El Obispo ordena a dos nuevos diáconos
Esta mañana Mons. Casimiro López ha ordenado a dos nuevos diáconos: David Escoín Rubio y Francisco Javier Phuc Pham Van, de los seminarios Mater Dei y Redemptoris Mater respectivamente. En la celebración, que ha tenido lugar en la parroquia de la Asunción de Onda, han participado unas 600 personas y medio centenar de sacerdotes, que han concelebrado junto al Obispo.
David es de Castellón y en él se fue fraguando la llamada de Dios tras el trágico accidente de su hermana, del cual se sirvió el Señor para plantar su vocación”. Ahora Escoín quiere “agradecer a Dios todo lo que ha hecho en su vida, ponerse al servicio de la Iglesia y llevar su Palabra al mundo”, por eso hoy le dice sí al Señor como diácono y más adelante lo hará como sacerdote para toda la vida.
Francisco Javier Phuc es de Ninh Binh (Vietnam). Él comenzó a ver que Dios le llamaba al sacerdocio ya de niño, cuando era monaguillo en su pueblo natal, en su parroquia viendo el fiel testimonio de su párroco y de los sacerdotes de su pueblo. Para entrar al seminario en Vietnam Phuc necesitaba el permiso del gobierno, lo cual complicó mucho las cosas. Hace 11 años el joven, del Camino Neocatecumenal, llegaba al Redemptoris Mater de Castellón y hoy lo tiene muy claro: “Quiero ser sacerdote porque quiero corresponder a la llamada que Dios me regala por puro amor y misericordia. Su Santo Espíritu me urgió en mi corazón a sentirme querido por Él y luego apareció en mí un deseo de continuar la misión de Cristo dando testimonio de su amor”, afirma el joven diácono.
“¡Damos gracias a Dios por el don de vuestra ordenación, que hoy es un bien para todos!”, ha exclamado el Obispo hoy en la celebración. Mons. Casimiro López ha insistido: “sois motivo de alegría, de esperanza de ver que la semilla del sacerdocio sigue siendo acogida en corazones jóvenes para que el anuncio de Jesucristo siga llegando a todos”.
El prelado les ha alentado a “ser hombres de bien, llenos del Espíritu Santo hasta el último momento de vuestras vidas, para que mucha gente se acerque a Jesucristo”.
“Es vuestra labor como diáconos la proclamación de la Palabra. Estáis llamados a ser mensajeros y a hacer viva la Palabra de Dios”. En este sentido Mons. López Llorente les ha advertido del peligro de desvirtuar el mensaje de Jesucristo: “No olvidéis nunca que es la Palabra de Dios, no es nuestra palabra, ni vuestra palabra. Tampoco es una palabra que se impone, sino que se propone y se ofrece”.
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