En el contexto de la celebración del 773 aniversario de la fundación de la Ciudad y, con todos los honores, la Real Cofradía de Ntra. Sra. del Lledó ha recibido la Medalla de Oro de la ciudad de manos de la alcaldesa, Dª. Begoña Carrasco.
El Presidente de la Real Cofradía, Jesús Lumbreras, y la Presidenta de las Camareras de la Virgen, Lledó Querol, recogieron con orgullo la medalla conscientes de que quien la recibe «es nuestra Patrona» que en el año en que se ha celebrado el Centenario de su Coronación «nos ha unido sacando los mejor de cada uno».
El reconocimiento, en palabras de la alcaldesa al programa El Espejo de Cope Castellón, «es merecido a una entidad con un enorme arraigo en Castellón y cuyo trabajo se resume en tres palabras: orgullo, castellonerismo y sentimiento y es ejemplo del triunfo colectivo y del talento de un pueblo».
Junto a la Real Cofradía de la Mare de Déu del Lledó, el Cuerpo Nacional de Policía y el Centro Aragonés de Castellón, recibieron los corbatines de Honor.
Castellón de la Plana, Plaza de la Independencia o de la “La Farola” 4 de mayo de 2024
Con profunda alegría y emoción estamos celebrando el Centenario de la coronación canónica y pontificia de la Mare de Déu del Lledó tal día como hoy en esta plaza.
Con sus mismas palabras en el Magníficat proclamamos y cantamos la grandeza del Señor porque ha hecho obras grandes en María y, a través de ella, en favor de nuestro pueblo: tú, Virgen Santa, eres la Madre de Dios y Madre nuestra, tú eres nuestra Reina y Señora, tú eres la Patrona de Castellón.
Damos gracias a Dios, Mare de Déu, porque dejaste a Dios ser grande en tu persona y en tu vida, tú la humilde esclava del Señor. Damos gracias a Dios porque nos ha dado a tan buena y tierna madre; una madre que conoce nuestras alegrías y nuestras penas, una madre que atiende siempre nuestras súplicas. Contigo, Virgen María, damos gracias a Dios por poder tenerte como Patrona, que dirige nuestros pasos hacia tu Hijo Jesús, el Camino, la Verdad y la Vida. Gracias damos a Dios por poder aclamarte como nuestra Reina.
Desde aquel 1366, año de la feliz “Troballa” de tu imagen por el labrador Perot de Granyana, tú, Virgen de Lidón, formas parte de la historia de nuestro pueblo. Castellón es tierra de María. Generación tras generación, los castellonenses han sentido tu presencia y tu protección maternal en su vida: en la vida de las personas, de las familias, de las parroquias y de nuestro pueblo entero. Como signo de su gratitud y devoción hacia ti, Madre, este pueblo quiso que fueras su Reina. Hoy recordamos con gratitud especialmente al Obispo de Tortosa, al Alcalde la Ciudad, al Prior de la Basílica y al Presidente de la Real Cofradía, que en 1923 solicitaron del Santo Padre que pudieras ser coronada; hoy recordamos a quienes hace cien años te coronaron en esta misma plaza.
¡Virgen santa de Lidón! El pasado 13 de abril dejaste por unos días tu santuario para venir a la Ciudad, para que te sintiéramos más cerca, si cabe, y pudiéramos venerarte y cantarte, contemplarte y suplicar tu protección. La numerosa y devota acogida de tu imagen coronada en las parroquias de la Ciudad, en colegios, en el albergue, en el centro penitenciario y en la Concatedral, o en los conciertos y en la ofrenda floral nos ha mostrado que la devoción hacia ti, Mare de Déu del Lledó, sigue muy viva en nuestro pueblo. Niños y jóvenes, adultos y mayores, ancianos y enfermos, matrimonios y familias te han acogido con alegría, emoción y devoción. Bastaba contemplar sus rostros, ver sus lágrimas y mirar sus labios. Gracias Mare de Déu por tu visita y gracias también a todos aquellos que han posibilitado tu recorrido por la Ciudad.
Mare de Déu del Lledó. Eres nuestra Reina y queremos que lo sigas siendo hoy y siempre. Te reconocemos como Reina porque eres la Madre de Jesús, el Rey mesiánico, cuyo reino no tendrá fin. Te proclamamos Reina, porque eres la llena de gracia y del amor de Dios y nos llevas a la fuente de la gracia y del amor, que es Dios mismo. Te aclamamos Reina porque participas ya plenamente de la gloria de tu Hijo en cuerpo y alma en el cielo; tú has recibido ya la corona de gloria que no se marchita. Tú, María, eres nuestra alegría, esperanza y consuelo.
Sabes, Madre, que nos toca vivir tiempos recios. En estos tiempos de secularización e indiferencia religiosa, de alejamiento de la fe y vida cristianas, llévanos, Madre, al encuentro personal con Cristo vivo, el fruto bendito de tu vientre, para que se afiancen y aviven la fe y vida cristiana en todos los bautizados (niños y jóvenes, adultos y mayores, matrimonios y familias) y seamos de verdad creyentes en tu Hijo y sus discípulos misioneros en nuestra sociedad.
En un contexto en que se expande la “cultura de la muerte” enséñanos, Madre, a acoger y cuidar toda vida humana desde su concepción hasta su muerte natural; y que, reconociendo a Dios como Creador, trabajemos por una ‘ecología integral’, por el respeto y cuidado de toda la creación, cuyo centro es el ser humano y su dignidad sagrada en toda circunstancia.
En este cambio de época, en que tantas veces andamos desorientados, ayúdanos, Madre, a no perder la brújula en nuestro peregrinaje por este mundo y confiemos siempre en ti y en tu Hijo: que no olvidemos nunca que de Dios venimos y hacia Él caminamos. Tú eres Madre de la esperanza, que nos has dado al Hijo de Dios, la esperanza que no defrauda.
En estos tiempos de dificultad económica de tantas familias y empresas y de dificultad para encontrar trabajo, especialmente los más jóvenes, enséñanos, Virgen santa, a todos y en particular a los gobernantes y responsables de la actividad económica y laboral a trabajar por el bien común: que todos puedan encontrar las condiciones sociales y laborales necesarias para lograr su propia perfección y desarrollo humano y espiritual.
Tú, Virgen María, eres la reina de la paz. Enséñanos y ayúdanos a acoger la paz de Dios en nuestro corazón para ser constructores de la paz en nuestros matrimonios y familias, en la sociedad y en el mundo. Por tu intercesión pedimos a Dios por el cese de la crispación social reinante en España y por el cese de las guerras en el mundo, especialmente en Ucrania, Tierra Santa y Oriente próximo.
Tú, Mare de Déu, eres la salud de los enfermos. A ti te pedimos por nuestros enfermos y ancianos, por quienes los cuidan y por todos los que trabajan en el mundo de la salud.
Te pedimos, Madre, que sigas reinando en nuestros corazones, en nuestras familias, en nuestras comunidades parroquiales y en nuestra Ciudad de Castellón. Que de tus manos volvamos nuestra mirada a Dios en tu Hijo, el único que tiene palabras de vida eterna. Acudamos a María porque ella alumbra nuestro camino terrenal hacia la casa del Padre.
Como la Virgen María abramos de par en par nuestro corazón a Cristo Jesús. La Virgen de Lledó será de verdad Reina nuestra, si su Hijo y su Evangelio reinan en nuestro corazón. Ella ha sido en el pasado signo y medio permanente de la bondad de Dios para con todos. Esta experiencia secular de la cercanía maternal de la Mare de Déu de Lledó fue la que condujo a pedir su patrocinio y su coronación. Esta misma experiencia nos mueve hoy al celebrar el centenario de la coronación de su imagen. A ella le cantamos “de l’amor nostre, Senyora, Mare de Deú del Lledó”.
Cientos de fieles han abarrotado las calles y balcones mostrando fiel devoción a la Mare de Déu del Lledó a quien han acompañado, vitoreado y aplaudido durante el trayecto de la procesión que pasadas las 13h de la tarde arrancaba desde la Concatedral de Santa María.
El paseo que une las calles Colón y Zaragoza a la Plaza de la Independencia se han engalanado para la ocasión. Una interminable alfombra azul vestía solemnemente el asfalto y acogía a la Virgen del Lledó, Madre, Reina, Señora y Patrona de Castellón, portada a hombros por los barreros y custodiada por miembros de la Guardia Civil de la Comandancia de Castellón y la Policía Local, todos ellos vestidos de gala. Sobre ella, enormes banderolas centrales conmemorativas del Centenario y lema del Año Jubilar Mariano «Del Amor Nostre Senyora» intercalados con el escudo de la Ciudad.
Los fieles, que inmortalizaban la venerada imagen a su paso, se unían fervorosos a lo largo del recorrido, y desde los balcones han brotado pétalos de flores durante el trayecto. Acompañándola, el Nuncio Apostólico de S.S. en España, junto al Obispo de Segorbe-Castellón; el Arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent, Mons. Juan Antonio Reig Plá y Mons. Sergi Gordo, Obispo de Tortosa. Encabezaba la procesión el clero, seguidos de los miembros de la Real Cofradía del Lledó y la Junta de Camareras de la Virgen, y la concluía la Corporación Municipal y autoridades autonómicas, provinciales y locales.
La procesión culminaba en la Plaza de la Independencia junto al monolito que recuerda que, hace cien años fue Coronada la Patrona de Castellón. Así lo ha recordado la alcaldesa de Castellón, Dª Begonña Carrasco, que emocionada, manifestaba con orgullo «la feliz y gozosa jornada para festejar y proclamar el amor de Castellón hacia su Patrona y Señora». Ha recordado cómo hoy, el lugar «nos devuelve su mirada a la historia y resuenan los ecos de aquel día, que hoy, cien años después, seguimos escuchando a través del corazón».
Se ha referido a la Virgen como «piedra angular de nuestra historia, tradición, cultura y de nuestra fe» que hoy, en el día que se conmemora el centenario renovando el sentimiento lledonero «en perfecta comunión de Castellón con la Mare de Déu del Lledó».
Por su parte, el Nuncio Apostólico de S. S., Mons. Bernardito Auza, ha dado gracias a Dios «por la coronación de su Madre» sin olvidar a todos nuestros antepasados «que nos inculcaron e infundieron una especial devoción a la Madre de Dios» y ha exhortado a los presentes a asumir el compromiso «de transmitir a nuestros hijos, a nuestras familias, a nuestros vecinos y a todos cuantos nos encontremos el cariño por la Virgen para que ellos también la tengan como Madre».
Del mismo modo, ha puesto a los pies de la Virgen «las necesidades de todos los habitantes de Castellón, de todas vuestras familias, de los enfermos, de los pobres, de los necesitados de ayuda, de los que no creen o han perdido la fe, de cuantos necesitamos hacer más viva nuestra fe, y de imitarle mejor en nuestra vida, para que ella sea la intercesora de todos nosotros ante su Hijo, Señor nuestro y Jesucristo».
Intervención del Nuncio Apostólico, Mons. Bernardito Auza
Para terminar, Mons. Casimiro López Llorente, recordando el Canto del Magníficat, ha proclamado y cantado «la grandeza del señor porque ha hecho obras grandes en María». Ha dado gracias a la Mare de Déu «por dejar a Dios ser grande en tu persona y en tu vida, tú la humilde esclava del Señor, por atender nuestras alegrías y nuestras penas», dando gracias a Dios por tenerla como Patrona.
Intervención de Mons. Casimiro López Llorente
Ha celebrado «la numerosa y devota acogida de tu imagen coronada en las parroquias de la Ciudad, en colegios, en el albergue, en el centro penitenciario y en la Concatedral, o en los conciertos y en la ofrenda floral nos ha mostrado que la devoción hacia ti, Mare de Déu del Lledó, sigue muy viva en nuestro pueblo» durante las semanas que la Patrona ha estado visitando la ciudad.
Te proclamamos Reina, ha proseguido D. Casimiro, «porque eres la llena de gracia y del amor de Dios y nos llevas a la fuente de la gracia y del amor, que es Dios mismo». Se ha referido también a los tiempos recios que nos toca vivir «de secularización e indiferencia religiosa, de alejamiento de la fe y vida cristianas» y ha estado solícito al pedir que María «nos lleve al encuentro personal con Cristo vivo, el fruto bendito de tu vientre, para que se afiancen y aviven la fe y vida cristiana en todos los bautizados y seamos de verdad creyentes en tu Hijo y sus discípulos misioneros en nuestra sociedad».
También, en este tiempo en que se expande la cultura de la muerte, ha pedido intercesión a la Mare de Dé del Lledó para enseñarnos «a acoger y cuidar toda vida humana desde su concepción hasta su muerte natural; y que, reconociendo a Dios como Creador, trabajemos por una ‘ecología integral’, por el respeto y cuidado de toda la creación, cuyo centro es el ser humano y su dignidad sagrada en toda circunstancia». Finalmente ha exhortado a los presentes a abrir «de par en par nuestro corazón a Cristo Jesús».
La Concatedral de Santa María de Castellón ha acogido esta mañana, la Misa Estacional con motivo del Centenario de la Coronación de la Mare de Déu del Lledó, que ha presidido Mons. Bernardito Auza, Nuncio Apostólico de S.S. en España y concelebrada por el Arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent, y el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente.
Han estado acompañados por Mons. Juan Antonio Reig Pla, por el Obispo de Tortosa, Mons. Sergi Gordo, el Cabildo de la Concatedral de Santa María, y el Cabildo de la Catedral de Segorbe así como una nutrida representación de sacerdotes de la Diócesis de Segorbe-Castellón, seminaristas y diáconos que les han asistido.
Muy significativa ha sido también la presencia de las principales autoridades de la ciudad, máxime, siendo la alcaldesa de Castellón, Dª. Begoña Carrasco, quien representa al Excmo. Ayuntamiento de Castellón, como Clavario de las fiestas del Lledó de 2024 junto al ‘Perot’, que en esta ocasión recae en el edil de Agricultura, D. Vicent Sales.
Junto a miembros de la corporación municipal, han estado también presentes, el President de la Generalitat Valenciana, D. Carlos Mazón, y la Presidenta de las Cortes Valencianas Dª. Llanos Massó, así como otras autoridades civiles y militares.
El templo se ha quedado pequeño ante la solemnidad de la celebración en la que se ha visibilizado el fervor castellonense hacia la Patrona, que justo hace hoy cien años, fue solemnemente coronada, mediante Decreto del Papa Pio XI. El Coro y Orquesta del Santo Ángel de La Vall d’Uixó, bajo la dirección de Juan Felipe Durá Llopis, ha interpretado magistralmente la Misa de la Coronación de Mozart.
La Concatedral lucía esplendorosa ante la Mare de Déu de Lledó, Reina de Castellón, ante quien se han dirigido todas las miradas y vítores, en un día en el que la devoción y el fervor popular también han tenido un especial protagonismo.
La Iglesia: misterio de unidad y comunión enraizada en el misterio de Dios
Tras la proclamación de la Palabra, Mons. Bernardito Auza, ha puesto el énfasis en la celebración del Año Jubilar Mariano, concedido por el Papa Francisco, a petición de nuestro Obispo. Un año, ha dicho, «cuya vivencia ha contribuido a una renovación espiritual de las almas de los fieles de esta Iglesia particular de Segorbe-Castellón, una renovada vida religiosa, una renovada vida de fe, y una renovada devoción a la Santísima Virgen María».
La celebración ha coincidido con el 25 aniversario de la consagración de la Concatedral de Santa María, que el Nuncio Apostólico ha aprovechado para recordar la realidad visible de la Diócesis que se concreta en cada uno de los fieles. Así, ha destacado cómo hoy, se ha hecho presente «la comunión con el sucesor de Pedro», siendo una realidad «tangible y visible por el misterio de la unión de los hombres con Dios».
Y es que Dios, ha resaltado Mons. Bernardito Auza, «ha querido entrar en nuestra historia a través del Misterio de la Encarnación» que ha sonado con gran fuerza durante la proclamación del Evangelio. Un misterio vivo que nos ha dejado el Señor «a través de la oración, la predicación, la celebración de los divinos misterios y, particularmente, en el sacrificio eucarístico».
La Iglesia pues, «no es un armazón vacío, no es un simple fenómeno humano y social, ni es una estructura o una comunidad de gente ilusionada más o menos con una idea». La Iglesia, ha enfatizado Mons. Bernardito Auza, «es un misterio de unidad y de comunión, enraizada en el misterio de Dios».
Unidos a María, por su Hijo
Las palabras del Nuncio Apostólico en referencia a la Mare de Déu del Lledó, han calado hondo en los fieles. Recordando el evento histórico del hallazgo de la «imagen sagrada al abrigo del Perot» se ha referido a María como «Madre que cuida y vela, protege y ayuda a mantenernos unidos a su Hijo, nuestro Señor».
Una unión espiritual, ha proseguido, que «ocurre en el primer instante de su concepción a través de su cuerpo santo e inmaculado y en permanente actitud de escucha de la Palabra, que brilla en su vida de unión con Dios como la perfecta discípula y, como dice del Concilio Vaticano II, la cooperadora del Redentor».
Se ha referido también a la «maternidad de María que perdura fiel a los pies de la cruz junto a su Hijo convirtiéndose en intercesora de los dones de la salvación eterna». Y, en referencia al pasaje evangélico de la Anunciación que se ha proclamado, «María representa la mayor humildad al proclamarse esclava del Señor, una expresión que nos enseña la donación total a Dios».
En este sentido ha recordado las palabras del papa Francisco invitándonos a «la conversión a Dios a través del anuncio de Cristo» en contraposición con un mundo que vive a espaldas de Dios. Ha exhortado a los presentes a concebir la vida cotidiana teniendo presente a Dios para discernir nuestra misión en la Iglesia permitiendo que se forje en cada uno de nosotros el misterio personal que refleje a Jesucristo siendo testimonio vivo de Él en el mundo actual.
Jubileo 2025
Mons. Bernardito Auza ha recordado también que el próximo 9 de mayo, coincidiendo con la Ascensión del Señor, el Santo Padre convocará a la Iglesia Universal a celebrar el Jubileo bajo el lema «Peregrinos de Esperanza».
Se ha encomendado a la intercesión de la Santísima Virgen María, «sierva de su Hijo, discípula perfecta, Madre y Señora» para que sigamos siendo fieles cada día y renovar nuestra ilusión en el amor de su Hijo, que resucitado, ha vencido a la muerte. Y que, «en nuestra peregrinación como pueblo de Dios, con María, no nos cansemos de amar a todos, acompañar a todos y ser testigos de Jesús con la alegría de su Evangelio».
La celebración ha concluido con el rezo de la oración del Año Jubilar Mariano, el canto de los Gozos y la Salve Popular, dando paso a la procesión que, saliendo de la Concatedral de Santa María ha recorrido la C/ Colón y C/ Zaragoza, hasta llegar a la Plaza de la Independencia para conmemorar el Centenario de la Coronación.
Tanto la Misa Estacional como la procesión y el acto conmemorativo del Centenario han estado retransmitidos por varias televisiones, entre ellas La 8 Mediterráneo, Trece TV, A Punt y Televisión de Castellón.
Los jóvenes de la Diócesis fueron los protagonistas del cuarto día del Novenario a la Patrona de Castellón. Convocados por la Delegación Diocesana para la Infancia y la Juventud, los integrantes del apostolado parroquial Effetá (adscrito a la Parroquia de La Santísima Trinidad) fueron los encargados de organizar la celebración.
Comenzaba a las 19h con el rezo del Santo Rosario que dirigieron los propios jóvenes. Arropados por el manto de la Virgen y bajo el lema «Al cielo, en equipo», se encomendaron a la Mare de Déu del Lledó a quien veneraron y honraron como digna Madre de Dios y Madre nuestra. A ellos se sumaron jóvenes de otros movimientos y realidades de la Iglesia de nuestra Diócesis, así como el Presidente de la Real Cofradía del Lledó, la Presidenta de las Camareras de la Virgen y demás integrantes, así como fieles devotos de la «mareta».
La celebración de ayer tarde estuvo presidida por Mons. Casimiro López Llorente, Obispo de Segorbe-Castellón, quien, dentro de la programación del curso pastoral, tal como advirtió, comparte con los jóvenes una vigilia al trimestre que correspondía organizar a los integrantes de Effetá y, en esta excepcional ocasión se sustituyó con su participación en los actos del Centenario de la Coronación de la Virgen del Lledó.
Tras el rezo del Rosario se celebró la Eucaristía presidida por D. Casimiro y concelebrada por el Delegado Diocesano para la Infancia y la Juventud, D. Manuel Díaz; el Prior de la Real Cofradía, D. Miguel Abril; el Prior de la Basílica, D. Joaquín Guillamón; y el Vicario Parroquial de Santa María, D. Ángel Cumbicos, asistidos por los diáconos Álvaro González y Pablo Durán.
La Liturgia de la Palabra dio paso a la homilía de nuestro Obispo que agradeció a los jóvenes su implicación y participación en la Novena y, citando el libro de los Hechos de los Apóstoles, recordó cómo la Virgen «es la mejor intercesora para crear unidad en la Iglesia para, como dice el lema, caminar en equipo hacia el cielo». Ella nos une, nos alienta, y nos lleva hacia la Padre celestial». Precisamente fue esto, lo que ayer pidió D. Casimiro al Señor, «que cree unidad entre nosotros, y que de sus manos, como decía al comienzo, vayamos al encuentro con Cristo».
Habiéndose proclamado el Evangelio de las Bodas de Caná, el Obispo exhortó a «asumir la invitación de María para hacer lo que Él os diga». Porque Ella, continuó D. Casimiro, «es la buena Madre que, como en aquella ocasión en Caná, está en medio de nosotros y sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos». El vino que falta y al que se refiere el Evangelio, dijo el Obispo, «es lo que nos falta a cada uno en nuestra vida para ser felices, para caminar con sentido en la vida y para dejarnos sanar».
A los que confían en el poder de Jesús y en la intercesión de la Virgen María, les espera el mejor vino, el del amor de Dios y la salvación eterna, vino a decir D. Casimiro explicando el pasaje evangélico. «Ella es la Madre solícita, que preocupada por todos y cada uno de nosotros, advierte a Jesús que ‘falta vino’ y nos invita a ponernos en manos de Jesús para descubrir en Él lo que necesitamos pero, sobre todo, para poner en manos de Él nuestra persona y estar abiertos a la voluntad de Dios en nuestra vida».
El buen vino, advirtió D. Casimiro dirigiéndose a los jóvenes, «es vino en abundancia y signo de la alegría de aquel que se encuentra con el Señor porque también la gracia que viene de Él es sobreabundante». Así les animó a dejarse encontrar con el Señor, llenarse de su gracia y de la alegría que brota de saberse amados personalmente por Dios en Cristo Jesús y de mostrarlo a los demás».
Terminó su exhortación invitándolos a ser discípulos misioneros y «anunciar a Cristo resucitado a tantos jóvenes que han perdido la brújula de su vida o que son esclavos del individualismo, las drogas, el afán del dinero o el poder». Haciéndolo así, «también otros encontrarán un nuevo horizonte y darán sentido a su vida para caminar juntos, como dice vuestro lema, hacia el cielo, hacia la patria celestial, como iglesia peregrina que se sabe, siempre, acompañados por la Madre y bendecidos por el Señor».
Ayer fue el día del tradicional “Pregonet”, que recorrió el centro de Castellón anunciando la llegada de los días grandes de las fiestas de la Mare de Déu del Lledó. Pero también, por la tarde, tuvo lugar el traslado procesional de la Patrona de la ciudad, desde la parroquia de San Vicente Ferrer hasta la Concatedral de Santa María, portada por la Asociación de Barreros Mare de Déu del Lledó.
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Santa María es ya la última parroquia que visita la Virgen, – además de colegios, la Universidad CEU, el albergue, el centro penitenciario y el cementerio – y allí permanecerá hasta el día 5 de mayo, Día de la Fiesta de Nuestra Señora de Lledó.
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Durante estos días la Concatedral será el epicentro de los actos principales de este Centenario de la Coronación del Lledó, y acogerá un novenario cuyos principales protagonistas serán las familias, Santa María, Madre de Dios y de la Iglesia; la tercera edad; los jóvenes; los gremios, sindicatos y patronal; los niños; y las cofradías marianas. Además, todos los días se rezará el santo Rosario y se celebrará la Eucaristía junto a la “mareta”.
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“Acto Conmemorativo del Centenario de la Coronación de Nuestra Señora del Lledó”
Cabe recordar que el día 4 de mayo tendrá especial protagonismo la Misa Estacional Conmemorativa por el Centenario de la Coronación y la celebración del XXV Aniversario de la Consagración de la Concatedral de Santa María, prevista a las 10:30 h., y en la que D. Casimiro estará acompañado por el Nuncio de Su Santidad en España, D. Bernardito Auza.
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Tras la Misa tendrá lugar el traslado procesional de la Virgen del Lledó hasta la Plaza de la Independencia, lugar de la Coronación en 1924. Allí se celebrará el “Acto Conmemorativo del Centenario de la Coronación de Nuestra Señora del Lledó”.
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“Día de la Fiesta de Nuestra Señora del Lledó”
Y para el domingo 5 de mayo, “Día de la Fiesta de Nuestra Señora del Lledó”, está prevista otra Misa Estacional en la Concatedral de Santa María, así como una mascletà en la plaza de Cardona Vives y una “Paella Popular” en la plaza de Huerto Sogueros. Posteriormente, a las 18 h. será el turno para la Procesión General desde la Concatedral y hasta la Capilla de la Purísima Sangre, para dar paso al Acto de Despedida de la ciudad a su Patrona y posterior traslado desde la Plaza María Agustina hasta la Basílica del Lledó, con una llegada festiva y canto de los gozos y la Salve popular, y un remate final pirotécnico.
La Patrona visita el campus coincidiendo con el 50ª Aniversario del CEU en Castellón
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A la hora del Ángelus llegaba la Virgen del Lledó al campus de la Universidad CEU-Cardenal Herrera de Castellón siendo recibida por el Obispo de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente, y las autoridades académicas de la insigne universidad, siendo portada a hombros por alumnos de diferentes grados universitarios.
El Rector, D. Higinio Marín ha dado la bienvenida a todos los presentes, entre quienes se encontraban las principales autoridades locales, civiles y militares, miembros de la Asociación Católica de propagandistas (ACdP), así como miembros de la Real Cofradía del Lledó, alumnos, ex-alumnos y familias que se han unido a esta doble celebración: el 50º Aniversario de la presencia del CEU en la ciudad de Castellón y la visita de la Patrona al centro universitario.
Por su parte, D. José María Mira de Orduña Gil, Director del campus castellonense, representando a toda la comunidad educativa, ha dirigido unas emotivas palabras a la Virgen, destacando que, siendo una universidad católica, a ella se la invoca «como Señora de Sabiduría fijando nuestra mirada en vuestro corazón». Del mismo modo ha advertido que la Universidad CEU Cardenal Herrera necesita a la Virgen «para hacer ciencia y para formar en la ciencia a personas que deben servir a la sociedad desde esa sensibilidad que da respetar, promover y proteger siempre la dignidad infinita del ser humano».
También ha tenido palabras para los estudiantes que han estado presentes en la celebración, invitándolos a que se identifiquen con ella, siguiendo, «como ella hizo, la llamada del Señor a la vocación de servir al prójimo como maestros, enfermeros, médicos, cocineros o deportistas y hacerlo con el amor con el que Dios lo hace, que es el amor con el que la Virgen María lo hizo».
Ofrenda de floresy Eucaristía
A los pies del Altar, instalado en una carpa para la ocasión, la Mare de Déu del lledó ha recibido la ofrenda floral de todos los participantes dando paso a la celebración de la Eucaristía en acción de gracias que ha estado presidida por el Obispo y concelebrada por varios sacerdotes, entre ellos, D. Samuel Torrijo, actual Capellán del CEU y D. Jesús Robledo, vice-consiliario de la ACdP.
Tras la liturgia de la Palabra, D. Casimiro ha dado gracias a Dios por estos 50 años de andadura académica en la ciudad de Castellón y por la obra educativa del CEU, uniendo esta acción de gracias a la visita de la Mare de Déu del Lledó en los actos conmemorativos del Centenario de su Coronación.
El Obispo ha recordado el Evangelio de la Visitación de la Virgen a su prima Isabel para destacar que «ella es el Arca de la Alianza y presencia de Dios en medio de todos nosotros, porque ella nos da al Hijo de Dios y ella sigue siendo su presencia aquí y ahora para nosotros, en un mundo que parece querer olvidarse de Dios».
Ante la presencia de la Virgen, el Obispo ha invitado a los presentes «a recuperar nuestra alegría por creer, pero sobre todo, para recuperar a Dios en medio de nosotros, en las actividades académicas, profesionales, en la familia y en la vida personal de cada cual, sabiendo que Dios está presente».
Del mismo modo ha exhortado a, de la mano de María, ir al encuentro personal con el Señor porque solo así, ha recalcado, citando a Benedicto XVI «solo se empieza a ser cristiano». En este sentido ha explicado que la fe no es una ideología ni un mero código ético. La fe se sustenta, ha insistido, «en el encuentro con el señor resucitado de manos de María». Y a la Virgen ha puesto como ejemplo de confianza en Dios pues «en ella puso Él su vida y siempre estuvo atenta a la escucha para cumplir la voluntad de Dios».
Finalmente, ha exhortado a los presentes a acoger a María y de sus manos unirnos a su hijo para, como ella nos dice, haced lo que Él os diga y cumplir su voluntad».
Mascletá en honor a la Mare de Déu del Lledó
La celebración ha concluido a las puertas del centro universitario junto a la Virgen, en cuyo honor, se ha disparado una mascletá. Así se ha despedido a la Virgen que prosigue su recorrido por las parroquias de Castellón.
La imagen de la Virgen llegaba a primera hora de la mañana a las inmediaciones del Cementerio de San José, en Castellón. A las puertas la esperaba el Capellán, D. Samuel Torrijo y D. Vicent Sales, concejal de Agricultura que representa a Perot de Granyana, que la ha portado en brazos desde la entrada principal hasta la cruz central, acompañada, por el Presidente de la Real Cofradía del Lledó, algunas camareras de la Virgen, y en los cantos, por el coro Pentecosta, así como los fieles que se han sumado a la celebración.
En su intervención, D. Vicent Sales ha recordado que «la mareta» visita hoy «a nuestros antepasados, abuelos, padres y tantos otros familiares que tiempo atrás la veneraron, a quien se encomendaron y transmitieron la fe de generación en generación, así como el fervor y devoción que hoy nosotros sentimos por la Virgen».
A continuación se han rezado los Misterios Dolorosos del Santo Rosario por todos los difuntos y las almas del purgatorio. D. Samuel Torrijo ha recordado los hechos acontecidos en 1366, cuando Perot de Granyana, labrando la tierra halló una pequeña imagen a quien con posterioridad se le rendiría culto y se veneraría. Hoy, representando a Perot de Granyana, D. Vicent Sales, ha referido el Capellán «trae a este santo lugar la imagen de la Mare de Déu del Lledó para recordarnos que debajo de esta tierra y de este santo campo, descansan aquellas gentes, que con el trabajo y el sudor de cada jornada anhelan la vida eterna».
Así, en el marco de la celebración del Centenario de la Coronación de la Patrona de Castellón se ha recordado «a aquellos que vieron este acontecimiento» y más aún, ha dicho D. Samuel Torrijo, «lo plasmaron en sus mentes y en su corazón y vieron coronada a María».
Finalmente ha elevado oración pidiendo a la Virgen que otorgue» el descanso, la esperanza y la purificación a todos cuantos aquí descansan y la salvación para todos aquellos difuntos del olvido», así como aquellos otros que no pudieron conocerla bajo la advocación de Lledó por no haber sido todavía encontrada. La oración ha incluido la petición de salvación para las almas del purgatorio, así como para la concesión de esperanza y consuelo a todas las familias que, habiendo perdido a algún ser querido, aún siguen rotas por el duelo.
Para terminar, se ha procedido a la bendición de una imagen de la Virgen del Lledó, tallada en madera, que ha sido donada por un particular y que se ha ubicado en el Altar de la capilla del cementerio que con el trabajo y el sudor de cada jornada anhelan la vida eterna.
La Mare de Déu del Lledó ha sido trasladada a continuación a la Universidad CEU Cardenal Herrera que visita la institución académica coincidiendo con el 50º Aniversario de presencia en la ciudad de Castellón.
Enmarcada en los actos del Centenario de su Coronación, una imagen de la Mare de Déu del Lledó ya se encuentra, desde este domingo, en el Centro de Acogida Temporal de Castellón que lleva su nombre y que gestiona Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón.
Durante el acto se ha celebrado el rezo del Rosario de laCaridad y el Obispo de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente, ha bendecido la imagen de la Virgen, donada por la Real Cofradía de Nuestra Señora del Lledó que permanecerá en este Centro de Acogida Temporal.
D. Casimiro ha puesto a la Mare de Déu del Lledó como ejemplo para el personal y voluntarios de Cáritas por “su prontitud y disponibilidad” para socorrer y ayudar a los más necesitados y por la “alegría de sabernos amados por Dios, también en la adversidad”.
Por su parte, el director de Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón, Francisco Mir, ha pedido que, como la Virgen, madre protectora, “acojamos con los brazos abiertos a las personas descartadas, las que no tienen hogar” y que ella las “cobije entre sus brazos”.
Esta presencia de la Patrona de Castellón es especialmente significativa en el Centro de Acogida que lleva su nombre, porque a este recurso asistencial acuden personas vulnerables de diferentes nacionalidades que reciben la acogida y acompañamiento por parte de Cáritas Diocesana.
Por ello, las personas residentes en estos momentos en este centro de acogida han sido las principales protagonistas de este acto.
Con la visita al Centro de Acogida Mare de Déu del Lledó, la “nostra Mareta” nos ha llamado a unirnos a ella en el canto del Magnificat con todos los pobres de la tierra.
“Mare de Déu del Lledó, enséñanos a hacer de nuestra vida un servicio dirigido a los más pobres, al lado de todos los crucificados de la tierra. Enséñanos a estar al pie de la cruz de las personas que están solas o sufren cualquier tipo de opresión o injusticia. Tú eres la madre de los pobres, de los humildes, de los que no tienen nada, pero que lo esperan todo de Dios. Tú nos acompañas en los momentos de dificultad, cuando todo lo vemos oscuro”.
Centro de Atención Temporal
El Centro de Atención Temporal Mare de Déu del Lledó cuenta con una capacidad para 39 residentes, 31 hombres y 8 mujeres.
Asimismo, durante el invierno, por el Protocolo contra el frío, se activan otras 20 plazas.
La cocina de este albergue municipal que gestiona Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón proporciona, además, comida a otras 70 personas.
Más de la mitad de los residentes del centro son migrantes y la mayoría hombres de más de 45 años. Proceden, especialmente, de países del norte de África y de Latinoamérica.
35 personas, entre personal laboral y voluntarios, prestan su atención a los residentes de este recurso asistencial.
Tras su estancia en el Grau de Castelló, la Virgen del Lledó fue recibida ayer por la tarde por los fieles de la parroquia de Santo Tomás de Villanueva de la ciudad, que le acogieron con gran emoción junto al párroco, D. Enrique Martínez, entre cantos de bienvenida de la rondalla “Vora Sequia”.
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Tras la calurosa bienvenida se celebró una Eucaristía con la Patrona de Castellón en el altar. La parte musical corrió a cargo del coro parroquial “Adonai”.
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Para finalizar la jornada, fraternalmente compartieron todos los asistentes un ágape en la explanada de la parroquia entre canciones del grupo musical “Barreño Rock Band”, y se dio paso al rezo del Rosario, dirigido por el Grupo de Jóvenes del Rosario, y a la vela de la imagen durante toda la noche.
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Tras el desarrollo de las actividades programadas en la jornada de hoy, esta tarde saldrá para visitar la parroquia de San Cristóbal, donde está prevista su recepción a las 19:30 h.
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