Unidad y fe en la Misa de desagravio en San Pascual

La respuesta a la llamada del Obispo para participar en la Misa de desagravio por la profanación Eucarística cometida en San Pascual fue multitudinaria. Mons. Casimiro López Llorente comenzó agradeciendo la gran participación y las numerosas muestras de solidaridad llegadas desde fuera de la Diócesis. En su homilía, instó a aprovechar este “doloroso acontecimiento” para renovar la fe en la presencia de Cristo en la Eucaristía y multiplicar los lugares y espacios de adoración.

El Obispo no quiso juzgar la intención de los que robaron el Santísimo del sagrario en la celda de San Pascual, incluso pidió que no se responda con rencor ni ira, sino “orando para su conversión al amor de Dios en la Eucaristía”. Sin embargo declaró que objetivamente había sido un acto sacrílego: “El Señor sufre cuando despreciamos su amor, Él que se ha hecho Eucaristía para ser fuente de amor, reconciliación, paz y esperanza”, afirmaba.

Retomando la expresión del Papa emérito Benedicto XVI, que se refería a la Eucaristía como un sacramento que hemos de “creer, celebrar y vivir”, mons. López Llorente insistió en que es necesario consolidar la fe del pueblo cristiano en la presencia real de Cristo: “De verdad que Dios está ahí; dejémonos llenar de la vida de Dios”.

De ahí la actitud de adoración que se manifiesta de múltiples maneras sobre las que el Obispo llamaba la atención: ¿Le visitamos con frecuencia, nos postramos ante él, hacemos lo suficiente para potenciar la adoración eucarística temporal o perpetua, es lo más importante cuando entramos en una iglesia?

La Misa de desagravio se prosiguió con un acto eucarístico organizado por la Adoración Nocturna Femenina (ANFE). La Adoración Nocturna Masculina (ANE) también estuvo presente, representada por su presidente diocesano, José Abril, acompañado por el Viceconsiliario Nacional, D. Juan Manuel Melendo Alcalá, y el presidente Nacional, José Luis González Aullón.