«El mensaje del Papa es claro: ninguna persona sin techo, trabajo y tierra, y ninguna persona sin esperanza»
Los Movimientos Populares Mundiales han mantenido un encuentro con el Papa Francisco. La visita se produjo el pasado 20 de septiembre en el Vaticano y Charo Castelló, militante de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de la Diócesis de Segorbe-Castellón, y representante del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos en el comité organizador, nos ha contado los aspectos que se han abordado con el Papa Francisco.
1.- .¿Cómo fue el encuentro con el Papa Francisco? ¿Qué impresiones te llevas? ¿Qué os ha transmitido?
Ha sido un encuentro cercano, entrañable, de acción de gracias a Dios por el camino recorrido. Me he venido reforzada, esperanzada y sobre todo con más caminos que transitar para concretar una sociedad más fraterna y una cultura “samaritana”. El Papa desde 2014 hasta hoy, no ha dejado de hacer sentir su cercanía a los movimientos populares, apoyando y alentando su trabajo por la dignidad humana, la justicia social y el desarrollo de los más pobres y descartados. Dos mensajes muy claros, “ninguna persona sin techo, trabajo y tierra” y “ninguna persona sin esperanza”.
2.-El papa mencionó las “T” en 2014 (techo, trabajo y tierra) ¿Cómo ves hoy en día la situación en España y en el mundo? ¿A qué desafíos nos enfrentamos hoy?
En nuestro país en estos últimos años se han desarrollado políticas en materia de rentas básicas, que están ayudando a muchas familias, pero todavía seguimos con millones de familias que están sufriendo a causa del escándalo de los alquileres de la vivienda, la precariedad laboral, familias trabajadoras que no les alcanza el salario para llegar a fin de mes, personas sin contratos especialmente entre las personas migrantes…etc. A nivel internacional la situación se agrava, por el aumento de la economía informal, que afecta especialmente a las mujeres. La pérdida de vidas en el trabajo, una pandemia invisible que crece. La protección social, educación, salud, vivienda ha disminuido. Los efectos del cambio climático devastadores provocando mayor vulnerabilidad sobre las colectividades más empobrecidas. Una mayor movilidad de las personas como consecuencia de este empobrecimiento y con políticas en los países receptores de poner grandes muros.
El desafío de las guerras, no solo Ucrania y de Gaza que está siendo un auténtico genocidio sino otros 50 conflictos bélicos más que están expulsando a millones de personas de sus comunidades, y con débiles instituciones internacionales para afrontar este tema. Al desafío del empleo precario y la protección social para millones de personas añadir, la protección de la tierra, para que la vida humana, toda la vida sea posible.
3.- ¿Cuales crees que son las actitudes de los líderes mundiales y de los medios de comunicación en general? ¿hay apertura para discutir estas cuestiones en la agenda internacional?
Tenemos de todo. Hay lideres mundiales y gobernantes que siguen planteando políticas de justicia social y que respeten a la dignidad humana, pero hay otros gobernantes muy poderosos que piensan que la vida de una persona que está excluida no vale, como la de personas migrantes. Esa es una forma de deshumanización que va en contra del Evangelio.
Por otro lado, hay organizaciones como la OIT que están poniendo en el debate internacional todas estas situaciones que no son recogidas por los países.
Finamente lo medios de comunicación también tenemos de todo, pero hay mucha pobreza para dialogar y exponer todas estas situaciones en profundidad, analizando las verdaderas causas de los problemas. No se hacen eco de cómo movimientos populares, cada día están practicando soluciones solidarias en sus comunidades.
4.- Y en la iglesia, ¿crees que la Iglesia en España está respondiendo adecuadamente a la necesidad de techo, tierra y trabajo?
La Iglesia es muy plural y hay en muchos rincones de nuestra tierra comunidades cristinas que están respondiendo a esta situación con un trabajo ejemplar, en España y también en los países del Sur. Nos queda camino por recorrer, sin estos mínimos la vida no puede ser digna, son derechos sagrados, una dignidad que Dios quiere para su pueblo elegido. Necesitamos seguir practicando la caridad Samaritana y acoger “al herido”.
5.- En tu opinión ¿Cómo puede la iglesia seguir impulsando estos valores y acompañando a los más vulnerables en este momento?
Las 3 T, la justicia, como decía el Cardenal Czerny “No puede ser una cuestión intelectual, ni mucho menos jurídica. Tiene que estar profundamente arraigada en nosotros y es una cuestión tan urgente e imposible de ignorar como lo son el hambre y la sed mismos”. Esta tiene que ser nuestra misión: acompañar y acoger, dar voz a los sin voz.
6.- ¿Qué mensaje te gustaría trasmitir a los jóvenes que buscan participar en los movimientos cristianos por la justicia social y la paz?
Animarlos a que formen parte de ellos, a que sean protagonistas de los cambios que necesitamos en nuestra sociedad para vivir como auténticos hermanos y hermanas. Necesitamos su energía y frescura para plantar banderas de esperanza contra la deshumanización.