Volvemos con alegría a la Eucaristía. Llamada de la Congregación para el Culto Divino a retomar la celebración presencial
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha dirigido una carta a los presidentes de las Conferencias Episcopales, titulada «¡Volvemos con alegría a la Eucaristía!. En ella llama a retomar la celebración presencial de los fieles en este sacramento. Conscientes de las medidas que ha sido necesario tomar en los momentos más duros de la pandemia para reducir el contagio, afirma que las decisiones tomadas son muestra de un «gran sentido de responsabilidad» de los Obispos, y les agradece «su compromiso y esfuerzo».
Al mismo tiempo, manifiesta que «hemos aceptado la lejanía del altar del Señor como un tiempo de ayuno eucarístico, útil para redescubrir la importancia vital, la belleza y la preciosidad inconmensurable». Por ello asegura que, una vez que las circunstancias lo permiten, «es necesario y urgente volver a la normalidad de la vida cristiana, que tiene como casa el edificio de la iglesia, y la celebración de la liturgia, particularmente la Eucaristía, como la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza».
2020.09.03 – Carta de la Congregación para el Culto Divino
El documento, firmado por el prefecto, el Cardenal Robert Sarah, y aprobado por el Papa el 3 de septiembre, expone el significado teológico de la dimensión comunitaria de la vida cristiana. También argumenta que, mientras para los paganos el templo estaba cerrado a las personas, en el cristianismo siempre ha sido «domus Dei et domus ecclesiae, donde los fieles pudieran reconocerse como comunidad de Dios, pueblo convocado para el culto y constituido en asamblea santa».
La carta reconoce la función que tienen los medios de comunicación en la difusión de las celebraciones, en particular para enfermos y los que están imposibilitados para ir a la iglesia. Al mismo tiempo advierte de que «ninguna transmisión es equiparable a la participación personal o puede sustituirla (…) Este contacto físico con el Señor es vital, indispensable, insustituible». Por ello invita a que «todos retomen su lugar en la asamblea de los hermanos, redescubran la insustituible preciosidad y belleza de la celebración, requieran y atraigan, con el contagio del entusiasmo, a los hermanos y hermanas desanimados, asustados, ausentes y distraídos durante mucho tiempo».
Disposiciones diocesanas
D. Casimiro López Llorente recordaba para toda la Diócesis la importancia de esta presencialidad de los fieles en las celebraciones, en las Disposiciones de prevención para la celebración del culto público del pasado 10 de julio. En ellas nos decía: “La Eucaristía es el centro y la fuente de la vida cristiana, que pide su celebración presencial. Es la hora de que todos los creyentes católicos nos encontremos como Pueblo de Dios alrededor del Altar, escuchando con filial obediencia la Palabra de Dios y participando de la sagrada Comunión, presencia real de Jesucristo resucitado, donde podemos encontrar la fuerza que necesitamos para ser verdaderos discípulos del Señor”.
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