Consagrados en Torreblanca dos iconos para los fieles greco-católicos ucranianos
El pasado domingo 27 de abril, la parroquia de San Bartolomé de Torreblanca acogió una emotiva celebración con motivo de la bendición de dos iconos —el de Jesucristo y el de la Santísima Virgen— donados por el Obispo D. Casimiro para la veneración de la Comunidad Greco-Católica Ucraniana, establecida en la parroquia desde hace más de diez años.

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A la celebración se unieron fieles greco-católicos procedentes de Vinaròs, Castellón, Valencia y otras localidades cercanas, así como numerosos parroquianos de Torreblanca, quienes no quisieron perderse esta significativa efeméride que movilizó a buena parte del municipio. Ambos iconos fueron elaborados a mano por el iconógrafo D. Zorin, residente en Castellón, autor de numerosas obras presentes en templos de toda España.

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La bendición fue presidida por el Ilustrísimo Sr. D. Andrés Martínez, Vicario General del Ordinariato para los Católicos Orientales en España, en representación de Su Eminencia el Cardenal D. José Cobo, Arzobispo de Madrid y Ordinario de los fieles orientales. La Divina Liturgia fue presidida por el Arcipreste y Párroco de Valencia, el Rvdo. D. Vasyl Boyko. Concelebraron el anterior responsable de la comunidad en Torreblanca, el Rvdo. D. Sergy Znak, el actual párroco ucraniano, el Rvdo. D. Yurii Shabanov, así como el párroco anfitrión, D. Nuno Vieira, y el vicario parroquial, el Rvdo. D. Óscar Ramón Sanchis. El servicio del altar fue asistido por el diácono Carlos Ribera.

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Uno de los momentos más destacados de la jornada fue la participación del coro de la parroquia ucraniana de Valencia, que sorprendió gratamente a los presentes por la calidad y belleza de su música sacra polifónica.

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Al término de la celebración, el Rvdo. D. Yurii Shabanov agradeció la presencia de todos los asistentes y el gesto paternal del Obispo diocesano al tener consideración por la comunidad minoritaria, pero viva y fiel. Al finalizar, también se rindió un pequeño homenaje al párroco D. Nuno Vieira, quien recibió con emoción un ramo de flores y una camisa tradicional ucraniana, bordada especialmente para la ocasión. D. Nuno agradeció el detalle y puso en valor el testimonio de fe de los ucranianos en Torreblanca, destacando que su presencia enriquece la vida de la diócesis.

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La jornada continuó con un ambiente festivo en el salón multiusos del municipio, donde se compartió una paella gigante para 300 personas, acompañada por platos típicos de la gastronomía ucraniana. También hubo tiempo para una animada rifa de seis jamones, donados por un amigo de la parroquia, y para disfrutar de cantos tradicionales ucranianos interpretados por el coro de Valencia. Fue, en definitiva, un día de fiesta, acción de gracias y oración por la paz en Ucrania y en todo el mundo.

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