La Concatedral acoge los 400 años del Carisma Vicenciano
El pasado sábado, 27 de mayo, la Concatedral de Santa María de Castellón acogió la Santa Misa por los 400 años del Carisma Vicenciano, naciente de San Vicente de Paúl y que en nuestra Diócesis comparten las Hijas de la Caridad, la Asociación de la Medalla Milagrosa y las Conferencias de San Vicente de Paúl.
Todas ellas se esfuerzan por ayudar a los más pobres y necesitados, y el Obispo, Mons. Casimiro López, así lo remarcó en su homilía: «Es Cristo Jesús Resucitado quien nos envía a hacer discípulos a todas las gentes bajo el Carisma de San Vicente de Paúl», pero siempre con la mirada dirigida al Señor «porque si no nuestra fe se debilita», aseguró el Obispo.
Así pues, Mons. Casimiro López animó a todos los presentes a ir «hasta los confines de la Tierra, para llevar la Buena Noticia con su cercanía, para que todos los que se encuentren con vosotros sientan la caricia de Dios». Y dirigiéndose de un modo especial a los tres Carismas Vicencianos de la Diócesis de Segorbe-Castellón les comunicó: «Estamos en el mundo de la caridad para que el Amor de Cristo llegue a todos», animándoles a continuar con su labor de ayudar a las personas que están solas, enfermas, pobres y sin recursos, cuyo único pilar es «la fuente de toda acción caritativa: Jesús».
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