario San Juan Pablo II. Es un lugar donde los jóvenes vamos, nos reunimos, hacemos peregrinaciones, y lo que estamos recibiendo desde hace dos años es lo que se llama la «Teología del Cuerpo». Es una bomba, porque todo lo que dijo San Juan Pablo II fue una bomba, y si tú la vives, lo cambia todo: empezamos a curar nuestras heridas, fueron cambiado todas nuestras relaciones, con tu propio cuerpo, con tus amigos, con los chicos, con los estudios, con el futuro, con el pasado, con la manera de vivir el presente, con el sentido de ser hombre y de ser mujer, con el sentido del sufrimiento… Muchísimas cosas que hemos ido descubriendo que nos han enamorado y nos han sanado.
Yo vivía estas dos cosas a la vez: el ambiente de la Facultad y la Teología del Cuerpo. Claro, yo veía que mis compañeros de universidad lo que necesitaban era precisamente eso, lo que yo estaba recibiendo. En ese momento tenía el problema y la solución a la vez, las preguntas y las respuestas dándose al mismo tiempo. Así que lo que hice fue, en categoría de trabajo de clase, vídeos que respondían a situaciones concretas que yo vivía en el aula: el sentido del hombre, la mujer, el placer, el instinto, el impulso sexual…
Y ahora vas por colegios, institutos, parroquias y ciudades exponiendo el último vídeo y dando charlas a cientos de personas…
Sí. A raíz de recibir la Teología del Cuerpo, decidí realizar mi TFG sobre ella y expresarlo en forma de documental ya que estoy especializada en audiovisuales. El trabajo se llama «AL PRINCIPIO NO ERA ASÍ» y habla fundamentalmente de las heridas. Yo jamás pensé que la gente luego vendría a pedirme que fuera a otros sitios a exponerlo y a contar mi experiencia del Oratorio. De hecho, me asusté muchísimo. Acudí al Oratorio de Universitarios, que es de donde había surgido todo, consultamos a los otros jóvenes y se formó un grupo de 20 jóvenes para llevar a cabo esta evangelización y testimonio de la Teología del Cuerpo. Actualmente hemos hecho más de 30 exposiciones por varias ciudades de España.
¿El hombre y la mujer, nacen o se hacen?
Nacen. Todo tu cuerpo, desde el primer momento, te está diciendo quién eres. Te revela la identidad. El cuerpo no se construye, y es la expresión de lo que eres por dentro.
El Papa ha hablado recientemente sobre el sufrimiento, relacionándolo con la esperanza, ha dicho que aceptarlo es una forma de estar en comunión con Dios. También tú, en los vídeos, has hablado de las heridas… ¿Qué opinas del sufrimiento?
Durante el tiempo que nosotros hemos recibido la Teología del Cuerpo, hemos conocido nuestras heridas, y es una cosa muy desagradable. Pero es ahí donde nos hemos encontrado con el amor. En lo más cutre de nosotros mismos, en lo que tú no puedes abrazar, ahí hemos encontrado el amor. Y eso es muy fuerte, eso cura. Las heridas, que es aquello que no podemos amar, resulta que es algo muy valioso, porque gracias a que nosotros tenemos heridas, podemos hablar y dar testimonio de Dios desde nuestra pequeñez. Una cosa muy importante que hemos descubierto con todo esto es que tú no eres tus heridas, no te definen, no estás condenado a vivir bajo el peso de todo eso. Lo que eres, es que eres amado. Un don de Dios.
Ver el vídeo «PLACER«.
Ver el vídeo «Hombre – Mujer«.
Ver el vídeo «Masculino o Femenino. ¿Una construcción social?«.
Ver el tráiler de «AL PRINCIPIO NO ERA ASÍ«.
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