Moisés, Jeremías y los discípulos centran la meditación del Retiro de Cuaresma de los sacerdotes mayores
Los sacerdotes mayores residentes en la Casa Sacerdotal Familia de Nazaret, han participado hoy en el Retiro de Cuaresma que, organizado por la Vicaría para el Clero, ha tenido como objetivo contribuir a vivir el tiempo de Cuaresma como un periodo de conversión personal, pero también comunitaria y fraternal. Lo han hecho acompañados por el Obispo de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente.
Bajo el título «El sacerdote, amigo de Dios», Mons. Rutilio del Riego, Obispo Emérito de San Bernardino (EE.UU), ha realizado una meditación basada en varios ejemplos del Antiguo y del Nuevo Testamento para profundizar en la amistad de Dios con el sacerdote. Moisés, Jeremías y los propios discípulos han sido los protagonistas que han contribuido a la reflexión que ha tenido una interpelación directa respecto al ejercicio del ministerio sacerdotal.
Mons. Rutilio del riego ha puesto el acento en que el sacerdote es representante de Cristo, por ello «ejercemos el ministerio de Cristo y no el nuestro; y nuestra obra es la Cristo en el mundo, porque esa es la misión que nos ha encargado el Señor».
En este sentido, ha puesto el ejemplo de la humildad de Moisés, que siendo elegido por Dios se siente incapaz de liberar al pueblo israelita. Del relato de las Sagradas Escrituras ha destacado el diálogo que mantiene Dios con Moisés, considerado por el pueblo «como un intercesor de Dios, un verdadero amigo suyo, lo que nos ha de servir a nosotros también, porque la relación de Moisés llega a tal punto que Dios hablaba con Moisés como un hombre habla con un amigo» y ese detalle, ha matizado, es el que muestra «esa intimidad con Dios, sin olvidarse de que su misión era la de atender y guiar al pueblo».
Las mismas dudas respecto a sí mismo tuvo Jeremías, sintiéndose incapaz de cumplir con su misión y, aún así confió pese haberse sentido abandonado por Dios. «Este mismo sentimiento nos puede acechar también muchas veces a nosotros y a los sacerdotes», ha puntualizado Mons. Rutilio del Riego.
A partir del Evangelio de Juan (15) ha reflexionado sobre el amor que siente Dios por los discípulos, elegidos por Él, y no al revés. Tanto es así que» no son siervos, sino amigos», invitándoles a amarse unos a otros. Así les ha exhortado a proyectar el amor recibido de Dios, en el prójimo, y con los demás sacerdotes en fraternidad sacerdotal.
Tras la meditación, han compartido un rato de oración ante el Santísimo Sacramento en la Capilla de la Casa Sacerdotal. El retiro ha finalizado con una comida fraterna.