Eucaristía en el centenario de la Virgen del Lledó como Patrona de Castellón: “Ella es nuestra protectora y nuestra guía en la vida”
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Hoy es un día grande para la ciudad de Castellón que, con una Eucaristía de acción de gracias, ha conmemorado los 100 años de la declaración pontificia de la Mare de Déu del Lledó como su Patrona, por el Papa Pío XI el 8 de noviembre de 1922.
Volvía a brillar el sol, y en la explanada de la Basílica se ha reunido una multitud de castellonenses, para honrar y venerar a la Madre de Cristo y para celebrar la Santa Misa, centro de toda vida cristiana, que ha presidido el Obispo de la Diócesis, D. Casimiro López Llorente.
Alrededor de las 11:00 h., las Camareras ultimaban los detalles de la Virgen, y el repique de las campanas marcaba el inicio de su salida que, escoltada por una escuadra de arcabuceros, ha salido en procesión portada por los barreros. La Lledonera llegaba al altar con la música de la Coral Juan Ramón Herrero y Vicent Ripollés, bajo la dirección de D. Manuel Torada Calonge.
Junto a los miembros de la Real Cofradía de la Virgen del Lledó estaba la corporación municipal y las reinas de las fiestas.
“A la Virgen del Lidón le damos las gracias por tantos favores recibidos por intercesión suya – decía el Obispo en la homilía – y a ella le confiamos la vida de nuestra ciudad y de sus habitantes, de nuestras familias y de nuestras parroquias”.
“Patrona quiere decir defensora, protectora, abogada e intercesora ante Dios”, ha señalado, por lo que María es quien “nos protege y guía en el proceloso mar de la vida por el camino seguro, para llevarnos a buen puerto”, que es “su Hijo, el Hijo de Dios, el Salvador, Camino, Verdad y Vida, la esperanza que no defrauda”.
Ante la crisis que estamos viviendo, económica, laboral, política, social y eclesial, ha exhortado a contemplar y a acudir a la Mare de Déu del Lledó. “Todo parece tambalearse”, señalaba, especialmente en un mundo dominado por el individualismo y el relativismo, en el que “domina la corrección política y la cancelación de lo cristiano”, y en el que “se intenta vivir como si Dios no existiera”.
Se ha proclamado el Evangelio de la Visitación de la Virgen a su prima Isabel, y D. Casimiro ha recalcado tres palabras que sintetizan la actitud de María y que nos indican el camino a seguir: creer, acoger y actuar. “La Virgen cree en Dios y se fía de Él; acoge su llamada; y actúa, poniéndose en camino para servir a Isabel, llevando en su seno al Hijo de Dios”.
Además, el Obispo ha recordado que este domingo celebramos la Jornada Mundial de los Pobres, invitando “a compartir lo poco que podamos tener con quienes no tienen nada”, y llamando “a la solidaridad en medio de un mundo herido por la violencia y por la guerra”.
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