El pasado viernes, medio centenar de jóvenes se conectaron a través de la plataforma Zoom para seguir la conferencia de Juan Martínez Otero, Profesor de Derecho de la Comunicación, experto en protección de los niños en el entorno audiovisual y en los interrogantes que plantean las nuevas tecnologías de la comunicación desde el punto de vista jurídico.
La conferencia, que llevaba por título “Redes Sociales, ¿soledad hiperconectada?, estuvo organizada por Jóvenes en el Corazón de Cristo por María (JECCxM) con el apoyo de la delegación diocesana de Infancia y Juventud, y de la Asociación Católica de Propagandistas.
Los asistentes pudieron escuchar las reflexiones de Juan Martínez, que inició la exposición explicando cinco ideas, a su juicio no del todo ciertas, sobre Internet y las redes sociales:
- Internet ha mejorado mucho nuestras vidas.
- Internet es una herramienta más.
- Internet te ayuda a ser virtuoso porque obliga al autocontrol al usarlo.
- La tecnología digital es un invento más.
- No se pueden poner puertas al campo.
En su intervención, explicó que Internet ha hecho más eficiente y más ágil nuestro trabajo, pero ha acelerado en gran medida nuestros ritmos de vida, convirtiéndose en muchas ocasiones en una distracción que nos aísla de las verdaderas relaciones humanas.
Internet y las redes sociales, sobre todo, tienen detrás auténticos expertos en marketing, neurociencia y otros especialistas que han creado a conciencia una herramienta adictiva, por lo que Juan Martínez considera que se trata de “una herramienta con un diseño irresistible, ofreciéndonos infinidad de posibilidades de entretenimiento para satisfacer casi cualquier cosa, y a la que es muy complicado resistirse con un simple acto de autocontrol”.
El ponente también explicó que su impacto es muy superior a cualquier otro invento, pues “ha invadido nuestras vidas absolutamente, ya que nadie lleva una tele encima, o una imprenta, y sin embargo todo el mundo lleva encima un móvil con infinidad de posibilidades”.
En definitiva, defendió la idea de que se debe y se puede poner “puertas al campo, para que estas herramientas nos ayuden realmente a tener un uso responsable, disminuyendo su acción en nuestras relaciones personales, que al final son las que realmente hay que cultivar para tener vidas plenas y felices”. Para ello destacó las siguientes:
- La relación con uno mismo.
- La relación con los demás.
- La relación con el trabajo.
- La relación con la naturaleza.
- La relación con Dios.