La Diócesis en la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado
El pasado domingo, 15 de enero, se celebró la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, y todas las diócesis españolas se pusieron en marcha con acciones de apoyo y oración ante esta crisis y ante la figura del migrante y del refugiado, especialmente de los más pequeños, los niños.
Por eso, la Diócesis de Segorbe-Castellón quiso sumarse a esta jornada y celebró, a lo largo de la semana, diferentes actividades para sensibilizar e informar a la gente de la situación actual. Una de ellas fue la conferencia que presentó don Juan Crisóstomo en la Concatedral de Santa María, acompañado de Ana Blanco, voluntaria de Cruz Roja Española en Castellón. La charla portó el lema de la Conferencia Episcopal Española para la jornada mundial: «Menores migrantes, vulnerables y sin voz. Reto y esperanza», y la voluntaria de Cruz Roja Española dio a conocer su experiencia en los campos de refugiados sirios en Grecia durante 2015 y 2016.
En la conferencia, Ana Blanco mostró un gráfico de ACNUR que ponía de manifiesto el número de refugiados que tienen que salir de Siria a causa de la guerra. Estos gráficos se actualizan constantemente, y ese mismo día, la tabla mostraba que 1.121 personas habían entrado a Europa a través del Mediterráneo desde que empezó 2017, es decir, en 11 días, y que el 26% eran niños.
La solidaridad existe
«Pero tengo que decir que la solidaridad en el mundo existe», animó esperanzada la delegada de Cruz Roja Española, ya que había experimentado, en las dos ocasiones que estuvo en campos de refugiados de Grecia, que muchos griegos se acercaron a los campos para prestar ayuda y colaborar en la causa.
Por otro lado, la Delegación de Migraciones de la Diócesis también organizó el pasado viernes una misa y vigilia de oración ofrecidas por los migrantes y refugiados. Don Juan Crisóstomo expuso un vídeo explicando algunas noticias recientes sobre los refugiados y algunos mensajes recientes del Papa sobre este tema: «Deseo llamar la atención sobre la realidad de los emigrantes menores de edad, especialmente los que están solos, instando a todos a hacerse cargo de los niños, que se encuentran desprotegidos por tres motivos: porque son menores, extranjeros e indefensos; por diversas razones, son forzados a vivir lejos de su tierra natal y separados del afecto de su familia».
Para concluir la Jornada Mundial, el pasado domingo se celebró una eucaristía presidida por el Obispo, don Casimiro López, en la que participaron numerosos fieles en representación de las diferentes comunidades emigrantes en la Diócesis. Mons. Casimiro López reiteró que la Iglesia de Segorbe-Castellón es la casa de todos, independientemente del origen. Antes de la misa, siete grupos corales cantaron a la paz y la fraternidad entre los hombres.
La casa de todos
El Obispo agradeció a los fieles de otros países que enriquezcan la Diócesis con su cultura, tradición y “formas de vivir la fe que a veces es envidiable por su alegría y frescura”. Al mismo tiempo, se dirigió a los emigrantes pidiendo que nuestra iglesia diocesana “os sepa acoger como verdaderos hermanos y hermanas en el Señor, y sintáis las parroquias como vuestra propia familia”.
En el acto musical previo, cada grupo estaba introducido por la respectiva presentación y unas frases del mensaje del Papa Francisco para esta jornada. Las formaciones que acudieron a la invitación del Secretariado de Migraciones fueron los coros de niños y jóvenes de San José Obrero, Talita Kumi y Betsaida, el coro combinado del Secretariado, el Coro Pentecosta junto con el grupo Babel de niños, y el de la parroquia rumana Ortodoxa de San Nicolás.
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