Monseñor López Llorente: “La Virgen de la Esperanza nos da a Cristo, que es nuestra verdadera esperanza”
Monseñor López Llorente ha presidido la Santa Misa de clausura del 375 aniversario de la declaración como patrona de la localidad de Onda de Nuestra Señora de La Esperanza, que tuvo lugar en 1643 por el Papa Urbano VIII. El Obispo de Segorbe-Castellón ha subrayado en su homilía que Jesús es el verdadero protagonista de la Navidad, “el único capaz de saciar de verdad nuestros deseos de felicidad y alegría, que viene a este mundo para cumplir la voluntad del Padre, para sanar nuestros corazones y liberarnos del pecado para que tengamos amor, vida, esperanza, luz y fraternidad. Jesús es la fuerza que nos da esperanza para seguir caminando. Todo el que cree en Él, Dios les da el poder de ser hijo suyo”.
Para poder celebrar el nacimiento del Niño-Dios, ha recomendado a los presentes seguir el ejemplo de María, “la Virgen de la Esperanza, que nos da a Cristo, nuestra verdadera esperanza”. Ella es nuestra patrona porque, además de protegernos, guía nuestros pasos. Su vida y su ejemplo -ha continuado- nos dicen hoy tres palabras: encuentro, alegría, misión. Dios sale a nuestro encuentro como lo hizo con su Madre, a la que anunció que era la llena de gracia, la llena del amor de Dios y que era la elegida para ser la madre de Dios. “Hay que dejarse encontrar por Dios –ha recalcado- encontrarse con Él personalmente, sentir que está cerca de cada uno de nosotros, que viene para transformar nuestra vida. María creyó en las palabras del ángel. Por eso, en el evangelio de hoy, el evangelista nos recuerda que su prima Santa Isabel le dijo: ‘Dichosa tú que has creído porque lo que te ha dicho El Señor se cumplirá’. Ella se dejó encontrar por el amor de Dios, se dejó transformar por Dios; por eso el ‘Magníficat’ es el canto de una mujer que se siente agraciada por Dios, porque su vivir era según Dios”, ha significado.
Por otra parte, el encuentro con El Señor también nos llena de alegría. “Nada más escuchar las palabras del saludo –ha relatado- Juan saltó de alegría en el seno de su madre Santa Isabel. No es -por tanto- la alegría del precursor, una alegría superficial, pasajera, sino profunda, que da paz, serenidad, que brota de sentirse amados por Dios”. Finalmente, Don Casimiro ha hablado del viaje de la Santísima Virgen María desde Nazaret a la montaña, que –según palabras del Papa Francisco, “es el primer viaje misionero”. María lleva al verbo de Dios encarnado en su seno al encuentro con su prima, con Zacarías y con Juan el Bautista. “Al igual que nosotros, si acogemos con alegría el anuncio del ángel a los pastores, si nos dejamos empapar del amor de Dios, hemos de anunciar a los demás la Buena Noticia de la Navidad: que ha nacido Dios, nuestro Mesías y Redentor”, ha finalizado.
Los actos del 375 aniversario arrancaron el pasado 18 de diciembre, fiesta de la Virgen de la Esperanza, con la celebración eucarística en el Santuario de los Carmelitas y el pasado sábado, 22 de diciembre, tuvo lugar el paso por el manto de la Virgen y la bendición de los niños, que se celebra desde que se comenzó el año mariano hace ocho años. El mencionado sábado también se representó el Belén viviente a las 18:00 horas, preparado por los grupos de catequesis de infancia y que se organizó alrededor de la Parroquia de La Asunción, situada en el casco antiguo de Onda. Se representaron 5 escenas: la Anunciación, la posada, los pastores, la Natividad y la Adoración de los Magos. Al finalizar hubo chocolatada organizada por Cáritas parroquial, cuya recaudación se destinó a fines benéficos.
Uno de los legados que deja este 375 aniversario de la Virgen de la Esperanza, según palabras del párroco de La Asunción, Domingo Galindo, es el arraigo de nuevo de la devoción del Ángelus, “que es una oración que evoca la Encarnación, al igual que la Virgen Esperanza”.
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