Samuel Uchechukwu: «Dios ha puesto en mi camino a personas que me han ayudado recobrar el sentido de mi vida»
Samuel es un participante de la acogida de Cáritas Parroquial de Santo Tomás de Villanueva. Este nigeriano, que era un gran sastre en su país de origen, sufrió un infarto cerebral y perdió el habla, que ahora está recuperando gracias a la Fundación Ateneo y la inestimable ayuda de Nieves y Yolanda, sus dos ángeles de la guarda en Castellón junto a la también nigeriana Tesi, que es como su hermana en nuestra ciudad.
Samuel nunca ha dejado de leer la Biblia. Siempre ha sido su libro de cabecera. Nos cuenta que el pasaje que más le está ayudando en estos momentos difíciles es Mateo 11, 28-30: «Venid a mí todos los fatigados y agobiados, y yo os aliviaré. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestra almas: porque mi yugo es suave y mi carga es ligera». Siente que Dios ha escuchado sus plegarias y aspira a ayudar a más gente que lo está pasando tan mal como él cuando se recupere.
¿Cómo es Samuel, Nieves?
Samuel es una persona muy honrada, muy humilde y que te dice las cosas con mucha honestidad. Sonríe mucho más que cuando lo conocimos. Ahora vive en la Obra Social «Marillac», que llevan las Hijas de la Caridad de San Vicente Paúl, y que es un centro de atención parta personas sin hogar convalecientes. Todavía está un poco enfermo y tiene que ingresar de nuevo en el hospital próximamente. Es un participante de la acogida muy activo y Tesi, una colaboradora imprescindible.
¿Cómo llegó a vuestra parroquia, Yolanda?
Nos lo derivó una trabajadora social del Centro de Rafalafena en abril de 2016. Tenía un problema de salud y nos pedía si podíamos ayudarle con la medicación, pero al principio apenas venía y, tanto Nieves como yo, notábamos que estaba muy triste. Entonces decidimos cambiar de táctica. Nos pusimos en contacto de nuevo con la trabajadora social y nos dijo que había pensado que fuera a un curso de lenguaje de signos, pero Servicios Sociales no lo podía pagar. Nos hicimos cargo desde Cáritas. Le hicieron la entrevista en la Fundación Apesocas y lo aceptaron. Cambió totalmente. Se le veía sonreír, estaba más contento y terminó brillantemente el curso en enero de 2017.
Supongo que pese a este cambio no todo habrá sido un camino de rosas, ¿verdad, Nieves?
Efectivamente. A Samuel no se le han ahorrado sufrimientos durante todo este tiempo, pero la mano providente de Dios se ha dejado sentir también con toda su fuerza. Cuando se le agotó el permiso de residencia, quedamos con la abogada de Cáritas para ver si podíamos renovarle. Tenía una enfermedad, no estaba para irse a Nigeria porque el tratamiento no lo iba a tener y la abogada habló con Extranjería para solicitar la residencia como enfermedad sobrevenida. Precisamente, supimos entonces de la existencia de la Fundación Ateneo, que se dedica al daño cerebral sobrevenido. Le vio una neuropsicóloga de dicha entidad, lo comentaron con el Consejo de la Fundación y nos dieron una subvención del 70%. Ahora cuenta con la asistencia de dicha neuropsicóloga y una logopeda que le ven dos veces a la semana y acude a un taller donde está con más gente. Va poco a poco, porque el daño lo tiene, pero va muy bien y –sobre todo- su forma de aceptar los «noes» también le han ayudado a mejorar.
¿Cuánto está previsto que dure esta participación, Yolanda?
Lo que tenga que durar. Mientras El Señor provea y sigan entrando ayudas para poder seguir, Cáritas nunca tirará la toalla, como acostumbramos a hacer. Las Cáritas parroquiales estamos sosteniendo a muchas personas en esta crisis. Los Servicios Sociales y otras organizaciones llegan hasta donde pueden y nosotros, ahí, estamos pagando recibos, suministros, etc… Este tipo de acompañamientos representa el espíritu de lo que está demandando el Papa Francisco. Cáritas no tendría ningún sentido si no estuviéramos con ellos, porque es cuando mejor se trabaja.
Y tú, Samuel, ¿qué piensas de todo lo que te está sucediendo?
(A Samuel le cuesta mucho articular palabra y las que logra pronunciar nos las traduce su amiga Tesi, ya que ambos –además- se comunican en inglés). Estoy progresando porque cuando veo la gente que Dios ha puesto en mi camino, todo cobra un nuevo sentido. Dios es lo mejor de esta situación difícil. El único que puede hablar en este tipo de escenarios. Sin Dios, no somos nada. No baja del Cielo, pero manda a personas para que actúen en su nombre. Me gustaría volver a recuperar la salud
¿Qué te gustaría hacer cuando eso ocurra?
Primero, dar gracias a Dios por hacer posible lo imposible y, a reglón seguido, ponerme manos a la obra para ayudar a otros que están tan necesitados como yo ahora y que veo que lo están pasando muy mal porque tampoco se apoyan en El Señor. Dios hace cosas que a veces no entendemos, escribe recto con renglones torcidos; pero todo adquiere sentido si aprendes a escucharle.
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