El encuentro, que se ha celebrado este pasado fin de semana, ha tenido como tema central la Cuaresma. Como cada año, Acción Católica General convoca a las niñas y niños de parroquias, junto a sus catequistas en una jornada que se concibe como un recurso formativo en su crecimiento en la fe. En el encuentro han participado un total de 65 niños de diferentes parroquias de la Diócesis.
Comenzaba a primera hora de la mañana con un almuerzo y algunos juegos de presentación. Tras la oración del día, se realizaron un conjunto de talleres a través de los cuales recorrieron varios pasajes evangélicos manteniendo encuentros con personajes bíblicos como la Samaritana, el ciego y Lázaro. Los personajes tenían el cometido de adentrar a los niños y niñas en el itinerario cuaresmal que estamos viviendo estos días previos a la celebración del Triduo Pascual, y celebrar con gran alegría, la resurrección de Jesús.
De hecho, a través de estas escenificaciones, los participantes lograron encontrar un cofre del tesoro. En el interior había un pergamino en el que se anunciaba la resurrección de Jesús: ¡está vivo, te ama y te acompaña cada día!.
Celebraron la renovación bautismal y tras la comida fraterna tuvieron la oportunidad de confraternizar más entre ellos a través de diferentes juegos. El encuentro finalizaba con un taller, basado en la crucifixión unido a una dinámica sobre el sacramento de la reconciliación.
Durante el encuentro se presentó el campamento de verano que cada año organiza Acción Católica General de la Diócesis, que este año tendrá lugar del 10 al 16 de julio en Pereroles (Morella), en el que pueden participar los niños de las diferentes parroquias de la Diócesis.
Nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente, dirigió el viernes una carta a todos los fieles de la Diócesis con motivo de la próxima celebración de la Santa Misa Crismal, el día 3 de abril, Lunes Santo, a las 11 h. en la Concatedral de Santa María, en Castellón.
Esta Misa “tiene un significado muy especial”, explica, ya que en ella se consagra el Santo Crisma y el Obispo bendice los óleos, que representan al mismo Espíritu Santo, de los catecúmenos y de los enfermos. Con ellos van a ser ungidos aquellos que “reciban el sacramento del Bautismo, de la Confirmación o del Orden sacerdotal”, continúa en la carta. Además, en la Misa Crismal, “cercano ya el Jueves Santo, día en que Cristo instituyó el sacramento del Orden”, los sacerdotes renuevan sus promesas.
Es por ello que el Obispo invita “de corazón a todos a participar en la Misa Crismal”. Lo hace de un modo especial a los sacerdotes, pues “juntos queremos mostrar nuestro agradecimiento a Dios y nuestra alegría por el don del sacerdocio renovando las promesas de nuestra ordenación y reafirmando nuestra llamada a vivir la fraternidad sacerdotal”.
También anima expresamente a participar a quienes se preparan para recibir el sacramento del “Bautismo o Confirmación, a sus padres y a sus catequistas, a los visitadores de enfermos y a quienes trabajan en el mundo de la salud y en la atención de los ancianos”. A los párrocos de la ciudad de Castellón les pide, de un modo especial, “que animen a sus fieles a participar en esta Misa”.
Organizada por la Cofradía de la Purísima Sangre de Castellón
La trigésima Procesión Diocesana de Semana Santa marcó ayer tarde en Castellón el anticipo del Triduo Pascual que comenzaremos a vivir a partir de la próxima semana, acompañando a Jesús de Nazaret en su Pasión y Muerte para celebrar la alegría de la Pascua de Resurrección.
Lo advertía D. Casimiro en la Misa Estacional que se celebró ayer tarde en la Concatedral de Santa María en acción de gracias por el 475º Aniversario de la fundación de la Cofradía de la Purísima Sangre de Jesús, organizadora de la procesión. La religiosidad popular forma parte de nuestra identidad cultural pero va mucho más allá por nuestra condición de cristianos y creyentes.
A través de los misterios que cada una de las Cofradías de nuestra Diócesis procesionan en las calles, como hicieron ayer tarde, la presencia de Jesús no solo llega a la ciudadanía, sino que contribuye a mostrar la riqueza del Evangelio y la importancia de la fe. El recorrido de ayer tarde partió de la Concatedral de Santa María recorriendo la Plaza Mayor, Arcipreste Balaguer y Calle Mayor, para finalizar en la Capilla de la Purísima Sangre, donde se encuentra la escultura del Cristo Yacente, joya del patrimonio escultórico castellonense y una de las más importantes de la comunidad Valenciana. conocido popularmente como Sant Sepulcre.
El acto estuvo presidido por el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente a quien acompañaron las principales las autoridades locales y provinciales, así como los Vicarios General, D. Javier Aparici, de Pastoral, D. Miguel Abril, y Judicial, D. Vicente Borja.
También participaron en la misma, el Cabildo Catedral y Consiliario de la Junta de Cofradías y Hermandades de Semana Santa, D. Federico Caudé, y el Deán de la Concatedral y Prior de la Capilla de la Purísima Sangre, D. Miguel Simón.
El protagonismo de esta manifestación popular lo tuvieron los miembros de las diferentes cofradías, las imágenes titulares de las mismas, así como las bandas de tambores que les acompañaron durante todo el recorrido y que, sin duda, mostraron la fe encarnada en la cultura popular como referencia de una religiosidad que tiene una forma propia y unas expresiones impulsadas por el pueblo que la acoge y el contexto en que se viven. Todo ello con el objetivo común de acercar al pueblo cristiano al conocimiento de Dios y a su adoración.
Así, ayer tarde se conmemoró de nuevo la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús como forma, para muchos, de profundizar su relación íntima con Dios y también para expresar su fe en comunidad. En este sentido, supone un momento de reflexión y oración que contribuye a la meditación sobre el profundo significado que tiene la Pasión y Muerte de Jesús de Nazaret.
En la Procesión Diocesana de Semana Santa, que ayer celebró su XXX edición, juega un papel fundamental la la Junta Diocesana de Cofradías y Hermandades de Segorbe-Castellón, que ha contribuido, desde su fundación, arevitalizar la Semana Santa en nuestra Diócesis.
En la actualidad, está integrada por 59 Cofradías penitenciales y dos asociaciones pasionales a través de las cuales están representados 19 municipios de la Diócesis. El trabajo de la Junta no cesa en aras de mantener viva la expresión de la fe pero también preservando una vida cofrade que nace de su condición de ser miembros de la Iglesia diocesana cuya misión principal es proclamar la alegría del Evangelio.
Ayer, al finalizar la Procesión, D. Casimiro descubrió un a placa conmemorativa de cerámica en conmemoración de la peregrinación que las cofradías penitenciales de la Diócesis realizaron para venerar al Santísimo Cristo del Santo Sepulcro.
Se ha celebrado durante el fin de semana en el Seminario Diocesano Mater Dei
Con elevado éxito de participación, ayer domingo se clausuraba una nueva edición del Retiro Proyecto Amor Conyugal en la que han participado un total de 36 matrimonios.
Se consolida así esta nueva realidad en nuestra Diócesis que está concebido como un método de acompañamiento y de formación que está transformado a muchos matrimonios. Fue fundado desde hace ya una década por un matrimonio de Málaga y se ha expandido rápidamente por toda España habiendo llegado a nuestra Diócesis en 2021.
En el retiro de este pasado fin de semana, los matrimonios participantes han sido mayoritariamente de la Diócesis de Segorbe-Castellón (Vall d’Uixó, Alcora, Vilavella, Betxí, Burriana, Grao de Catellón y Castellón), así como de otras diócesis.
Actualmente, en nuestra Diócesis, hay dos grupos de matrimonios resultantes de los retiros que se vienen celebrando desde finales de 2021, uno en la parroquia de la Trinidad en Castellón, y otro en la de Santa Isabel, en Vila-real. En estos grupos se continua trabajando el camino emprendido una vez se ha realizado el retiro, que consiste, fundamentalmente, en un itinerario parroquial que, de la mano de la Virgen María, ayuda a los matrimonios a vivir la vocación conyugal tal como Dios la pensó.
Ha presidido la Misa Estacional del 475º Aniversario de la Cofradía de la Purísima Sangre y la Procesión Diocesana de Semana Santa
Coincidiendo con el 475º Aniversario de su fundación, la Cofradía de La Sangre de Castellón, ha organizado este domingo, la XXX Procesión Diocesana con la participación del resto de Hermandades y Cofradías. Previa a la procesión, la Concatedral de Santa María, en Castellón, acogía la Misa Estacional que ha estado presidida por Mons. Casimiro López Llorente.
En la misma han participado, además de los miembros de la Cofradía de La Sangre, el Presidente de la junta de Cofradías y Hermandades de la Diócesis, autoridades políticas y cofrades de otras hermandades.
En un fin de semana cargado de celebraciones religiosas de profunda trascendencia para la Diócesis de Segorbe-Castellón, el Obispo ha celebrado también hoy la Eucaristía, en esta efeméride importante para una de las Cofradías más antiguas de la ciudad. Ha dado gracias a Dios por estos casi cinco siglos de historia de la Cofradía y por los dones que ha derramado el Señor en la Iglesia de Segorbe-Castellón a través de la Cofradía. Así ha invitado a los cofrades a, recordando el pasado, «mirar el presente para seguir proyectando el futuro haciéndolo desde la advocación de la Purísima Sangre de Jesús».
Cristo Jesús ha sido el centro de la homilía de nuestro Obispo, en la que se ha servido del Evangelio de San Juan (11,3-7.17.20-27.33b-45) en el que se relata la muerte y resurrección de Lázaro y la fe de su hermana Marta. Así ha recordado el itinerario cuaresmal que estamos viviendo a través de los domingos de esta Cuaresma, «que nos ha de llevar a la Pascua de Resurrección». Hoy, a través de Lázaro, ha dicho D. Casimiro, vemos a Jesús como Hijo de Dios hecho hombre que es el camino, la verdad y la vida, y ese es el centro de nuestra fe».
Por ello, hoy especialmente, nos ha interpelado D. Casimiro, debemos preguntarnos «¿qué lugar ocupa Jesús en nuestra vida?. En este sentido, ha exhortado «a dejarnos encontrar por Cristo Jesús para ser transmisores de la vida que brota de la Cruz» y, aludiendo a las Cofradías, ha puntualizado que, cada una, desde los misterios que cada una representan, «nos acercan la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor y que tiene sentido desde Él y de cómo se nos muestra». Y es que «la sociedad actual vive alejada de Dios, erigiéndose, en algunos casos en Dios y disponiendo de la vida de las personas».
En este sentido, D. Casimiro nos ha invitado a “acoger con fe al hijo de Dios y dejar que Él y su vida vaya transformando la nuestra”. Y a eso precisamente es a lo que ha exhortado a las Cofradías, a invitar a los cofrades «a no limitarse a salir en procesión un día, sino a manifestar realmente lo que procesionamos».
Y, en referencia a la religiosidad popular de su carta dominical de hoy, ha afirmado que «es válida como expresión de la fe y como camino para llevar a otros a Aquel en quien creemos, que es, además, a lo que en este Año Jubilar estamos llamados, a crecer en comunión y salir a la misión de anunciar el Evangelio».
Procesión Diocesana de Semana Santa
Al finalizar la Eucaristía ha arrancado la Procesión Diocesana de Semana Santa que ha partido desde la misma Concatedral de Santa María en peregrinación al Santo Sepulcro de la Capilla de la Purísima Sangre de Castellón.
En la misma han participado otras Cofradías de Castellón, así como aquellas otras de diferentes municipios de la Diócesis, sumándose también los párrocos, así como el Consiliario de la Junta de Cofradías y Hermandades de Semana Santa, D. Federico Caudé.
Presidida por Mons. Casimiro López Llorente en la S.I. Catedral de Segorbe
Se cumplen este mes 125 años de la presencia de las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia de Nazaret en la Diócesis de Segorbe-Castellón. La orden, fundada en 1885 por el capuchino valenciano D. Luis Amigó, tuvo su origen en el Santuario de Nuestra Señora de Montiel, en Benaguacil (Valencia). Su carisma y espiritualidad les vinieron dadas por su fundador.
Ahora se cumplen 125 años, desde que cuatro hermanas de la orden, procedentes de Masamagrell, se instalaron en un edificio cedido por un matrimonio segorbino. Así crearon un Asilo para acoger y educar a las niñas huérfanas de Segorbe y de los pueblos vecinos, una labor que, salvando las distancias generacionales y las necesidades actuales, siguen realizando.
La conmemoración se ha celebrado con la organización de diversos actos que han tenido su máxima en la celebración Eucarística que ha tenido lugar esta mañana en la S. I. Catedral de Segorbe y que ha estado presidida por el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente. En la misma han participado también los párrocos de Santa María, San Pedro, en Segorbe, el de San Miguel Arcángel de Altura, y el secretario del Obispo. También de así como la Hermana Provincial, junto a las Hermanas Terciarias Capuchinas de Segorbe y las autoridades locales, con la Alcaldesa a la cabeza, como máxima representante de las mismas, así como feligreses de las parroquias segorbinas y demás representantes de Cofradías, movimientos y asociaciones eclesiales.
Tras la proclamación de la Palabra, el Obispo ha tenido palabras de agradecimiento a la labor que durante más de un siglo vienen realizando las hermanas en pro y en beneficio de los más necesitados. D. Casimiro, gran conocedor de la Iglesia que pastorea, ha realizado un breve repaso por su historia, y ha recordado cómo comenzaron su andadura y su servicio en nuestra Diócesis. Por ello, hoy nuestro Obispo ha dado «gracias a Dios por el servicio prestado desde entonces por la Casa de Nuestra Señora de la Resurrección, poniendo en valor el sacrificio de las hermanas por tantas niñas y niños, huérfanos y vulnerables». Una vida, ha dicho, «que brota del Misterio Pascual a través de vosotras, queridas hermanas, que durante tantos años habéis trabajado dando vida».
En ellas se muestra, a lo largo de todos estos años, el rostro del mismo Jesucristo «acogiendo a tantos necesitados, acompañándoles y sanándoles de sus heridas, y haciéndoles sentir la cercanía, la misericordia y la compasión de Dios», que por otra parte, ha recalcado nuestro Obispo, «es la tarea encomendada a nuestra Iglesia». Y en este sentido, la celebración lo ha sido de acción de gracias «por los múltiples frutos que se han derivado a través de vosotras en estos niños y niñas, gracias. ala presencia del Señor en vosotras».
D. Casimiro no es ajeno tampoco a los dones de tantas personas de Segorbe que en este trayecto han acompañado a las Hermanas «en su labor y misión en el pasado, pero también en el presente a través de la Asociación de Amigos de Fray Luis Amigó».
La conmemoración, ha dicho el Obispo, «ha de servir para recordar el origen, sin olvidar la duras pruebas, pero sobre todo, para vivir el presente poniendo la mirada en el futuro haciéndolo desde la Palabra de Dios» que se ha proclamado hoy que ha mostrado a Jesús «como la resurrección y la vida, mostrándonos que Él es el camino, la verdad y la vida: verdadero Dios y verdadero hombre». Y ha recordado la celebración litúrgica de ayer de la Anunciación del Señor y el Misterio de la Encarnación.
Cristo Jesús, fuente de vida, a través de las Hermanas Terciarias Capuchinas «de vida y llegue a los más necesitados, a aquellos que el Señor va a seguir poniendo en vuestras manos». Y así ha recordado el importante papel de la Iglesia en favor de la vida desde siempre, antaño por los huérfanos y hoy, «en este estado del bienestar nadie lo va a hacer como vosotras, consagradas a Dios, en Cristo para servir a los más necesitados y acueducto del agua que brota del amor de Dios». Y así, a través de la cercanía que muestran, «cada joven, cada adolescente, sienta la cercanía misma de Dios y su misericordia». Y es que ellas, ha valorado D. Casimiro, a pesar de su voto de castidad, sienten «como Madres desde las mismas entrañas y actúan como tal dando amor y mostrándolo ante aquellos que el Señor ponga en vuestras manos».
De esta forma las ha exhortado a seguir poniendo «la confianza en el Señor que es el único capaz de dar vida, luz, esperanza y aliento en nuestro caminar» refiriéndose a que éste es su presente y que «en manos de Dios» está su futuro, «porque Él nunca nos abandona». Ellas, igual que todos los que formamos el Pueblo de Dios de Segorbe-Castellón, ha concluido el Obispo, están «llamadas, en este Año Jubilar, a salir a la misión y a llevar la buena noticia de Cristo Jesús, a todos aquellos con quienes os relacionéis». Todo ello lo ha puesto D. Casimiro, «a los pies del Altar, elevando súplica y oración «para que Nuestra Señora de la Resurrección y Madre de Dios os siga protegiendo, guiando y alentando en vuestro caminar».
A la celebración de hoy se han sumado otros actos. El pasado viernes, con motivo de la efeméride, se celebró un acto de carácter cultural que consistió en una conferencia y un concierto. También hoy, al finalizar la Eucaristía se ha realizado una ofrenda floral a Fray Luis Amigó, en la escultura que se erige la plaza de la Seo.
Ayer, el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente, cumplía el vigésimo segundo aniversario de su ordenación episcopal como Obispo. Su primer destino fue Zamora y, desde 2006, para Gloria de Dios, pastorea nuestra Diócesis.
La agenda de nuestro Obispo para este fin de semana lo mantuvo alejado de una celebración con carácter más personal, pues él, fiel y humilde servidor del Pueblo de Dios de Segorbe-Castellón, antepuso sus tareas pastorales sirviéndonos a todos de ejemplo y, sin mencionarlo en ninguna de las celebraciones que presidió, nos hizo recordar el Evangelio de Marcos (9, 30-37: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».
Sin embargo, la cita no pasó inadvertida por los sacerdotes y fieles que participaron en los actos litúrgicos del día de ayer. Primero en la S.I. Catedral de Segorbe que, en este Año Jubilar, celebraba la última peregrinación por Arciprestazgos (Pla de l’Arc, Albocàsser y Llucena), y ya por la tarde, en la Basílica de la Mare de Déu del Lledó, también ante la imagen de la Virgen Peregrina de los Desamparados y bajo la protección de la Patrona de Castellón.
De esta forma, D. Casimiro celebró el aniversario de su ordenación episcopal con el afectuoso, sincero y cálido reconocimiento de los sacerdotes y los fieles de la Diócesis. Por la mañana, en la Catedral de Segorbe, sonó con brío «ad multus annus» al tiempo que los sacerdotes le hacían entrega de un obsequio y los fieles rompían en un caluroso aplauso. También por la tarde, los fieles que acudieron a la Basílica del Lledó, se sumaron, con su aplauso, a la felicitación a nuestro Obispo, mientras el Prior de la Basílica, D. Joaquín Guillamón, le hacía entrega de un obsequio.
Palabras de Mons. Casimiro López en la Jornada por la Vida
La Virgen Peregrina de los Desamparados acoge la oración por la vida de la Diócesis en la Basílica de Lledó
Ayer tarde, la ciudad de Castellón acogía a la Mare de Déu dels Desamparats coincidiendo con la Jornada Diocesana por la Vida. Además, la celebración de ayer coincidía, en el calendario litúrgico, con la Anunciación del Señor, día de la concepción de la Virgen María, a nueve meses de dar a luz al Unigénito, el Hijo de Dios, el Salvador.
No en vano, la Iglesia celebra en este día la Jornada en defensa de la Vida teniendo como modelo a María, concebida sin pecado original, pura y sin mancha, y elegida por Dios para ser la Madre de su hijo. Tal día como ayer, hace más de dos mil años, todo cambió gracias al «SÍ» de María.
Así lo hizo constar Mons. Casimiro López Llorente, durante la Eucaristía previa a la Vigilia de Oración poniendo a María como modelo en su lucha contra el pecado y la tentación. Ejemplo de santidad y pureza, que llevó a cabo la voluntad de Dios a pesar de las dificultades y desafíos que tuvo que enfrentar.
A las 20h de la tarde daba comienzo la Vigilia de Oración por la Vida que, organizada por la Delegación Diocesana para la Familia y la Defensa de la Vida, unió en torno al rezo del Santo Rosario a diferentes movimientos, asociaciones y fieles.
Cada uno de los Misterios del Rosario estuvo precedido de la correspondiente meditación por parte de representantes de los grupos participantes: Equipos de nuestra Señora , Comunidad de las Bienaventuranzas, grupos de matrimonios, las Hernanas de la S. F. de Nazaret, representantes de 40dias por la Vida, y también de Pro vida. En la Vigilia también participó la Pastoral de la Salud.
Primer Misterio: LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS.
“Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús” Lc. 1, 31
María se turbó con las palabras del Ángel, pero a su vez se fio, y se regocijó por cumplir la voluntad de Dios. Acogió en su seno al Salvador, como toda criatura, que desde el mismo instante de su concepción es una nueva vida creada por Dios, a su imagen y semejanza, creada por amor y para amar.
Eliminar una vida humana, un embrión o feto, es una grave equivocación, nunca es solución para un problema. Las leyes que promueven el aborto, son injustas, puesto que no amparan ningún bien, lo que hacen es legalizar la muerte de personas indefensas e inocentes. El hombre no puede decidir, por sí mismo, quién puede vivir y quién no, no podemos suplantar el acto amoroso de Dios que nos dice: “Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses te tenía consagrado” (Jr.1,5).
Se rezó, por intercesión de María, para que el Espíritu nos enseñe el valor sagrado de la vida humana desde el instante de su concepción; que las madres gestantes acojan con generosidad la vida naciente y encuentren los medios necesarios para superar aquellas dificultades que encuentren; que los sanitarios cuiden cada vida puesta a su cuidado y tengan la fortaleza de objetar en conciencia para no convertirse en cooperadores de la muerte; que los gobernantes dicten leyes que protejan la vida humana; y que la Iglesia, nuestra Madre, cumpla con libertad su misión de promover el evangelio de la vida.
2º Misterio: LA VISITACIÓN DE NUESTRA SEÑORA A SU PRIMA SANTA ISABEL
“María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludo a Isabel.” Lc. 1, 39-40
Muchas veces las personas tienes que salir de su tierra, por necesidad, por voluntad de conseguir unas mejores condiciones para su familia, para evitar poner en peligro sus vidas, porque son perseguidos. Los inmigrantes y refugiados, deben ser cuidados y acogidos, como hermanos, respetando la propia dignidad vital que nos hace iguales. Como dice el Papa Francisco: “La guerra es el suicidio de la humanidad, porque mata el corazón. La guerra viene del odio, de la envidia, del deseo de poder”, la guerra no soluciona ningún problema, sino que genera sufrimiento y miseria.
La oración, por intercesión de María, se elevó para que nos enseñe a acoger y acompañar a aquellos hermanos que huyen de sus tierras por las presiones políticas, jurídicas, económicas o bélicas; que buscan en una nueva tierra óptimas condiciones de desarrollo; que la prueba a la que se ven sometidos sea superada con la alegría de una buena acogida; que sus ansias de justicia y libertad se vean colmadas con la pronta reconciliación y la paz verdadera; que se ponga fin a todas las causas que obligan a estos traslados, que el Espíritu Santo conquiste los corazones de aquellos que tienen el poder para parar el terrorismo, las guerras, las persecuciones y sean capaces de dialogar y velar por el bien de quienes sufren.
Tercer Misterio: EL NACIMIENTO DEL HIJO DE DIOS EN BELÉN
“Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él” Lc. 2, 14
Ayer hace 28 años promulgaba, San Juan Pablo II, la Encíclica Evangelium Vitae, allí nos decía: “el suicidio es siempre moralmente inaceptable (…). La tradición de la Iglesia siempre lo ha rechazado como decisión gravemente mala.(…) el suicidio, bajo el punto de vista objetivo, es un acto gravemente inmoral, porque comporta el rechazo del amor a sí mismo y la renuncia a los deberes de justicia y de caridad. (…) constituye un rechazo de la soberanía absoluta de Dios sobre la vida y sobre la muerte”. ¡Cuánta desolación y tristeza debe pasar por las mentes de aquellos que no ven otra salida más allá de la muerte y deciden suicidarse!. Y ese dolor, se extiende a los familiares y seres queridos, que dejan huella de desolación difícil de borrar, por no haberse dado cuenta de la gravedad de la situación y por ello no haber sido capaces de evitar el desastre.
Se oró, por intercesión de María, por los familiares y amigos de las personas que se han suicidado para que contemplando a Cristo recién nacido, reciban el consuelo y la paz en medio de su dolor; que nuestros jóvenes no vean como salida a su situación, por difícil que sea, el suicidio, sino que nos encuentren abiertos a colaborar y encontrar soluciones a los problemas que les afectan y que no saben como superar; que aquellos que se encuentren en situaciones vitales que no saben como resolver, en la oscuridad, en la tribulación, que la misericordia de Dios les guié a una solución asumible y que encuentren la paz sin necesidad de morir.
4º Misterio: LA PRESENTACIÓN DEL NIÑO JESÚS EN EL TEMPLO.
“Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: ”Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido…” Lc. 2, 28-29
En nuestra sociedad se está empezando a desvirtuar el papel de las personas mayores, estos molestan, se reformula su papel y su importancia, son apartados en muchas ocasiones de los entornos familiares, separados de los suyos. Debemos poner en valor estas vidas, que nos han dado la nuestra, puesto que con su cooperación generosa y fiel en la obra divina nos han transmitido la vida que hemos recibido. Su contribución vital en los ámbitos social y eclesial es fundamental e insustituible, por lo que deben tener un papel protagonista, donde su voz sea escuchada y respetada. Simeón, anciano justo y piadoso, alcanzó su plenitud al tener en sus manos a Jesús, su vida cumplió su finalidad con ello, que nuestros mayores acojan con la misma gratitud el fin de sus días, y que sus familiares estén preparados para vivir esta mudanza de este mundo con la esperanza de un reencuentro en la eternidad.
Se elevó oración, por intercesión de María, para que acojamos a los mayores como tesoros de experiencia y sabiduría, para que ayuden a los jóvenes a mirar el futuro con esperanza y responsabilidad; que las familias tengan el suficiente apoyo, y en su caso, ayudas, para prestar un cuidado adecuado a los ancianos, para que sean atendidos cuidando su dignidad humana; que llegados al fin de sus días sus familiares lo vivan desde la esperanza y no desde la desesperación.
5º Misterio: EL NIÑO PERDIDO Y HALLADO EN EL TEMPLO.
“Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas” Lc. 2, 47-47.
El papa Benedicto XVI subrayó la necesidad de tener “valor para decir con claridad que la eutanasia es una falsa solución al drama del sufrimiento, una solución que no es digna del hombre. La verdadera respuesta no puede ser la de provocar la muerte, por dulce que sea, sino testimoniar el amor que ayuda a afrontar el dolor y la agonía de modo humano”. Es moralmente inaceptable, cualquiera que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa poniendo fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas.
Por intercesión de María, se rezó para obtener las fuerzas necesarias para ofrecer el sufrimiento de la enfermedad; que las leyes no impongan ni ofrezcan como derecho y solución la muerte que sólo Dios puede decidir; que valoremos nuestra vida como un don del que no podemos disponer; que los sanitarios no colaboren poniendo fin a la vida humana; que los cuidados paliativos no se conviertan en un ensañamiento terapéutico ni en una eutanasia encubierta; que obremos rectamente al dictar nuestro testamento vital para llegado el momento se actúe en consecuencia con nuestra voluntad.
Los fieles acudieron masivamente a honrar a la Patrona de la Comunidad, con gran devoción
La Jornada arrancaba a las 18 h de ayer sábado con la acogida de la Virgen Peregrina de los Desamparados que se encuentra, este año, de visita en los principales santuarios marianos de la Comunidad Valenciana, como prolegómeno a la celebración del centenario de su coronación el próximo mes de mayo.
Fervorosa y cálida fue la acogida de la Mare de Déus dels Desamparats, Patrona de la Comunidad Valenciana, máxime por coincidir su visita con la celebración diocesana de la Jornada por la Vida que organizó la Delegación Diocesana para la Familia y la Defensa de la Vida. Mientras la Virgen accedía al templo, la Coral Barreros interpretaba L’Ave María de Lluis Romeu.
«Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad«
Las primeras palabras de D. Casimiro fueron de agradecimiento al Prior de la Basílica, D. Joaquín Guillamón, también al Rector de la Basílica de la Mare de Déu dels Desamparats, D. Juan Melchor Seguí, así como a los sacerdotes concelebrantes y a los diáconos y seminaristas que asistieron la celebración. Del mismo modo dirigió un afectuoso saludo al presidente de la Real Cofradía de Nuestra Señora del Lledó, así como a la presidenta de la Junta de Camareras, a la Coral Barreros, a los portadores de la Virgen, y al conjunto de fieles que, en la tarde de ayer, con fervor y devoción acogieron con aplausos y vítores a la Virgen Peregrina de los Desamparados que se encuentra de visita durante este fin de semana en la ciudad de Castellón.
Lo hace a petición del Arzobispo Emérito de Valencia, el Cardenal Cañizares que en este año de celebración del centenario de su coronación, está visitando diferentes santuarios marianos.
Durante la homilía, el Obispo afirmó, en nombre de todos, haber “acogido con gozo a la Virgen para pedirle su amparo en estos momentos de confusión, de desaliento y también el dolor por el sufrimiento de los vecinos del Alto Mijares que han sido evacuados” tras el incendio declarado el pasado jueves.
Con la presencia de la Peregrina nos unimos, dijo D. Casimiro, “a los actos de celebración de la coronación de la Mare de Déu como Patrona de la Comunidad Valenciana” recordando también la visita que hizo el pasado verano al Santuario de la Virgen de la Cueva Santa, patrona de toda nuestra Diócesis, en este Año Jubilar de celebración por el 775º Aniversario de la creación de la sede episcopal en Segorbe.
Del mismo modo, tal como advirtió, “la acogemos en la Basílica de la Patrona de Castellón y nos preparamos también para la conmemoración del centenario de la Coronación de la Mare de Déu del Lledó” y celebrar un Año Jubilar en el que, como anunció nuestro Obispo, se ha concedido la Indulgencia Plenaria y así, “a través de María nos acerquemos más al Señor”.
D. Casimiro celebró la visita de la Peregrina “en este día tan especial para la Virgen y para la fe cristiana” pues celebrábamos la Anunciación del Señor y también la Jornada por la Vida. “Momento central de la historia de la salvación a través de la Encarnación del Verbo de Dios en el seno de María”, resaltó el Obispo, pues gracias al ‘Sí’ de María “Dios mismo asumió nuestra propia naturaleza, se hizo como nosotros para hacernos Hijos de Dios y abrirnos al camino de la vida misma de Dios”.
“Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo”
Con estas palabras proclamadas en la lectura del Evangelio, la reflexión de nuestro Obispo nos interpeló respecto a la aceptación de María a cumplir con la voluntad del Señor durante toda su vida a pesar de las dificultades por las que tuvo que pasar. Así nos invitó a acoger, en este tiempo de Cuaresma, al Señor, como hizo María, para que, a través de su Pasión, Muerte y Resurrección “todo el que crea en Él tenga vida eterna”.
Por la dignidad de toda vida humana
Se refirió también al Concilio Vaticano II para recordar que a través de la Encarnación del Señor “Dios se ha unido con todo ser humano y eso hace – resaltó – que toda vida humana sea sagrada y tenga una dignidad imborrable e inviolable”.
Los Hijos de Dios y creyentes en Cristo, “hemos de acoger, cuidar, proteger y defender la vida humana en todo momento y en cualquier circunstancia”, decía ante la imagen de la Geperudeta que acoge en su brazos al Hijo de Dios». Palabras que resonaron con fuerza pues, ayer mismo nuestra Diócesis celebraba también la Jornada por la Vida.
Lo hacemos en un momento, como destacó nuestro Obispo, en el que la vida “es olvidada y pisoteada”. Así, se refirió a las leyes que, en estos momentos atentan contra la vida humana: el aborto y la eutanasia, no pasando por alto también el suicidio.
En este sentido señaló que “atentan contra la dignidad de la vida humana y atacan la integridad de la misma”, a pesar de que, como, en el caso del aborto, “se eleva a la categoría de derecho a interrumpir el embarazo, para no herir sensibilidades y acallar conciencias,”. Tal como avala la ciencia, insistió D. Casimiro, “desde el mismo momento de la concepción es un ser humano” y por tanto, “cuando se aborta se mata a un ser humano“ .
“¿Puede haber algo más irracional que llamar derecho a matar?” interpeló el Obispo. En ese sentido exhortó a ayudar y acompañar “a quien se encuentre en una situación complicada a no recurrir a una salida, aparentemente fácil, pero que deja marcas dolorosas en el alma de la persona afectada”. En este sentido este momento “nos urge y nos exhorta a trabajar por la vida”.
Solo Dios “es Señor de la vida y solo Él puede decidir el momento de su muerte”. En este sentido, abordó también la eutanasia y, una vez más, puso en valor “los cuidados paliativos para que al final de la vida la persona la viva con la dignidad propia que le es dada”.
Elevó intención a la Virgen de los Desamparados para “que nos ayude en este desamparo en el que nos encontramos y que toque los corazones de los ciudadanos, de los legisladores y de los jueces para que velen por la dignidad de todo ser humano desde su concepción hasta su muerte natural”. Exhortó a unirse para luchar contra la cultura de la muerte “con aliento y esperanza porque para Dios nada hay imposible”.
La Basílica de la Mare de Déu del Lledó sobrepasó los límites de su capacidad por la gran asistencia de fieles y devotos que acudieron masivamente “a participar en un momento único que no acontece todos los días”, decían quienes al finalizar la celebración se acercaban a inmortalizar el momento a los pies de la Virgen de los Desamparados.
La interpretación musical de la Eucaristía corrió a cargo de la Corral Barreros acompañados al órgano por Augusto Belau. Interpretaron magistralmente varias obras de la Misa ProEuropa de J. Berthier.
Antes de la bendición final, el Prior de la Basílica del Lledó, en nombre de los presentes felicitó a D. Casimiro, quien ayer, celebraba el 22º Aniversario de su ordenación episcopal, siendo entonces nombrado Obispo de Zamora. Lo es desde la Diócesis de Segorbe-Castellón desde abril de 2006.
La Santa Iglesia Catedral Basílica de Segorbe ha acogido esta misma mañana la última peregrinación con motivo del Año Jubilar Diocesano para celebrar los 775 años de la creación de la Sede Episcopal en Segorbe.
Más de 400 fieles pertenecientes a los arciprestazgos de Albocácer, Pla de l’Arc y Lucena del Cid han abarrotado el templo en una celebración muy especial que ha coincidido con la solemnidad de la Anunciación del Señor, que recuerda la aparición del arcángel Gabriel a la Virgen María para explicarle que Dios la había elegido para concebir a su Hijo.
La jornada ha comenzado en la Iglesia del Seminario con la exposición del Santísimo Sacramento donde ha habido oportunidad para recibir el Sacramento de la Reconciliación.
Y después, fieles, sacerdotes, y el Obispo; han peregrinado hasta el claustro de la Catedral, para tras pasar por la Puerta Santa y rezar el Credo ante la Pila Bautismal, dirigirse hacia el Sagrario «meta de nuestra peregrinación que es siempre el encuentro con Jesucristo, presente en la Eucaristía».
Inmediatamente ha comenzado la solemne eucaristía, presidida por el obispo de la diócesis, D. Casimiro López Llorente y concelebrada por todos los sacerdotes de los respectivos arciprestazgos. Durante la homilía el obispo ha resaltado la importancia de haber celebrado todas estas peregrinaciones «en la Iglesia Madre, la Catedral».
«Es bonito este encuentro, que a la vez es una acción de gracias al Señor que nos une en la caridad», señalaba. «Un día en el que además recordamos la Encarnación del Hijo de Dios. Por eso podemos considerar este acto como algo providencial al celebrarlo en este día. No olvidemos que todo comenzó en la Encarnación», decía D. Casimiro.
El Obispo ha insistido en que «la Iglesia ha de llevar la Buena Nueva a los hombres de este mundo». A ejemplo de la Virgen María, elegida por Dios, mujer activa porque mostró en todo momento su disponibilidad. «Disponibilidad que ha de tener también nuestra Iglesia Diocesana, y que ha de ser un lugar de la presencia de Dios en medio del mundo», afirmaba D. Casimiro.
Finalmente, el Obispo ha remarcado la figura de la Catedral «como símbolo de nuestra Iglesia Diocesana». Recordando que el templo es un símbolo de lo que es nuestra comunidad, la que formamos todos. Por eso este año ha querido ser un agradecimiento al Señor por tantos dones recibidos en casi ocho siglos de existencia como diócesis (en varias etapas y momentos). Y ha concluido advirtiendo: «No podemos hacer un pacto con la mediocridad ni la tibieza». Animando a todos a renovarse para seguir anunciando a aquel que es el Camino, la Verdad y la Vida.
El incendio del Alto Mijares y la sequía que padecen los campos han estado muy presentes durante la celebración. También al final de la misa se ha entregado a cada párroco una credencial, acreditando la participación de cada comunidad en la peregrinación.
Aniversario Episcopal También hoy la celebración ha tenido un carácter muy especial al coincidir con el 22 aniversario de la ordenación episcopal (25 de marzo del 2001) de D. Casimiro López Llorente. Por eso, al final de la misma los tres arciprestes en representación de los sacerdotes y de los fieles le han entregado un obsequio en cerámica elaborado en una empresa de l’Alcora: un copón, un cáliz y una patena.
La jornada ha concluido con una comida de fraternidad de todos los fieles, sacerdotes y el Obispo, en el comedor del Seminario.
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