Un nuevo Plan de Pastoral
Queridos diocesanos:
En fechas próximas presentaremos el nuevo Plan Diocesano de Pastoral. Se trata de un proyecto nacido de la Iglesia diocesana; en su elaboración han participado cuantos han deseado hacerlo en las consultas llevadas a cabo durante el pasado curso pastoral. El Plan es fruto, pues, de la aportación de muchos en bien de todos. Al ser aprobado por el Obispo se convierte en programa válido y vinculante para toda la comunidad diocesana.
El Plan Diocesano de Pastoral contiene las directrices pastorales de nuestra Iglesia diocesana para el próximo quinquenio. No se trata de abandonar las actividades ordinarias en la vida y misión de nuestra Iglesia diocesana ni de menospreciar lo hecho hasta ahora. El Plan marca las prioridades o acentos pastorales que nos pide el momento presente de nuestra Iglesia y de nuestra sociedad.
La evangelización es la misión permanente y siempre nueva de nuestra Iglesia diocesana: todos sus miembros y todas las realidades que la integran hemos sido convocados para vivir en Cristo Jesús la comunión con Dios y con los hombres y desde esta comunión hemos sido enviados a anunciar, celebrar y servir a Cristo y su Evangelio, esperanza para el mundo. Para cumplir esta tarea con fidelidad a Cristo y su Evangelio, y, a la vez, a sus destinatarios, los hombres y mujeres de cada época, la Iglesia diocesana ha de tener en cuenta las circunstancias del momento histórico, en que vive y lleva a cabo su misión. Y, desde la lectura de los signos de los tiempos, ha de fijar los medios más adecuados para su acción pastoral y la eficacia salvadora del Evangelio.
Eso es lo que hace el Plan. Su objetivo general reza: “Nuestra Iglesia de Segorbe-Castellón está convocada por Jesucristo para que, presidida por su Obispo, viva la comunión y la misión de ser su testigo en medio del mundo”. Este objetivo se desarrolla en cinco objetivos concretos y las correspondientes acciones, que iremos distribuyendo en los cinco años próximos.
Es bueno que volvamos nuestra mirada a lo que somos como Iglesia del Señor. Lo podemos sinterizar en tres palabras: misterio, comunión y misión. Como escribió Juan Pablo II, nuestra Iglesia “es misterio porque el amor y la vida del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo son el don absolutamente gratuito que se ofrece a cuantos han nacido del agua y del Espíritu (cf. Jn 3, 5), llamados a revivir la comunión misma de Dios y a manifestarla y comunicarla en la historia (misión)”. Volveré sobre ello en la próxima carta.
Con mi afecto y bendición,
+ Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón
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