Cáritas visibiliza las personas sin hogar reclamando el derecho al empadronamiento
Miguel Ángel vive en un piso autónomo de Cáritas. Es la última etapa para reconquistar la inserción social al final de varios años en la calle. Durante esa época oscura, una de las causas de mayor sufrimiento era ser invisible: «Nadie con quien hablar, nadie que me hiciera caso. En cambio -explica con manifiesto agradecimiento- cuando llegué a Cáritas me encontré con personas que escuchaban mis problemas. Es lo que más valoro». El domingo próximo, 25 de noviembre, se celebra el Día de las personas sin hogar. Por este motivo hoy, jueves, se ha organizado un gesto público en Castellón.
Se calcula que en España pueden haber unas 40.000 personas sin hogar. Minerva Saura, responsable del área de inclusión de Cáritas Diocesana, explica que en la Comunidad Valenciana no se han hecho estudios sobre este tema y que es muy difícil hacer una estadística porque son personas con una gran movilidad. Pero la gran dificultad es que la puerta para entrar en los datos y ayudas de la administración es el empadronamiento.
Pero, ¿cómo hacerlo cuando no se tiene un domicilio fijo? Desde Cáritas se reclama que se apliquen las indicaciones del Instituto Nacional de Estadística a los Ayuntamientos para que se puedan empadronar personas que, aún sin domicilio, tienen un lugar de pernoctación estable, «aunque sea el tercer banco del parque», puntualiza Minerva Saura. En esos casos se asigna un domicilio «ficticio».
De este modo no solo se podría acceder a la sanidad o diversos programas de inserción, sino que se daría visibilidad a personas que son invisibles para la sociedad. Miguel Ángel recuerda que cuando entró en los programas de Cáritas no tenía DNI ni tarjeta sanitaria. Sin embargo, gracias al acompañamiento recibido pudo tratarse de una enfermedad y beneficiarse de diversas ayudas de inserción y búsqueda de empleo. Hoy está trabajando regularmente y recuperada la esperanza ya piensa en ser totalmente autónomo.
759 personas atendidas
A falta de estadísticas en la Provincia sobre personas sin hogar, los únicos datos con los que se cuenta son los participantes en servicios de Cáritas. Según la última memoria de actividades, en 2017 se atendieron a 759 individuos. El 23% eran mujeres, el doble que en el año anterior, pero no se tienen datos para saber por qué ha habido este incremento. Los españoles eran el 46% con una media de edad entre 45 y 60 años, mientras que los extranjeros fueron el 54% – la mayoría de Rumanía y Marruecos – con una media de edad ente 35 y 60 años.
Los principales recursos que se ofrecen desde Cáritas Diocesana son el Albergue Mare de Déu del Lledó, en Castellón, cuatro pisos de acogida (dos en Vila-real y dos en Castellón), el servicio de asesoramiento jurídico, y mediación en cuestiones de salud (en el que también hay centros como el Luisa de Marillach, en Castellón, de las Hijas de la Caridad). Pero lo principal es iniciar «procesos de inclusión hacia una autonomía a todos los niveles en los que el centro sea la propia persona», afirma Minerva Saura que reconoce, sin embargo, que estos procesos son costosos y largos en el tiempo.
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