Esta mañana, la Catedral de Segorbe ha acogido la celebración de la Misa con la imposición de la ceniza, presidida por el Obispo, D. Casimiro, y a la que han asistido numerosos fieles dentro de las restricciones y de las indicaciones sanitarias, comenzando así el tiempo de la Cuaresma.
En la homilía, teniendo en cuenta las lecturas proclamadas y la liturgia de este día, el Obispo ha resaltado tres palabras: conversión, reconciliación y Pascua.
Conversión
«Convertíos y creed en el Evangelio», son las palabras pronunciadas en el rito de la imposición de la ceniza, este año de una forma especial por la pandemia. “Conversión es volver la mirada y el corazón a Dios, dejarse renovar por Él en lo más profundo de nuestro corazón”, ha explicado, “porque si nuestro corazón está centrado en Dios el resto de relaciones se reordenan”.
En primer lugar, es “una llamada a la conversión personal, a vosotros, a nosotros como pastores, a quien os habla como Obispo, una conversión de mente y de corazón a Dios para que Él ocupe el centro de nuestra vida, de nuestro pensar, de nuestro sentir, de nuestro actuar”.
Pero también nos llama a la conversión en la familia, en cada comunidad parroquial, y en las instituciones de nuestra Iglesia, debiendo “colocar a Dios en el centro como parte de la Iglesia que somos”, porque nuestra tarea es “ser siempre servidores de Dios para que Él y su Reino llegue a todos”.
Ante el inicio de la Cuaresma, D. Casimiro ha recordado que se basa en tres obras: el ayuno, la oración y la limosna. El ayuno, que no solo es privarse de alimentos, sino también “de tantas otras cosas que impiden que nuestro corazón se convierta a Dios”. La oración, que es “entrar en nuestro interior y dejar que resuene en nosotros la Palabra de Dios para dejar que Él nos hable”. “Y no habrá verdadera limosna y preocupación por el hermano necesitado si nuestro corazón no está centrado en Dios”.
Reconciliación
La Cuaresma es un tiempo de gracia en el que “el Señor nos ofrece el abrazo del perdón, «Dejaos reconciliar con Dios»”. Y para ello ha exhortado a recuperar la celebración del sacramento del perdón, donde nos ofrece “su perdón y su misericordia”.
Pascua
Tras la Cuaresma y “debidamente preparados celebraremos con gozo la Pascua de la Resurrección, y recordaremos nuestra propia resurrección ya iniciada en nuestro bautismo, en el cual hemos muerto al pecado y hemos resucitado a la vida de Dios”.
También ha recordado el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de este año: «un tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad». “La fe que es ponerse en manos de Dios, fiarse de Él, acogerle, hacer de Él y de su Palabra el centro de nuestra existencia sabiendo que nunca nos abandona”, y en estos tiempos de pandemia debemos “ser testigos de la esperanza que no defrauda”. Y podemos ser testigos de ello “acompañando al enfermo, a los familiares que han perdido a sus seres queridos, y a aquellos que pasan necesidad aquí y lejos de aquí”.
Tras la homilía se ha celebrado el rito de la imposición de la ceniza, este año con las indicaciones de la Santa Sede para este tiempo de pandemia.
Los obispos valencianos unidos en oración por la pandemia
Al concluir la celebración, D. Casimiro ha recordado que el próximo viernes, 19 de febrero, los obispos valencianos se unirán en oración por los enfermos, los difuntos y el fin de la pandemia, en la Basílica de la Virgen de los Desamparados (Valencia).
El cardenal arzobispo de Valencia, D. Antonio Cañizares, presidirá una Eucaristía que será concelebrada por el obispo de Orihuela- Alicante, monseñor Jesús Murgui; el obispo de Segorbe-Castellón, monseñor Casimiro López, y el obispo de Tortosa, monseñor Enrique Benavent, a cuya diócesis pertenecen localidades del norte de la provincia de Castellón. Tendrá lugar a las 10,30h de la mañana tras el rezo del Santo Rosario ante la Virgen de los desamparados, a quien pedirán protección y amparo para todos los afectados por la crisis sanitaria. Ambas celebraciones serán retransmitidas por la Ocho Televisión.