La Jornada Diocesana de la familia celebra la Vida
Bajo el lema «Familia es Vida» se ha celebrado hoy la II Jornada Diocesana de la Familia que este año se ha enmarcado en el contexto de los diferentes cambios legislativos que atacan de lleno a la cultura de la vida fomentando la cultura de la muerte.
A las 10h se abrían las puertas del Seminario Diocesano Mater Dei acogiendo a las familias que han podido confraternizar al tiempo que se ponía en valor la vida y cómo desde Spei Mater se combate la cultura de la muerte, a través de diferentes proyectos.
Una exposición de varios paneles han acercado a los participantes a las diferentes realidades con las que se encuentra esta asociación católica de fieles que está presente en 45 diócesis españolas.
La jornada ha comenzado con la oración de las familias quienes, unidas a Mons. Casimiro López Llorente, han celebrado la vida enmarcada en el tiempo litúrgico de la Pascua de Resurrección.
Nuestro Obispo ha puesto el énfasis precisamente en este «tiempo de alegría y esperanza en el que estamos llamados a celebrar la vida desde el Señor Resucitado, porque todo el que crea en Él tendrá vida eterna». En este sentido nos ha exhortado a ser promotores de la vida y defenderla desde su concepción hasta la muerte natural «con los instrumentos que el Señor ha puesto en nuestras manos, desde el Evangelio, desde el matrimonio, y desde la familia».
La familia: comunidad de vida y amor
D. Casimiro ha definido la familia como «una comunidad de vida y amor», palabras que deben ser una referencia para nosotros y que se funda en el matrimonio, y esto, precisamente, ha dicho el Obispo, «la unión estable, permanente e incluso indisoluble, entre un hombre y una mujer, y que está siendo cuestionada y atacada a través de determinada legislación». Es la familia, ha resaltado, «como bien lo sabemos el lugar para vivir el amor, y desde ese amor, acoger la vida como don de Dios».
«En busca de la dignidad perdida»
La jornada ha continuado con una conferencia que, bajo el título «En busca de la dignidad perdida», ha tenido como ponente a Mª José Mansilla, Presidenta de Spei Mater. A partir de diversas referencias a las Sagradas Escrituras y en base un conocimiento profundo sobre la realidad provida basada en su propia experiencia por el tiempo que estuvo en EE.UU, ha trazado la exposición sobre la dignidad humana.
Ha puesto en valor la dignidad de la personas a partir de los constantes ataques a la misma como consecuencia del aborto, pero también por cuanto se niega la condición de la persona sirviéndose del ser humano para ser producido, congelado o incluso utilizarlo como objeto de compraventa, en alusión a la gestación subrogada, y también en el uso que se hace de los embriones para la elaboración de productos en laboratorios.
Se ha referido por otra parte, «a la manipulación de la opinión pública para que determinadas prácticas sean vistas como progreso social, siendo un ataque constante que no solo mata, como el aborto, sino que destruye el alma que es lo más constitutivo del ser humano como obra de Dios».
Para argumentar «la cosificación del cuerpo, el transhumanismo, el animalismo, la realidad virtual o la transexualidad» se ha servido de una canción de la década de los 80 que, titulada «Solo soy una persona» popularizó un conocido grupo de pop español de aquella época «que ya entonces profecitaba sobre la sociedad actual».
(…)no quiero andar por entre las cloacas, porque no soy una rata; ni ir a parar al cubo de basura; porque no soy una lata; No soy ni hombre ni mujer, sólo soy una persona (…)
Para determinar «en qué momento el ser humano es persona», se ha servido del Salmo 8, para afirmar que «desde el momento de la fecundación se funda el alma» y que «la dignidad de la persona se fundamenta en la segunda persona de la Santísima Trinidad porque fue hombre».
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? (…) ¡que admirable es tu nombre sobre toda la tierra
Finalmente ha puesto de relieve el cántico de San Juan de la Cruz para destacar la dignidad a la que estamos llamados poniendo de relieve la unión sustancial entre el alma y Dios.
¿qué hacéis?, ¿en qué os entretenéis? Vuestras pretensiones son bajezas y vuestras posesiones miserias
Para concluir la conferencia, Mª José Mansilla ha dado diez pautas «para recuperar la dignidad maltratada y, a veces, ocultada de la persona»: ser testigos de la verdad exhortando al derecho de la vida; vivir la realidad huyendo de la representación ficticia de la sociedad que nos quieren hacer creer; ser pastores siguiendo el ejemplo de Jesús; tratarse uno mismo según nuestra propia dignidad; tratar a los demás ayudándolos a valorarse según su dignidad; ser misericordiosos y no juzgar ni condenar, sino siempre perdonar; dar la vida por los demás aunque nos marginen o nos ridiculicen; amar a nuestra familia; convertir las parroquias y las diócesis en lugares de acogida; e interceder por los demás a través de la oración.
Jóvenes, adolescentes y niños han tenido un papel protagonista pues durante todo el encuentro han estado realizado actividades junto a las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret que han organizado juegos y dinámicas dando sentido a la importancia de la Jornada Diocesana.
Así durante toda la mañana se ha puesto en valor el lema de este encuentro que ha culminado con una foto de familia frente a la puerta principal de la Iglesia del Seminario. Finalmente las familias se han unido en oración rezando el Santo Rosario por la Familia y por la vida.
También han tenido ocasión de interceder ante el Santísimo Sacramento por el conjunto de las familias, por las heridas que causa el aborto, la eutanasia o aquellas otras formas de atacar la dignidad de la persona que hoy se han puesto de relieve durante la jornada.
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