El Obispo exhorta al «compromiso por el trabajo decente»
Durante la Eucaristía celebrada con motivo de la Jornada Mundial
Hoy, siete de octubre la Iglesia celebra la Jornada Mundial por el Trabajo Decente que, en nuestra Diócesis se conmemoró ayer tarde con una Eucaristía en la Parroquia de San Juan Bautista de Pueblo Seco, que estuvo presidida por el Obispo, D. Casimiro López Llorente. A la misma se sumaron representantes de las entidades eclesiales que impulsan esta iniciativa: Cáritas, Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad (FRATER), Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Secretariado del Apostolado del Mar (Stella Maris), Secretariado de Migraciones y Secretariado de Pastoral del Trabajo.
Tras la Liturgia de la Palabra, D.Casimiro fiel al «Compromiso por un trabajo decente», hizo hincapié en cada una de las palabras que componen el lema de este año a la luz de la Palabra que se proclamó.
Respecto al compromiso, el Obispo se refirió al Reino de Dios al que todos estamos llamados «en todos los ámbitos de la vida», incluido el laboral. Y es «compromiso de todos que a todos llegue ese Reino que lo es de paz, justicia, verdad, amor y gracia». El Evangelio proclamado, dijo D. Casimiro, «nos llama a trabajar por la expansión del Reino de Dios y hacerlo desde nuestro compromiso por un trabajo decente».
El trabajo, dijo el Obispo, «es una vocación a la que estamos llamados por nuestra concepción humana». En este sentido, «estamos llamados a implicarnos en la creación pues estamos creados a imagen suya, y como hijos de Dios, somo colaboradores con Él en la obra de la creación». El hombre y la mujer no están creados para estar subordinados al trabajo, sino que «el trabajo ha de estar subordinado a crecer como imagen de Dios y tiene una dimensión personal, pero también social siendo cooperadores del desarrollo de la sociedad».
Se refirió también a la «decencia del trabajo» para lo que recordó la Carta Encíclica Caritas Veritatis de Benedicto XVI, donde el papa emérito se refiere al trabajo decente como aquel trabajo que, en cualquier sociedad, «sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer». Citó también a Juan Pablo II recordando cuándo, coincidiendo con el Jubileo de los Trabajadores, llamó a “constituir en el mundo una coalición en favor del trabajo decente” y expresándoles su apoyo, «nos exhortó a colaborar para que el sistema económico en el que vivimos no altere el orden fundamental de la prioridad del trabajo sobre el capital, del bien común sobre el privado”, dijo nuestro Obispo.
Nuestra Iglesia diocesana, concluyó D. Casimiro, «ha de ser servidora en el ámbito del trabajo decente y dar testimonio del Reino de Dios «para que toque los corazones de todos y que los valores evangélicos se extiendan al mundo del trabajo».
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