Jornada Mundial de los Pobres
El próximo domingo, 14 de noviembre
“A los pobres los tienen siempre con ustedes”, con esta cita del evangelista Marcos (14, 7) el Papa Francisco ha convocado para este 14 de noviembre la V Jornada Mundial de los Pobres. La elección del lema, tal y como afirmó Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización en la presentación del Mensaje, «con esta expresión, el Papa Francisco provoca a los creyentes a mantener la mirada fija en Jesús para descubrir que en Él y en sus palabras se encuentra no sólo el verdadero sentido de la pobreza, sino sobre todo la capacidad de reconocer a los pobres».
Fue en noviembre de 2016 cuando el Papa Francisco, apartando los ojos del texto oficial de su homilía y mirando a los miles de pobres que llenaban la Basílica de San Pedro para celebrar su Jubileo de la Misericordia, anunció que a partir de ese momento la Iglesia tendría su propia Jornada Mundial de los Pobres. Esta decisión vendría a dar respuesta a lo que el Santo Padre, años antes, había escrito como programa para su pontificado: «Quiero una Iglesia pobre para los pobres. Ellos tienen mucho que enseñarnos. Además de participar del sensus fidei, en sus propios dolores conocen al Cristo sufriente. Es necesario que todos nos dejemos evangelizar por ellos. Estamos llamados a descubrir a Cristo en ellos, a prestarles nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus amigos, a escucharlos, a interpretarlos y a recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos» (EG 198).
Este año celebramos ya la V Jornada que, tal como recoge el Subsidio Pastoral del Dicasterio para la Nueva Evangelización, «pretende ser una provocación permanente para que nuestras comunidades estén atentas y acojan a quienes se presentan a nuestra puerta». De hecho, en su mensaje para esta Jornada, el Papa Francisco describe las pobrezas que están frente a nuestros ojos todos los días, para que nadie mire hacia otro lado sin asumir las debidas responsabilidades. Por ello, tener a los pobres siempre con nosotros no puede generar malestar, sino que debe suscitar el necesario sentido de justicia y solidaridad cristiana. El Evangelio elegido como referencia para esta Jornada lo es también de invitación a la reflexión, personal y en comunidad, siendo conscientes de que la presencia de los pobres debería ser una tarea diaria tanto por la muestra de nuestra cercanía hacia las personas con dificultad, como por elevar nuestra oración por ellas y así ver en un pobre, no sólo a una víctima o a un desdichado, sino al ser humano sobre el que está impreso el mismo rostro de Dios.
También en su carta para esta semana, el Obispo de nuestra Diócesis advierte que existe «un vínculo inseparable entre Jesús, los pobres y el anuncio del Evangelio. El rostro de Dios que Jesús revela es el de un Padre para los pobres y cercano a los ellos: un Padre misericordioso, inagotable en su bondad y amor, que ofrece esperanza sobre todo a los más pobres y privados de futuro. Los pobres son además un signo concreto de la presencia de Jesús entre nosotros».
Celebración diocesana
Desde la Pastoral Caritativa-Social de nuestra Diócesis, integrada por todas las entidades que prestan su servicio a los pobres, desfavorecidos y marginados, fieles a la llamada del Santo Padre de tomar conciencia de la realidad que vive cada persona en situación de pobreza, exclusión y necesidad, al tiempo que ha comenzado la preparación del Sínodo, han preparado esta Jornada con una celebración Eucarística que tendrá lugar este domingo, 14 de noviembre, a las 19,00h en la parroquia de la Sagrada Familia de Castellón. Para la Pastoral Caritativa y Social, tanto la Jornada Mundial de los Pobres como la fase diocesana del Sínodo de los Obispos son una nueva oportunidad para reflexionar sobre cómo peregrinamos como Iglesia, al tiempo que nos invita a cuestionarnos sobre cuál es el nivel de participación de las personas más pobres en los espacios de reflexión, toma de decisiones y celebración. En un contexto social en el que las personas en situación de exclusión aún viven con mayores dificultades y con un horizonte precario, el papel de la comunidad cristiana es fundamental. Por ello se van a formar grupos de trabajo que se reunirán con carácter mensual y ya en marzo-abril de 2022 celebrarán una jornada de trabajo para poner en común todas las aportaciones.