Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón ha celebrado durante los últimos 12 meses el 65 aniversario de su creación con la realización de diferentes actos que se iniciaban en Segorbe, el 27 de febrero del pasado año, con la Eucaristía que presidía el obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente.
Al principio de este aniversario, Cáritas Diocesana afrontaba, con diferentes campañas de ayuda, la crisis humanitaria provocada por la invasión rusa de Ucrania.
A lo largo de estos últimos 12 meses, Cáritas Diocesana ha proseguido con su labor constante y diaria de ayuda a las personas más vulnerables, a través de los más de 20 proyectos de acción social que se impulsan desde la entidad.
Este 65 aniversario ha servido para recordar la labor de Cáritas Diocesana, desde su creación en 1957, a través de una Exposición itinerante que se inauguraba en junio en Segorbe y que se ha podido contemplar, posteriormente, en Torreblanca, Benicàssim, Almassora, Castelló y Burriana y que tendrá continuidad también durante 2023 en otras poblaciones de la Diócesis de Segorbe-Castellón.
El Jubileo y encuentro de voluntarios, celebrado en Segorbe en octubre, recuperado tras dos años de pandemia, ha sido también uno de los momentos más significativos de este 65 aniversario, así como el tradicional acto de agradecimiento a donantes, empresas y medios de comunicación, celebrado en diciembre en el campus de Castelló de la Universidad CEU-Cardenal Herrera.
En septiembre de 2022 se constituía el Coro de Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón y prácticamente culminando este aniversario, en diciembre, se realizaba la campaña de los Corazones que se instalaron por toda la ciudad de Castelló, como muestra de agradecimiento a los voluntarios de la entidad en particular y a toda la sociedad en general por su solidaridad con los colectivos más desfavorecidos.
En el transcurso de este aniversario, se producía, en septiembre, el relevo en la dirección de Cáritas Diocesana, ya que Francisco Mir asumía el cargo en sustitución de Juan Manuel Aragonés, quien había ostentado esta responsabilidad durante los anteriores 14 años.
Francisco Mir, al realizar balance del 65 aniversario de Cáritas Diocesana y mirar hacia el futuro, considera que la labor caritativa y de fraternidad con los más pobres debe basarse en dos pilares fundamentales como son “la acción y el compromiso”.
También destaca que es prioritario contar con más voluntarios, especialmente jóvenes, dar visibilidad a la acción que realiza Cáritas, así como mantener e incrementar, si cabe, la credibilidad de la entidad, siendo necesarias más donaciones para cubrir la imprescindible financiación de los proyectos e iniciativas que realiza la entidad.
Todo ello, como recuerda Francisco Mir, subrayando que “la Iglesia nunca dará la espalda a los más pobres”.
Prioridades para 2023
Como exponían, recientemente, el delegado episcopal en Cáritas Diocesana, Sergio Mendoza, y el director, Francisco Mir, al obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, en los próximos meses se dará un nuevo impulso al “ProyectoBetania” de alquiler social de viviendas y se inaugurará la Casa de Acogida San Pascual “El Pati” de Vila-real.
Por otra parte, como cada invierno, se ha puesto en marcha el “dispositivo de frío” en el Centro de Atención Temporal Mare de Déu del Lledó de Castelló.
Asimismo, próximamente se presentará la iniciativa “Encontres” para paliar el problema de la soledad de las personas mayores y la Semana de la Caridad, en junio, incluirá un acto especial de reconocimiento a los donantes.
Todo ello, sin olvidar los más de 20 proyectos sociales que se realizan desde Cáritas Diocesana y siguiendo con las campañas de ayuda a los damnificados por el terremoto de Turquía y Siria y a los ciudadanos ucranianos que se han visto obligados a abandonar su país por la invasión rusa.
La Conferencia Episcopal presenta los datos de la campaña de la Renta del año 2022, que corresponde al ejercicio fiscal de 2021. En la rueda de prensa han intervenido el vicesecretario para Asuntos Económicos, Fernando Giménez Barriocanal, y el director del secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, José María Albalad Aiguabella.
Importante respaldo a la labor de la Iglesia
En los datos se constata que ha aumentado en 84.201 el número de declaraciones en favor de la Iglesia (más del doble que en el año anterior), lo que supone un importante respaldo a la labor de la Iglesia. En conjunto, más de 8,5 millones de españoles marcan la casilla de la Iglesia teniendo en cuenta las declaraciones individuales y las conjuntas, lo que supone el 31,29% de las declaraciones presentadas.
El importe total asignado a la Iglesia se sitúa en los 320.723.062 euros, lo que supone un incremento del 8,5% que va a permitir a la Iglesia hacer frente al aumento de las necesidades sociales en un contexto económico difícil. De media, la aportación que recibe la Iglesia de cada contribuyente que marca la casilla de la X es de 37,73 euros.
Comunión eclesial
Si la cantidad percibida está en relación con la capacidad y fortaleza económica que hay en cada provincia, los mecanismos de distribución tienen como criterio la solidaridad y la comunión entre las diversas diócesis. De modo que las diócesis que están en provincias con rentas altas como Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga o Murcia ayudan a sostener a las diócesis de la España despoblada y, por tanto, con menor capacidad para su sostenimiento. Es un auténtico mecanismo de comunión eclesial de recursos que permite mantener la acción pastoral en lugares en los que, de otro modo, sería casi imposible.
Supone el 22% de la financiación de las diócesis
Por otra parte, la asignación tributaria supone, como media, el 22% de la financiación de las diócesis. Eso significa una progresiva mejora de su capacidad de financiación propia por otras vías al margen de la declaración de la renta (aumento de las colectas propias, trabajo de las oficinas de sostenimiento en las diócesis, etc.).
Declaraciones y porcentaje de asignación en la Comunidad Valenciana
El número total de declaraciones a favor de la Iglesia ha aumentado en 14 de las 17 comunidades autónomas, especialmente Andalucía, Madrid, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana.
En relación con el importe asignado, se ha producido un incremento de la cantidad recaudada en todas las comunidades autónomas. En términos absolutos, los mayores aumentos en euros asignados se producen en Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana.
Especial informativo en portantos.es
Dentro del compromiso de la Iglesia con la transparencia, el Secretariado para el Sostenimiento hace público el especial de los datos hoy presentando en su webportantos.es/gracias, que ofrece la información más relevante de una manera visual y accesible para todos los públicos.
¡Gracias!
La Iglesia agradece el compromiso de todas las personas que sostienen su actividad. Algunos de ellos fueron protagonistas de la campaña del año pasado “Por tantas razones” y hoy agradecen el sencillo gesto que cambia vidas como las suyas.
Muchas personas sostienen la vida de la Iglesia en España con su oración, con la entrega de su tiempo y con la aportación económica, que se hace visible de manera especial en la casilla de la declaración de la renta. A todos ellos va un agradecimiento especial. El Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia (portantos.es) informa del modo en que se puede ayudar a la Iglesia.
Por su parte, el portal donoamiiglesia.es permite donar directamente a cualquier parroquia de España, para hacer llegar directamente las ayudas a las instituciones que las ponen al servicio de la sociedad.
Se celebró ayer tarde en la Concatedral de Santa María, organizado por la M.I. Cofradía de la Purísima Sangre de Jesús
La Concatedral de Santa María, en Castellón, acogió ayer tarde la celebración del Pregón Diocesano de Semana Santa, organizado por la Muy Ilustre Cofradía de la Purísima Sangre de Jesús, de Castellón, en colaboración con la Junta Diocesana de Cofradías y Hermandades de Semana Santa.
En este primer sábado de Cuaresma, el Pregón Diocesano supone, para las Cofradías y Hermandades de Semana Santa de la Iglesia de Segorbe-Castellón, el punto de partida para vivir, a través de la religiosidad popular, la Pasión, Muerte y Resurreción del Señor.
Coincidiendo con el 475º Aniversario de la Fundación de la Cofradía de la Purísima Sangre de Jesús, en Castellón, la pregonera de esta XXXIII edición, fue Mª Teresa Giner Pallarés, cofrade de la Purísima Sangre de Jesús de la rama de industriales, y también presidenta de la Junta Local de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Castellón desde el pasado enero. Mujer de fe y profundamente vinculada a la Real Cofradía de Nuestra Señora del Lledó, entre otros cargos.
El acto estuvo presidido por el Obispo, Mons. Casimiro López Llorente, a quien acompañaron el Delegado Diocesano para la Junta Diocesana de Cofradías y Hermandades de Semana Santa, D. Pascual Luis Segura; el Consiliario Diocesano para la Junta, D. Federico Caudé; el Deán de la Concatedral, D. Miguel Simón; así como el y Presidente de la Cofradía de la Sangre, D. Juan Antonio Guzmán; y el Hermano Mayor, D. Ignacio Valls.
Pregón Diocesano
En sus primeras palabras, Mª Teresa Giner Pallarés, destacó con emoción, su condición de cristiana, por coincidir este 25 de febrero con el aniversario de su Bautismo, agradeciendo las vivencias y enseñanzas recibidas, a lo largo de los años, por los hermanos y hermanas cofrades. Recordó las palabras de D. Casimiro en su Carta Pastoral para este Año Jubilar Diocesano, en el que «hay que hacer memoria agradecida del pasado», poniendo el acento en las personas sencillas que se se asociaron, a través de la Cofradía, «para ayudar a los más necesitados ante las dificultades que muchos, por aquel entonces, atravesaban, siendo su máxima amar al prójimo siguiendo el Evangelio y proclamando su fe». El pregón supuso, en gran parte, un repaso a las Sagradas Escrituras, con referencias a la grandeza de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.
Recuerdo agradecido a la Historia
Hubo palabras de agradecimiento y reconocimiento «a quienes iniciaron este camino pero también a todos los que han seguido sus pasos a través de los siglos haciendo posible la realidad de hoy, siendo capaces de superar todas las dificultades sin rendirse y continuando siempre adelante». Palabras que resonaron con fuerza coincidiendo con la celebración del 475º Aniversario de la Cofradía que nos recuerdan a todos los casi cinco siglos de historia de algunas cofradías de nuestra Diócesis, así como aquellas otras que han ido surgiendo, cuya historia, para la pregonera refiriéndose a la propia de la Cofradía de la Purísima Sangre de Castellón, «nos ayuda a comprender la riqueza que encierran, siendo un tesoro de solidaridad, arte, religiosidad, lo hizo poniendo la mirada en el sentimiento de solidaridad hacia quienes lo necesitaban como el origen de su existencia». Del mismo modo, alzó su voz para destacar el papel protagonista «de aquellos hombres y mujeres – refiriéndose a los cofrades- que con la mirada puesta en Jesucristo fueron capaces de transformar la realidad social con la fuerza del Evangelio, siendo un desafío que aún hoy persiste».
En este sentido, sirviéndose de la parábola del Buen Samaritano, reivindicó la necesidad de «seguir el ejemplo de los cristianos que nos precedieron de acercarse al diferente, al necesitado, al desconocido que sufre, superando las barreras de la enemistad, la discriminación y prejuicios que dificultan el trato hacia las personas». Puso en valor «la caridad cristiana que es ejemplo de misericordia, consuelo y fraternidad» y advirtió que «el corazón el cristiano está llamado a hacerse grande y a acercarse al del prójimo de manera sencilla, sin arrogancia, con humildad para transmitir ese amor que – recordando a San Pablo – ni presume ni se engríe».
Salir al encuentro
Reclamó la autenticidad y el significado real del papel de la Cofradía cada tercer domingo de Cuaresma que «sale al encuentro en auxilio de aquellos, que como entonces, llegaban exhaustos en su camino de penitencia» exaltando, precisamente el «acto de caridad que esta salida al encuentro» suponía y que tristemente hoy «parece que ha perdido su esencia convirtiéndose en un mero acto festivo». En este sentido puntualizó y reivindicó que hoy » es un signo con el mismo significado: salir al encuentro y acoger porque es la esencia de nuestra misión a la que se han sumado el resto de cofradías de la ciudad», y recordando al papa Francisco (Fratelli tutti) invitó a «hacerlo juntos porque nadie puede pelear la vida aisladamente, se necesita una comunidad que nos ayude, que nos sostenga y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar adelante».
Fe para creer
Servirse de la condición de cofrade para mostrar a la sociedad que «la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús es nuestra máxima expresión de fe» frente a una sociedad que muestra la misma incredulidad que Tomas (Juan 20, 24-29), dijo, «y necesita ver y tocar para creer». En este sentido se refirió al importante patrimonio artístico y cultural de la religiosidad popular «como muestra del don especial de muchos artistas que han sabido plasmar todo aquello que sucedió hace más de 2000 años y que cambió la humanidad». El arte que atesoran las cofradías ha de servirnos para «transformar nuestros sentidos y avivar nuestras almas porque además de la profunda huella cultural, son imágenes que forman parte de nuestra propia historia». Se refirió al «privilegio que es para todos los cofrades que nos confesamos creyentes mostrar al mundo una lectura que vaya más allá de la contemplación de una obra de arte».
Destacó que en el privilegio de procesionar por las calles «nos debemos dejar guiar por el espíritu del Evangelio y vivir una Semana Santa en la que se manifieste un estilo de vida basado en la seriedad y el compromiso que supone recordar que Jesucristo se abandonó a la voluntad del Padre sufriendo el martirio hasta la cruz, pero pidiendo el perdón para toda la humanidad instantes antes de morir». Y no quedarnos solo en eso, porque, repasando desde la entrada triunfante en Jerusalén hasta su camino en el calvario, «su entrega lo fue de amor tal como pidió a sus discípulos, a quienes llama amigos. No hay amistad sin perdón y no hay perdón sin amor. Nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus amigos».
Tesoro de fe, arte y religiosidad
Para terminar se refirió al compromiso que han de asumir las Cofradías y los cofrades, un compromiso dijo, que «va va más allá de la Cuaresma y de la Pascua, que lo es de cada día porque eso es lo que construye la historia». Las Cofradías son «un tesoro de fe, arte y religiosidad pero de nada sirve un tesoro si lo escondemos solo para nosotros», apuntó. Animó a convertirse en «pregoneros del amor, la esperanza, el perdón y la reconciliación para que todos vean que nuestro Cristo Yacente no es una imagen de muerte, sino una imagen de amor, que hemos de dar a conocer al mundo», concluyó.
El Pregón Diocesano concluyó con las palabras de Mons. Casimiro López Llorente, que dio gracias a Dios por Mª Teresa Giner pues sus palabras, dijo, «no solo han sido una reflexión profunda respecto a la dedicación de las Cofradías y a la contemplación de la Semana Santa, sino una confesión pública de la fe». Aplaudió, en este sentido, la organización y celebración del acto «como símbolo de nuestra preparación para celebrar con fe profunda la Semana Santa y con gozo alegre la Pascua».
Con guiño a las palabras de la pregonera, celebró el repaso por la memoria agradecida al pasado «en este año, que la Iglesia Diocesana celebra el Jubileo, mirando nuestro presente y mirar hacia el futuro, que es la perspectiva que debe tener todo aniversario», dijo.
En el análisis del presente, se refirió al individualismo y a la secularización de la sociedad actual, invitándonos a interpelarnos en caso de que decaiga nuestra fe, y «buscando la respuesta en Cristo Jesús que es la fuente de nuestra fe, porque muere y resucita para que tengamos vida eterna y que en Él acojamos el amor de Dios y ahí – destacó- es donde hay que poner el acento porque vivimos un tiempo complicado para mantener la fidelidad en la fe».
Pandemia espiritual
El Obispo exhortó a los presentes a volver la mirada hacia todos esos rostros necesitados y «avivar nuestra fe en Él desde el encuentro con Él, vivo y resucitado». Superada la pandemia, valoró que hemos sufrido también una «pandemia espiritual que nos ha hecho más individualistas, dejando atrás aquella solidaridad inicial, sin percibir que siguen existiendo aquellos que nos necesitan». Recordó que ese es «el peligro al que se enfrentan, no solo las cofradías, sino también la Iglesia» y avalando el importante legado de tradición, cultura y fraternidad que implican las cofradías, pidió que, ante todo, sean «expresión de la fe y de la fidelidad cristiana siendo promotores de reconciliación y de la paz, mirando a la cruz porque, precisamente, de ahí brota el amor, la reconciliación y el perdón».
Durante el acto se entregaron obsequios de reconocimiento, a Mª Teresa Giner como pregonera, pero también a D. Feliope Monfort Gómez, presidente de la M.I. Cofradía de la Purísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo de Vila-real, por la organización del Pregón Diocesano de 2022, así como a Dª. Mª Carmen Gozalbo, Secretaria de la Cofradía de Jesús Nazareno, organizadores de la procesión diocesana de la Semana Santa del pasado año.
La celebración estuvo acompañada por la interpretación magistral de varias piezas musicales por parte de la Coral Vicent Ripollés bajo la dirección de Jordi Ràfols. Siendo todas ellas aplaudidas por el numeroso público que asistió al acto, destacó el Misere que el propio Vicent Ripollés compuso, cuya partitura original que regaló a la Cofradía de la Sangre, generosidad que le fue agradecida nombrándolo cofrade honorario. La partitura se extravió y dejó de interpretarse hasta que fue encontrada hace unos años, reestrenándose la tarde de ayer.
El Altar, especialmente engalanado para la ocasión, estuvo acompañado de la imagen de la Mater Dolorosa que el artista Adsuara tallara en 1942 para la Cofradía de la Purísima Sangre de Jesús.
VI Encuentro Diocesano de Jóvenes en Segorbe con motivo del Año Jubilar Diocesano
Casi 250 adolescentes y jóvenes confirmandos se han unido hoy a la celebración del Año Jubilar Diocesano durante el VI Encuentro que, organizado por la Delegación para la Infancia y la Juventud, se ha celebrado extraordinariamente en Segorbe.
La S.I. Catedral ha acogido a los peregrinos, procedentes de diferentes comunidades parroquiales de la Diócesis, así como a sus párrocos y catequistas en una jornada que ha sido de júbilo y celebración, pero también de reencuentro con Jesucristo en este proceso de maduración y crecimiento de fe que supone prepararse para recibir el Sacramento de la Confirmación. Han participado las parroquias de San Miguel, San Vicente Ferrer, Santa María y La Sagrada Familia (Castellón); la parroquia de San Francisco, y la Arciprestal San Jaime (Vilarreal): También las parroquias de San Bartolomé de Nules, San Jaime de Oropesa del Mar, San Bartolomé de Torreblanca, Santo Tomás de Benicassin; La Asunción de La Vall d’Uixó, y las parroquias de Betxí, Segorbe y Azúebar. Del mismo modo se han sumado a este Encuentro Casa de Misericordia, Jòvenes en el corazón de Cristo, Juniors el Carmen y Scouts Tramuntana Almassora, entre otros movimientos juveniles de la Diócesis
A primera hora de la mañana se concentraban en la explanada del Santuario de la Cueva Santa, Patrona de la Diócesis de Segorbe-Castellón, y en el interior ha habido una pequeña celebración, con la bendición de los peregrinos y la lectura del Evangelio. Desde allí han emprendido camino a pie hasta Segorbe.
En este especial peregrinaje a la Iglesia Madre de nuestra Diócesis, «hemos considerado muy oportuno hacerlo de la mano de María, que acoge y abraza a todos nuestros jóvenes para llevarlos hasta su Hijo», ha señalado D. José Miguel Sala, Delegado Diocesano para la Infancia y la Juventud.
Con gran entusiasmo y alegría se ha iniciado la jornada «en camino» simbolizando que ellos – los jóvenes – «también lo hacen en comunión con nuestro Obispo para salir a la misión que la Iglesia les encomienda de anunciar la alegría del Evangelio a aquellos otros que están más alejados o que ni tan siquiera conocen a Jesucristo».
Acompañarles en este proceso supone, según advierte el Delegado Diocesano, «compartir sus inquietudes y sus anhelos, escucharles y comprender las dificultades a las que muchas veces se enfrentan en el camino de la vida». De hecho para el Encuentro de hoy, la Delegación Diocesana ha preparado material que les ha ayudado a vivir la jornada de la mano del mejor amigo: Jesús, a través del Sacramento de la Confesión.
Llegados a Segorbe, han sido acogidos en la Capilla del Seminario Diocesano. En procesión se han dirigido a la S.I. Catedral donde, tras cruzar la Puerta Santa, renovar el Bautismo y profesar su fe, han participado en la Santa Misa que ha presidido Mons. Casimiro López Llorente.
Tras la proclamación de la Palabra, D. Casimiro ha agradecido al Cabildo Catedral la acogida y ha mostrado su agradecimiento a los catequeistas y sacerdotes que han acompañado hoy a los jóvenes catecúmenos “por sembrar en ellos la Palabra del Señor y llevarlos hasta el encuentro con Él” por todos los frutos que ello supone.
Durante la homilía, se ha referido a la importancia histórica de la celebración que supone casi ocho siglos de historia de nuestra Diócesis desde que la Santa Sede creara la Cátedra del Obispo en Segorbe, como signo de la sucesión apostólica, que ininterrupidamente, nos remonta a la Iglesia misma de Jesús, por lo que sus primeras palabras han sido para dar gracias a Dios por la Iglesia de Segorbe-Castellón y por los dones concedidos a lo largo de la historia.
Así ha repasado junto a los adolescentes y jóvenes los signos de la celebración jubilar y que, como recordaba “comenzaba en la Cueva Santa para caminar juntos al encuentro con el Señor” resaltado la importancia de “caminar juntos como cristianos tal como lo hacía Jesús junto a sus discípulos” y formar así “la familia de los amigos de Jesús”.
La unión de todos hoy, forma, ha dicho D. Casimiro, una parte del Pueblo de Dios de Segorbe-Castellón, “independientemente de la parroquia a la que pertenecemos o del movimiento de la Iglesia con el que caminamos en la fe, todos formamos parte de la familia de los Hijos de Dios y amigos de Jesús”.
Ha recordado el paso por la Puerta Santa, “signo vivible del mismo Jesús que es la puerta para entrar en su comunidad e ir al Padre, haciendo estación ante la presencia real de él en medio de nosotros a través de la Eucaristía”.
Les ha animado a ser piedras vivas de la Iglesia que camina en Segorbe-Castellón “en comunión con Dios y con los hermanos para salir a la misión y anunciar la alegría del Evangelio”. No ha sido ajeno nuestro Obispo a las especiales dificultades a las que se enfrentan los jóvenes en la sociedad actual y que, en alguna circunstancia provocan consecuencias irremediables haciendo alusión al elevado índice de suicidios entre la gente joven.
En este sentido les ha animado a “mirar a Jesús ante la falta de esperanza, ante el desaliento o el desánimo porque Él es la luz que nos guía en el camino” y hacerlo presente en los demás, sintiéndose siempre “invitados por el Señor a llevar todos juntos la alegría y la esperanza que da su Evangelio bajo la protección de la Virgen de la Cueva Santa”.
La jornada ha continuado con la comida fraterna para participar, ya por la tarde, en tres interesantes talleres que se han organizado pensando, precisamente, en aquellas cuestiones que son más susceptibles de empatizar con ellos y así dar respuesta cristiana a las muchas inquietudes que manifiestan. Así, los influencers católicos Quique y Mery han sido los ponentes del taller sobre el noviazgo; Juan Colomina, psicólogo y experto en adicciones les ha ayudado a conocer pautas y herramientas para evitar caer en este mal que, en diferentes tipologías atrapa a muchos jóvenes. Por último se ha celebrado una charla de series y películas ofrecida por el escritor y director de cine, Diego Blanco.
Los jóvenes confirmandos también han podido celebrar un rato de oración íntima con el Señor a través de la Adoración al Santísimo Sacramento del Altar. Y como no hay encuentro de jóvenes sin música, la Delegación Diocesana ha organizado un concierto con la rapera católica Aisha que ha servido para poner el colofón a un Encuentro en el que los adolescentes y jóvenes de nuestra Diócesis, han ganado también su Jubileo.
La Cuaresma, recién comenzada, es un tiempo de gracia y de salvación, que nos conduce a las celebraciones pascuales. Este tiempo nos llama a renovar nuestra fe y vida cristiana, personal y comunitaria, a saciar nuestra sed con el “agua viva” de la esperanza y a recibir con el corazón abierto el amor de Dios que nos convierte en hermanos y hermanas en Cristo. En la noche de Pascua renovaremos las promesas de nuestro Bautismo, para renacer como hombres y mujeres nuevos, gracias a la obra del Espíritu Santo.
Dios es misericordia. En su Hijo Jesucristo, la misericordia encarnada, Dios nos espera siempre, sale a nuestro encuentro, se hace cercano a todos los hombres y nos reconcilia consigo, con nosotros mismos, con el prójimo y con toda la creación. En la persona de Cristo, Dios no deja de llamarnos e invitarnos a recuperar o intensificar la amistad con Él. Tan sólo tenemos que responder a sus invitaciones y abrirle nuestro corazón, para recuperar nuestra amistad con Dios, ser perdonados, reconciliados y sanados.
El ayuno, la oración y la limosna, tal como los presenta Jesús en su predicación (cf. Mt 6,1-18), son los santos medios que nos propone la Iglesia para intensificar la vida del espíritu en este tiempo cuaresmal y que nos preparan para el encuentro salvador con Dios; son las condiciones y la expresión de nuestra conversión. Ese triple ejercicio nos ayuda a que el paso de Dios por nuestras vidas en la cuaresma no sea en vano. Es verdad que sabemos que la Iglesia nos propone estos medios para la Cuaresma. Pero ¿los consideramos como algo trasnochado o, por el contrario, los acogemos cordialmente como medios necesarios para nuestra renovación espiritual? ¿Sabemos ir más allá de su mero cumplimiento?
La oración cristiana es estar y hablar con Dios. Como dice Sta. Teresa de Jesús, la oración es “tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama”. Y ‘tratar de amistad’ y ‘tratar a solas’ implica buscar estar a solas con Aquél que “sabemos nos ama”. Quien está a solas y en silencio con Dios, se deja hablar e interpelar por Él. Dios nos habla de muchas maneras: a través de las personas, de los pobres, de los acontecimientos de cada día, pero sobre todo y de modo especial por su Palabra: por su Hijo, Jesús, que es la Palabra encarnada, y por su Palabra escrita, contenida en la Sagrada Escritura que nos llega en la tradición viva de la Iglesia. La oración personal es una práctica vital para nuestra vida espiritual; es como la respiración de nuestra alma. Si nos falta la oración, la muerte de nuestra alma está asegurada. Sería bueno proponernos para esta cuaresma momentos precisos de oración, a poder ser al comienzo de cada jornada, antes de cualquier otra acción, sirviéndose del Evangelio del día. Tonificados por la oración, el día y el trabajo, nuestras relaciones en la familia, en el trabajo o en el ocio serán distintas.
Junto a la oración, el Señor nos propone el ayuno durante todo el tiempo cuaresmal y no sólo en los días establecidos por Iglesia; a saber, el ayuno, el miércoles de ceniza y el Viernes santo, y la abstinencia de comer carne, todos los viernes de Cuaresma. Hemos de ayunar no sólo de alimentos materiales, sino también de todo aquello que dificulta nuestra apertura a Dios y al hermano necesitado, y engorda nuestro egoísmo; hemos de ayunar de todo aquello que favorece los vicios, las pasiones, las ataduras a las cosas y el egocentrismo. Hemos de ayunar, en definitiva, de todo aquello que mata nuestro amor a Dios y a los hermanos. Ayunar es autocontrol, negación de sí mismo, ascesis, renuncia a las cosas superfluas, incluso a lo necesario, para que su fruto redunde en ayuda a los más necesitados. En un mundo dominado por el consumo y el afán del dinero, que potencia el endurecimiento del corazón ante tanta pobreza y sufrimiento, necesitamos ayunar. Y hemos de hacerlo para ayudar a los necesitados. El ayuno de los ricos debe convertirse en alimento de los pobres y los pobres en alimento de los ricos.
Junto a la oración y al ayuno, el Señor nos propone el ejercicio de la limosna, que se expresa en gestos de amor hacia el hombre herido y en obras de caridad hacia los más necesitados de cerca o de lejos. Hemos de saber compartir nuestro dinero; pero también nuestro tiempo y nuestra preocupación activa por el bien del otro, necesitamos aligerar nuestras mochilas para recorrer con presteza el itinerario cuaresmal. Así llegaremos llenos de alegría a la meta de la Pascua.
El Delegado Diocesano de Cáritas, D. Sergio Mendoza, y el Director, D. Francisco Mir, han mantenido esta ,mañana un encuentro con D. Casimiro, al objeto de informarle «respecto al transcurso de los proyectos, actividades y nuevas iniciativas que en nuestra Diócesis se están ejecutando en el presente curso pastoral».
En este sentido han informado de que el Proyecto Social Betania, que nació este Año Jubilar con el fin de ayudar a familias y personas con recursos limitados, al acceso a la vivienda, creando una cartera de viviendas en alquiler. De esta forma, anima a la comunidad cristiana a poner en alquiler los pisos vacíos que sean de su propiedad para que las familias más vulnerables puedan hacer frente a un alquiler social. Cáritas es el aval de cara a la propietario, pues no solo se compromete a prestar apoyo y acompañamiento a las Cáritas Parroquiales y a sus voluntarios en la gestión de los contratos de alquiler, sino también a dar cobertura a quienes pongan sus propiedades a disposición de este Proyecto. Cáritas Diócesana cuenta para este proyecto social, con un total de 85.000€ proveniente de un legado, a los que hay que sumar 3.600€ de las colectas de las peregrinaciones jubilares a la Catedral de Segorbe,según han informado hoy a D. Casimiro. En este sentido, Francisco Mir, ha realizado un llamamiento a las comunidades cristianas de las parroquias de nuestra Diócesis a consultar el proyecto a través de los párrocos y, en caso de que puedan ofrecer alguna vivienda para promocionar este alquiler social, se sumen al proyecto.
Del mismo modo han abordado la recta final de las obras construcción del centro parroquial de Santos Evangelistas y de “El Pati”, destacando «la encomiable colaboración del Excmo. Ayuntamiento de Vila-real en este proyecto en el que la Iglesia de Segorbe-Castellón, a través de Cáritas acogerá y reinsertará en la vida social a personas en situación de sin hogar», ha señalado Francisco Mir.
Del mismo modo, han puesto en común la importante labor que desde Cáritas se está realizando en el Centro de Atención Temporal Mare del Déu del Lledó (albergue municipal), sobre todo por la puesta en marcha del denominado «dispositivo de frío» por el que estas últimas semanas en las que la climatología se ha endurecido, se han atendido a 20 personas en situación de sin hogar.
Durante la visita han presentado a D. Casimiro el Proyecto Encontres que bajo el lema «Acompañar a la soledad» pretende abordar la soledad en la que muchas personas mayores y enfermas viven la fe sin poder acudir a los centros parroquiales. Desde Cáritas Diocesana afirman que «la realidad de la soledad afecta a gente de todos los niveles, con o sin recursos» y la califica de “nueva pobreza”. Es por ello que ha organizado un curso de formación, especialmente dirigido a sacerdotes y diáconos (también a aquellos voluntarios más comprometidos) y así «dar respuesta, con toda humildad, pero con el mayor compromiso posible ante esta situación y ofrecer formación para todos aquellos que acompañan en la soledad a muchas personas». El curso tiene una duración de 8 horas, es de carácter presencial, y tendrá lugar el próximo 23 de marzo,en los salones de San Pablo en la calle pescadores, 19 de Castellón.
Del mismo modo han abordado los actos que se van a programar con motivo de la Semana de la Caridad que se celebrará el próximo mes de Junio para lo que, tal como le han adelantado a D. Casimiro, se va a celebrar, como novedad, un acto especial de agradecimiento al donante.
Por último han comentado el compromiso de Cáritas Diocesana con los afectados en el terremoto de Turquía y Sira, para lo que desde la Iglesia de Segorbe-Castellón ya ha enviado los primeros 25.000€, que se suman a los 200.000€, que Cáritas Española remitió nada más producirse la tragedia.
Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas concuerdan al relatar el episodio de la Transfiguración de Jesús. En este acontecimiento vemos la respuesta que el Señor dio a sus discípulos cuando estos manifestaron incomprensión hacia Él. De hecho, poco tiempo antes se había producido un auténtico enfrentamiento entre el Maestro y Simón Pedro, quien, tras profesar su fe en Jesús como el Cristo, el Hijo de Dios, rechazó su anuncio de la pasión y de la cruz. Jesús lo reprendió enérgicamente: «¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Tú eres para mí un obstáculo, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres» (Mt 16,23). Y «seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado» (Mt 17,1).
El evangelio de la Transfiguración se proclama cada año en el segundo domingo de Cuaresma. En efecto, en este tiempo litúrgico el Señor nos toma consigo y nos lleva a un lugar apartado. Aun cuando nuestros compromisos diarios nos obliguen a permanecer allí donde nos encontramos habitualmente, viviendo una cotidianidad a menudo repetitiva y a veces aburrida, en Cuaresma se nos invita a “subir a un monte elevado” junto con Jesús, para vivir con el Pueblo santo de Dios una experiencia particular de ascesis.
La ascesis cuaresmal es un compromiso, animado siempre por la gracia, para superar nuestras faltas de fe y nuestras resistencias a seguir a Jesús en el camino de la cruz. Era precisamente lo que necesitaban Pedro y los demás discípulos. Para profundizar nuestro conocimiento del Maestro, para comprender y acoger plenamente el misterio de la salvación divina, realizada en el don total de sí por amor, debemos dejarnos conducir por Él a un lugar desierto y elevado, distanciándonos de las mediocridades y de las vanidades. Es necesario ponerse en camino, un camino cuesta arriba, que requiere esfuerzo, sacrificio y concentración, como una excursión por la montaña. Estos requisitos también son importantes para el camino sinodal que, como Iglesia, nos hemos comprometido a realizar. Nos hará bien reflexionar sobre esta relación que existe entre la ascesis cuaresmal y la experiencia sinodal.
En el “retiro” en el monte Tabor, Jesús llevó consigo a tres discípulos, elegidos para ser testigos de un acontecimiento único. Quiso que esa experiencia de gracia no fuera solitaria, sino compartida, como lo es, al fin y al cabo, toda nuestra vida de fe. A Jesús hemos de seguirlo juntos. Y juntos, como Iglesia peregrina en el tiempo, vivimos el año litúrgico y, en él, la Cuaresma, caminando con los que el Señor ha puesto a nuestro lado como compañeros de viaje. Análogamente al ascenso de Jesús y sus discípulos al monte Tabor, podemos afirmar que nuestro camino cuaresmal es “sinodal”, porque lo hacemos juntos por la misma senda, discípulos del único Maestro. Sabemos, de hecho, que Él mismo es el Camino y, por eso, tanto en el itinerario litúrgico como en el del Sínodo, la Iglesia no hace sino entrar cada vez más plena y profundamente en el misterio de Cristo Salvador.
Y llegamos al momento culminante. Dice el Evangelio que Jesús «se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz» (Mt 17,2). Aquí está la “cumbre”, la meta del camino. Al final de la subida, mientras estaban en lo alto del monte con Jesús, a los tres discípulos se les concedió la gracia de verle en su gloria, resplandeciente de luz sobrenatural. Una luz que no procedía del exterior, sino que se irradiaba de Él mismo. La belleza divina de esta visión fue incomparablemente mayor que cualquier esfuerzo que los discípulos hubieran podido hacer para subir al Tabor. Como en cualquier excursión exigente de montaña, a medida que se asciende es necesario mantener la mirada fija en el sendero; pero el maravilloso panorama que se revela al final, sorprende y hace que valga la pena. También el proceso sinodal parece a menudo un camino arduo, lo que a veces nos puede desalentar. Pero lo que nos espera al final es sin duda algo maravilloso y sorprendente, que nos ayudará a comprender mejor la voluntad de Dios y nuestra misión al servicio de su Reino.
La experiencia de los discípulos en el monte Tabor se enriqueció aún más cuando, junto a Jesús transfigurado, aparecieron Moisés y Elías, que personifican respectivamente la Ley y los Profetas (cf. Mt 17,3). La novedad de Cristo es el cumplimiento de la antigua Alianza y de las promesas; es inseparable de la historia de Dios con su pueblo y revela su sentido profundo. De manera similar, el camino sinodal está arraigado en la tradición de la Iglesia y, al mismo tiempo, abierto a la novedad. La tradición es fuente de inspiración para buscar nuevos caminos, evitando las tentaciones opuestas del inmovilismo y de la experimentación improvisada.
El camino ascético cuaresmal, al igual que el sinodal, tiene como meta una transfiguración personal y eclesial. Una transformación que, en ambos casos, halla su modelo en la de Jesús y se realiza mediante la gracia de su misterio pascual. Para que esta transfiguración pueda realizarse en nosotros este año, quisiera proponer dos “caminos” a seguir para ascender junto a Jesús y llegar con Él a la meta.
El primero se refiere al imperativo que Dios Padre dirigió a los discípulos en el Tabor, mientras contemplaban a Jesús transfigurado. La voz que se oyó desde la nube dijo: «Escúchenlo» (Mt 17,5). Por tanto, la primera indicación es muy clara: escuchar a Jesús. La Cuaresma es un tiempo de gracia en la medida en que escuchamos a Aquel que nos habla. ¿Y cómo nos habla? Ante todo, en la Palabra de Dios, que la Iglesia nos ofrece en la liturgia. No dejemos que caiga en saco roto. Si no podemos participar siempre en la Misa, meditemos las lecturas bíblicas de cada día, incluso con la ayuda de internet. Además de hablarnos en las Escrituras, el Señor lo hace a través de nuestros hermanos y hermanas, especialmente en los rostros y en las historias de quienes necesitan ayuda. Pero quisiera añadir también otro aspecto, muy importante en el proceso sinodal: el escuchar a Cristo pasa también por la escucha a nuestros hermanos y hermanas en la Iglesia; esa escucha recíproca que en algunas fases es el objetivo principal, y que, de todos modos, siempre es indispensable en el método y en el estilo de una Iglesia sinodal.
Al escuchar la voz del Padre, «los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: “Levántense, no tengan miedo”. Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo» (Mt 17,6-8). He aquí la segunda indicación para esta Cuaresma: no refugiarse en una religiosidad hecha de acontecimientos extraordinarios, de experiencias sugestivas, por miedo a afrontar la realidad con sus fatigas cotidianas, sus dificultades y sus contradicciones. La luz que Jesús muestra a los discípulos es un adelanto de la gloria pascual y hacia ella debemos ir, siguiéndolo “a Él solo”. La Cuaresma está orientada a la Pascua. El “retiro” no es un fin en sí mismo, sino que nos prepara para vivir la pasión y la cruz con fe, esperanza y amor, para llegar a la resurrección. De igual modo, el camino sinodal no debe hacernos creer en la ilusión de que hemos llegado cuando Dios nos concede la gracia de algunas experiencias fuertes de comunión. También allí el Señor nos repite: «Levántense, no tengan miedo». Bajemos a la llanura y que la gracia que hemos experimentado nos sostenga para ser artesanos de la sinodalidad en la vida ordinaria de nuestras comunidades.
Queridos hermanos y hermanas, que el Espíritu Santo nos anime durante esta Cuaresma en nuestra escalada con Jesús, para que experimentemos su resplandor divino y así, fortalecidos en la fe, prosigamos juntos el camino con Él, gloria de su pueblo y luz de las naciones.
Roma, San Juan de Letrán, 25 de enero de 2023, Fiesta de la Conversión de san Pablo
La Iglesia de Segorbe-Castellón inicia la Cuaresma con la celebración de la Santa Misa de Ceniza que ha tenido lugar esta mañana, en la Catedral de Segorbe y que ha estado presidida por Mons.Casimiro López Llorente. Entorno a la Eucaristía se ha reunido la comunidad educativa de los colegios diocesanos, alumnos y profesores, así como otros fieles que se han sumado a la celebración.
Los cristianos comenzamos hoy el ciclo pascual a través de la Cuaresma que nos prepara para celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor y que después se prolongará durante cincuenta días, hasta Pentecostés. En la Cuaresma nos preparamos para renovar nuestras promesas bautismales en la noche de la Vigilia pascual. se nos llama a andar lo que hemos desandado con nuestros pecados, practicando la penitencia (oración, ayuno y limosna). Son días pues, para convertirnos al Señor, celebrando de manera especial el sacramento de la reconciliación en donde, habiendo confesado nuestros pecados, recibimos la absolución de los mismos, quedando por ello reconciliados con la Iglesia y con Dios.
Tras la proclamación de la Palabra, D. Casimiro ha procedido a homilía, que hoy ha realizado desde el pasillo central de la Catedral, junto a los alumnos a quienes se ha dirigido principalmente. Así ha explicado el sentido de la celebración, poniendo el énfasis en los cuarenta días que Jesús pasa en el desierto «tentado por el demonio para apartarse de la tarea que Dios le había encomendado de anunciar el Evangelio». Así se ha referido a los 40 días que, desde hoy, la Iglesia nos ofrece para prepararnos a la Pascua, «un tiempo de Gracia en que Dios nos muestra que nos quiere y sale a nuestro encuentro para ponerle en el centro de nuestra vida».
Les ha recordado también, en referencia a las lectura proclamadas «la misericordia del Señor que con su amor se abraza a los más pobres, pecadores, necesitados y a aquellos se se han alejado de Él, compadeciéndose e ellos y poniéndose de nuevo a su encuentro». En este tiempo de Cuaresma, ha dicho D. Casimiro, «el Señor nos muestra su amor de una forma más especial y nos anima a acoger el Evangelio en nuestra vida», refiriéndose a la cita con que se impone la ceniza a los fieles en la celebración de hoy: «conviértete y cree en el Evangelio».
En este sentido se ha referido al significado de la palabra conversión, explicando ante los alumnos que, a veces, «andamos un poco despistados y Dios cuenta poquito en nuestra vida» y, por ello, hoy se nos pide que «volvamos la mirada a Él dejándonos abrazar por su amor misericordioso y creer de verdad en el Evangelio y que es la buena noticia de Dios para cada uno de nosotros».
Para todo ello, ha explicado, hoy el Señor nos propone tres caminos: «el ayuno, la oración y la limosna». No se trata solo de no comer o de abstenerse de comer carne los días establecidos, les ha dicho el Obispo, «sino sobre todo, que el gesto de prescindir de la comida nos lleve a prescindir todas aquellas cosas en las que hemos puesto nuestra seguridad y nuestra confianza y que apartan nuestro corazón de Dios» refiriéndose, en concreto, a aquellas cosas que los niños, adolescentes y jóvenes ponen en primer lugar (juegos, móviles y televisión). En este sentido les ha recordado también a todos aquellos que no tienen lo mínimo para vivir, invitándoles a practicar la limosna y la oración, haciéndose el propósito durante esta Cuaresma «para que ningún día falte la oración en nuestra vida y hacer alguna obra de caridad con el prójimo».
Durante la celebración se ha procedido a la imposición de las cenizas.
Hoy a las 10h el Obispo preside la Misa en la Catedral de Segorbe
Con la celebración de este miércoles de Ceniza, iniciamos el tiempo litúrgico penitencial y de conversión por excelencia de la Iglesia en el que se nos invita a prepararnos para celebrar los Misterios de la Pascua. Hasta el próximo Jueves Santo, durante cuarenta días, los fieles estamos llamados a reafirmar nuestra fe mediante la penitencia y la reflexión preparándonos para vivir la Pascua de Resurrección.
Diferentes Parroquias, asociaciones de fieles, movimientos y demás realidades diocesanas han organizado Retiros de Cuaresma con el objetivo de ayudarnos a prepararnos para, como afirma el Papa Francisco en su mensaje para esta Cuaresma, ponernos en camino. Un camino, asegura el Santo Padre, «cuesta arriba, que requiere esfuerzo, sacrificio y concentración, como una excursión por la montaña. Estos requisitos también son importantes para el camino sinodal que, como Iglesia, nos hemos comprometido a realizar. Nos hará bien reflexionar sobre esta relación que existe entre la ascesis cuaresmal y la experiencia sinodal».
Tal como afirma Francisco «el camino ascético cuaresmal, al igual que el sinodal, tiene como meta una transfiguración personal y eclesial. Una transformación que, en ambos casos, halla su modelo en la de Jesús y se realiza mediante la gracia de su misterio pascual».
26 febrero: Retiro de Cuaresma CONFER
28 febrero: Retiro de Cuaresma de la Curia diocesana
1 marzo: Franciscanos Vila-real
3 marzo: Diáconos permanentes y Parroquia de San Francisco de Asís (Castellón)
4 marzo: Acción Católica General y Cursillos de Cristiandad
La Delegación Diocesana para la Infancia y la Juventud tiene todo organizado para celebrar su VI Encuentro Diocesano, en esta ocasión, en Segorbe con motivo de la celebración del 775º Aniversario de la creación de la sede episcopal.
Los adolescentes y jóvenes, junto a los sacerdotes y catequistas están llamados a vivir este encuentro fraternal que invita a conocerse más a sí mismos, entre ellos y de la mano de Jesús y de su Evangelio para seguir madurando y crecer en la fe.
Para ello se han organizado diferentes actividades que se suman a la celebración de la Eucaristía que estará presidida por Mons. Casimiro López Llorente, Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón. El Santuario de la Cueva Santa será el punto de partida de una peregrinación muy especial hacia la Catedral de Segorbe. De la mano de la Patrona de la Diócesis, se dirigirán a pie a su encuentro personal con Jesucristo. Ya en Segorbe entrarán por la Puerta Santa de la Catedral, renovando su Bautismo y encontrándose con el Señor frente al Sagrario que dará paso a la Eucaristía.
Tras la comida se celebrarán tres talleres con temáticas diversas, pero cumpliendo todas ellas, el propósito de empatizar con sus inquietudes. También habrá música pues la jornada concluirá con el concierto de la rapera católica Aisha y la Adoración al Santísimo Sacramento
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